El Parque de Huellas de Dinosaurios ubicado en la cordillera malargüina, es el primero en Argentina de estas características, además de ser el segundo en el continente (en Bolivia se encuentra el otro). En total, el predio de más de 700 hectáreas cuenta con más de 400 huellas, aunque 160 de ellas han sido restauradas y se encuentran exhibidas al público en un mínimo porcentaje de esa extensión.
Por decirlo de algún modo un tanto simplista, vendría a ser una versión realista de “Jurassic Park”, aquella ficción creada por Michael Crichton y llevada al cine por Steven Spielberg, aunque sin la necesidad de revivir a los ejemplares (sobre todo sabiendo que es muy probable que ello no termine bien).
En lugar de este proyecto ficticio, por medio de la preservación y exposición de las huellas de sus patas, este museo permite reconstruir e imaginar a estas especies en todo su esplendor. Y hasta hay figuras en escala y más información en el lugar.
En el suelo del Parque de Huellas de Dinosaurios hay registros de rastros de tres especies distintas de dinosaurios, dos titanosaurios (así se conoce a los cuadrúpedos gigantes herbívoros y de cuello largo) y también hay terópodos (bípedos carnívoros de menor tamaño).
No obstante, estas 3 especies –descubiertas e identificadas a través de sus huellas- no son las únicas especies de saurios que habitaron en Mendoza.
Porque, por medio de hallazgos de huesos, en los últimos 30 años se han descubierto en total 9 especies, todas con presencia en la región Sur del territorio mendocino.
A las 3 claramente identificadas por huellas –y que se encuentran en el flamante parque-, se suman otras 4 especies de titanosaurios herbívoros, un pterosaurios (reptil volador y que es el mayor hallado en América del Sur) y otro carnívoro (Aerostion).
“En Mendoza hemos encontrado un titanosaurio de hace 86 millones de años, el Notocolossus. Está entre los 3 más grandes del mundo y se estima un peso de más de 60 toneladas, por lo que puede ser el segundo más grande del país, quizás después del Argentinosaurus”, explica el paleontólogo, investigador del Conicet y especialista en dinosaurios saurópodos, Bernardo González Riga.
En ese sentido, el referente aclara que los restos identificados a través de huesos fosilizados fueron descubiertos fuera del área que comprende el actual Parque de Huellas.
De regreso a lo que es el parque propiamente dicho, fue justamente González Riga quien descubrió las primeras huellas fósiles en 2006, junto a su colega Jorge Calvo. A partir de allí, el equipo que él mismo conformó y coordinó continuó el trabajo de investigación, preservación y difusión (y que aún continúa).
“Los titanosaurios tuvieron un pico de tamaño hace alrededor de 86 millones de años. Y a fines de cretácico, hace 65 millones de años, su tamaño era más reducido. Estimamos que esta reducción tuvo que ver con cuestiones ambientales, dadas por erupciones volcánicas y la reducción de su espacio”, explica el investigador.
Junto a González Riga en la preservación e impulso del museo de huellas también participaron (y participan) los paleontólogos María Belén Tomaselli -quien se especializa en paleoicnología- y Leonardo Ortiz –especialista en pterosaurios y terópodos-.
“Estamos muy contentos. Tanto esfuerzo, tanto trabajo y tenemos la alegría de poder comunicar la ciencia, de socializar el conocimiento. Nos pone muy orgullosos, porque los investigadores somos mendocinos. Y se sigue investigando para que siga creciendo”, agregan Tomaselli y Ortiz.
PARQUE DE HUELLAS DE DINOSAURIOS ÚNICO EN ARGENTINA
El 18 de mayo quedó formalmente inaugurado y abierto al público el Parque Municipal Huellas de Dinosaurios en Malargüe.
La inauguración del parque es apenas uno de los eslabones de este proceso, que comenzó hace casi 20 años y del que participaron investigadores locales.
Dos años después del descubrimiento de las huellas, en 2008, González Riga y su colega Mercedes Prámparo propusieron la creación de este parque.
“Como paleontólogos tenemos que preservar los fósiles, prácticamente damos la vida por ellos. Por eso iniciamos todas las gestiones para preservar el lugar. Porque al dar a conocer los resultados de las investigaciones en un determinado lugar, podíamos ponerlo en riesgo de ser alterado”, explica el paleontólogo.
Previamente, y durante más de 10 años, el investigador había realizado exploraciones en la zona conocida como Formación Loncoche y en otras unidades cretácicas. Y, como resultado de esos trabajos, se había producido el descubrimiento del Mendozasaurus, primer dinosaurio descripto en Mendoza.
LOS 3 DINOSAURIOS IDENTIFICADOS POR HUELLAS
Respecto a las huellas, identificadas también en la Formación Loncoche, la mayoría corresponden a titanosaurios (herbívoros de cuello largo que dominaron los ecosistemas del Cretácico Superior en América del Sur). Y una de las especies identificadas a través de estos rastros en el suelo es el Titanopodus mendozensis.
Este nombre se traduce como “Pies del titán de Mendoza”, y, de acuerdo a las investigaciones posteriores, se describió que estos ejemplares caminaban a entre 3,7 y 4,8 km/h sobre ambientes deltaicos cercanos a un litoral marino en busca de mayor vegetación y agua. Porque, en ese entonces, hace 72 millones de años, el mar ingresaba desde el Océano Atlántico e inundaba gran parte de América del Sur.
Actualmente, en la superficie del parque, las huellas del Titanopodus mendozensis se observan claramente junto a esculturas realizadas a escala de los dinosaurios que las produjeron.
Según explicó González Riga de acuerdo a lo que se ha logrado determinar a través de sus huellas, estos herbívoros de cuello lago tenían entre 8 y 16 metros de longitud, caminaban en manada de norte a sur y caminaban, además, sobre una arenilla, por lo que algunos se iban resbalando.
Además del Titanopodus mendozensis, a lo largo de las 700 hectáreas del parque de huellas –conformadas por las formaciones Loncoche y Anacleto-, también se identificaron otro tipo de huellas y que derivaron en el descubrimiento de otra especie.
Ya con la incorporación plena de María Belén Tomaselli al equipo -primera paleoicnóloga (especialista en huellas) de dinosaurios en Mendoza-, se encontraron marcas distintas, con la impresión de tres garras que algunos animales ostentaban en sus pies. Y fue en 2022 cuando se publicaron los resultados de esta investigación, que permitió designar una nueva especie: el Teratopodus malarguensis (“Los pies monstruosos de Malargüe”).
En este caso, las huellas evidencian la presencia de -al menos- dos titanosaurios que caminaron sobre llanuras de inundación de ríos sinuosos, en ambientes típicamente continentales hace 83 millones de años. De esta forma, estas huellas se preservaron en un ecosistema totalmente distinto al de las huellas Titanopodus mendozensis.
“Una traza fósil es cualquier resto o rastro de la actividad biológica de un organismo. Pueden ser, por ejemplo, huellas, madrigueras, nidadas. Y al no tener un resto óseo, es esto lo que queda de su comportamiento, también fosilizado”, explica Tomaselli a Los Andes.
Pero no todas las huellas son de titanosaurios herbívoros en el parque de Malargüe. También se han identificado algunas de dinosaurios terópodos (dinosaurios bípedos y carnívoros), aunque son las de menor presencia. Y fue el paleontólogo Leonardo Ortiz quien trabajó en detalle en estas especies.
“Hay que tener en cuenta que eran ambientes anegados y mucho sedimento saturado en agua, por lo que estas especies podían quedar enterradas y morir, por esos se ven menos huellas de ellos. La línea de investigación va por el lado de que los carnívoros seguían a los titanosaurios por lugares más secos –justamente para no hundirse-, y por eso no quedan huellas”, explica a su turno Ortiz.
En ese sentido, se identificaron tres formas diferentes de huellas, que presentan la impresión de los tres dedos bien definidos, así como la impresión de otras estructuras plantares como lo son las almohadillas de los dedos.
En el mismo equipo de González Riga, Tomaselli y Ortiz han trabajado también Juan Pedro Coria, Germán Sánchez Tivirolli y Claudio Mercado.
OTROS DINOSAURIOS EN MENDOZA
Por fuera de los identificados y exhibidos a través de sus huellas en el parque inaugurado hace menos de un mes, González Riga y su equipo han descubierto 5 especies más. Y todos han sido hallados por huesos fosilizados.
Cuatro de ellas son titanosaurios herbívoros que habitaban en ambientes de formaciones fluviales. El Mendozasaurus neguyelap y el Malagüesaurus florenciae son los primeros dinosaurios saurópodos de Mendoza, y ambos fueron descubiertos por Bernardo González Riga hace más de 25 años.
A ellos se suman Notocolossus, que vivió hace 86 millones de años y es uno de los más grandes de la región. Este fue descubierto más hacia el Sur del territorio, en las inmediaciones de la Payunia. Y el cuarto descubierto por el equipo es el Quetecsaurus.
La quinta especie descubierta por fuera de los ya mencionados dentro del Parque de Huellas de Dinosaurios, y en este caso a raíz del trabajo de Ortiz, es un terosaurio (reptil volador)
“El Thanatos Drakon es el reptil volador más grande de América del Sur, y uno de los más grandes que ha existido en el mundo. De punta a punta tiene una longitud de 9,5 metros y pesaba 120 kilos, casi una avioneta. Para darnos una idea, podemos compararlo con los animales voladores más grandes de la actualidad –el cóndor y el albatros-, que tienen entre 2 y 2,5 metros”, ejemplifica Leonardo Ortiz.
A estos 5 dinosaurios descubiertos por el mismo equipo de investigadores locales se suma la sexta especie de la que se tiene registro en Mendoza, el Aerostion (carnívoro) y que fue descubierto por el paleontólogo estadounidense Paul Sereno.
Todos estos dinosaurios (los 3 del parque y los 6 identificados por huesos) vivieron en el Sur de Mendoza, zona que comparte con la cuenca neuquina, y son registros de los periodos jurásico y cretácico.
CÓMO SE PRESERVAN LAS HUELLAS DE DINOSAURIOS
Al tratarse de un museo a cielo abierto, el Parque Huellas de Dinosaurios plantea un gran desafío para su preservación. Y es que estos rastros se encuentran expuestas a una permanente meteorización y erosión hídrica, con amplios rangos de temperatura y condiciones invernales durante gran parte del año.
“En estos casi 19 años ya se han realizado 30 campañas de preservación. Para ello hay que colocarle a las huellas diferentes productos y pegamentos en forma de mortero entre las fracturas que hay en las huellas”, explica González Riga.
Las huellas de patas traseras, que son las más grandes, tienen entre 40 y 50 centímetros de diámetro.
El área de acceso dentro del parque es apenas una pequeña porción de las 700 hectáreas. Y el ingreso físico y presencial a las huellas no está permitido, sino que hay un sendero habilitado para el tránsito –dentro de la formación Loncoche-.
Por esto mismo es que se instaló –además- un centro de interpretación inclusivo, que incluye pantalla táctil y réplicas de las huellas.
PARA VISITAR EL PARQUE DE HUELLAS DE DINOSAURIOS
Ubicación: Sector de Agua de Choique, Campo Cañada Colorado, a 14 kilómetros de la ciudad de Malargüe.
Horario: De lunes a domingo de 10 a 17.
Entradas: 2.000 pesos (turistas mayores, 1.000 pesos si residen en Malargüe), 1.000 pesos (Turistas menores, 500 pesos si residen en Malargüe), 600 pesos (estudiantes, 500 pesos si residen en Malargüe), Jubilados, pensionados y escuelas de zona rural y/o urbano-marginal (sin costo)
Instagram: @huellasdedinosauriosmalargue
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