José de San Martín: 24 de agosto, “el verdadero Día del Padre argentino”

El rol dedicado y ejemplar de San Martín como padre de Merceditas dejó un legado aún vigente. Detalles y fundamentos de un reconocimiento que impulsó Mendoza y el resto del país aún no adhiere.

José de San Martín: 24 de agosto, “el verdadero Día del Padre argentino”
Retrato del Gral. José de San Martín

En Mendoza no hay discusión: “el verdadero Día del Padre”, como suele decirse, se celebra cada 24 de agosto en conmemoración al día en que el General José de San Martín se convirtió en padre de su única hija, Mercedes Tomasa. La importancia de su obra y la gloria del Padre de la Patria, de la que mucho se sabe y se habla, a veces relega otra de las facetas más importantes del Libertador, la del padre de Merceditas.

San Martín fue padre el 24 de agosto de 1816, tan solo unos meses antes de comenzar la Campaña Libertadora. En ese momento el prócer era gobernador intendente de Cuyo y residía en una vivienda de calle Corrientes, cerca de La Alameda, mismo lugar donde nació su hija. Sin embargo, su compromiso impostergable con la Patria lo llevó a alejarse de la recién nacida y su esposa, Remedios de Escalada.

Estatua del General San Martín junto a su hija, Merceditas, ubicada en la Alameda. Foto: Gentileza
Estatua del General San Martín junto a su hija, Merceditas, ubicada en la Alameda. Foto: Gentileza

Merceditas volvería a ver a su padre siete años y cientos de acontecimientos después, tras la entrevista de Guayaquil y su retiro del Perú, y después del doloroso fallecimiento Remedios. “Ese fue el momento de una de las decisiones más importantes de la vida del Prócer: marchar al exilio con la sola compañía de Merceditas. Esta decisión implicaría asumir un compromiso ineludible: el de educarla como una mujer de bien”, manifestó José Tello, profesor de Historia, egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCuyo.

“Después de Mendoza, que fue el único lugar donde San Martín pudo vivir en familia, es en Europa donde otra vez puede hacer una vida familiar, primero a cargo de su hijo y después con sus nietos”, agregó el Lic. Juan Marcelo Calabria, ensayista y miembro de la Academia Nacional Sanmartiniana. Para él, el General “en su rol de padre sin dudas fue realmente ejemplar”, ya que “durante todo su ostracismo en Europa se dedicó enteramente a la educación de Merceditas” y, posteriormente, sus nietas María Mercedes y Josefa Dominga.

LAS MÁXIMAS, UN LEGADO VIGENTE

Como se puede leer en numerosas obras y testimonios, “Don José fue un padre comprometido y cariñoso”, resumió Tello; y Calabria agregó que “San Martín terminó siendo un padre y un abuelo dedicado y ejemplar, muy querido por su familia”. Con ese afán, consciente o no, el Padre de la Patria dejó una enseñanza y un legado perpetuo para todos los padres argentinos: las conocidas “Máximas para mi hija”, un “decálogo de educación que sigue siendo analizado hoy en día como tal, digno de ser enseñado en las escuelas y las casas”, expresó el ensayista.

“Las conocidas Máximas, escritas por el Libertador en 1825, son un claro ejemplo de como San Martín la educó”, dijo Tello: “Amor a la verdad y a los desprotegidos, respeto, caridad, amistad, dulzura, patriotismo; más que valores fueron virtudes, que se hicieron carne en Merceditas y con las cuáles ella misma crió a sus propias hijas”, concluyó el historiador. " San Martín plasmó realmente un código educativo de un alto valor e impacto”, completó Calabria, para quien “en las Máximas, que aún tienen vigencia, quizás lo más relevante es que pudimos ver la coherencia entre el San Martín de la vida pública y el San Martín de la vida privada”.

Eso, sumado a “su condición de padre comprometido y amoroso, no hace más que fortalecer la imagen que los mendocinos tenemos de su persona”, continuó el historiador: “San Martín fue un gran hombre, que tanto en su vida pública como privada evidenció tanto fortaleza de carácter como hombría de bien”. Para Tello, “muchos padres mendocinos demuestran en el día a día, en sus sacrificios y privaciones, en su esfuerzo sostenido en pos de llevar el pan a sus hogares, una entereza que nos recuerda al Libertador en su condición de padre de Merceditas”.

EL DÍA DEL PADRE ARGENTINO

De tal manera, José Tello afirmó estar convencido de que “su figura, paradigmática y ejemplar, debe ser adoptada por todo el pueblo argentino para homenajear, en el 24 de agosto, a todos y cada uno de los padres, hombres sencillos en los cuáles podemos ver un destello del amor paterno del Libertador hacia su hija”. Hasta ahora, solo Mendoza ha hecho tal reconocimiento, el cual mantiene hace más de medio siglo, cuando en 1953 Lucía Zuloaga de García Sada presentó ante la Dirección General de Escuelas la iniciativa de declarar el 24 de agosto como Día del Padre.

La idea fue aceptada años después e incluida en el calendario escolar, hasta que el 12 de agosto de 1986 la Legislatura aprobó la Ley N.º 5131, que instituye que cada 24 de agosto se celebre el Día del Padre “en todo el territorio de la Provincia de Mendoza”. “Debería ser el verdadero Día del Padre argentino”, concluyó Juan Marcelo Calabria, en coincidencia con José Tello y, probablemente, con la mayoría de los mendocinos.

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