La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) aprobó el uso médico de un nuevo tratamiento biológico contra el asma grave que permitirá “mejorar la calidad de vida de los pacientes” reduciendo las crisis que requieren hospitalización y también podrá ser efectivo para disminuir la dosis de corticoides inhalados o suministrados vía oral, como tratamiento de base, previniendo sus efectos adversos.
Según explicaron neumonólogos especializados, se trata del Dupilumab, un anticuerpo monoclonal de origen humano que está disponible desde 2020 para tratar la dermatitis atópica severa y que ahora lo está también como tratamiento de mantenimiento complementario para el asma severa que no se controlan adecuadamente con dosis altas de corticosteroides inhalados, en mayores de 12 años.
“Hasta hace unos años, hasta la aparición de las nuevas terapias biológicas, no teníamos muchas opciones de tratamientos para darle a los pacientes, más allá de los corticoides inhalados y los broncodilatadores que en muchos casos no daban un buen control de síntomas y seguían teniendo ataques frecuentes que requieren ir a una guardia”, explicó la médica neumonóloga Ana María Stok, durante la videoconferencia
“Novedades del tratamiento del asma grave”, organizada por el laboratorio Sanofi. Stok, quien es directora médica de Investigaciones en Patologías Respiratorias y coordinadora general del Grupo Asma NOA, explicó que a esta “muy mala calidad de vida” también contribuían los “efectos adversos” propios de dosis muy altas suministradas en forma prolongada.
“Gracias al advenimiento de las terapias biológicas pudimos controlar a estos pacientes, y realmente les cambió la vida porque disminuyeron los ataques de asma, mejoraron la función pulmonar e incluso algunos dejaron de tomar los corticoides vía oral”, dijo.
El director de la carrera de Especialistas en Neumonología de la UBA y exjefe de Alergia e Inmunología del Hospital María Ferrer, Daniel Colodenco, sostuvo que “el advenimiento de los biológicos ha mejorado notablemente la respuesta de estos pacientes”, evitándole “eventos que son dramáticos para ellos” como las internaciones recurrentes.
“Hay que imaginarse lo que implica para su vida, su calidad de vida, tener dos o tres internaciones por año. Cuando empiezan a usar estos biológicos, lo primero que comentan es: `doctor, ¿usted sabe que hace 6 meses, un año o dos que no voy a una guardia, que no me internan?’”, dijo este médico neumonólogo.
Stok puntualizó que además de “reducir los episodios de exacerbaciones severas”, con los tratamientos biológicos se busca “mejorar la función pulmonar para recuperar calidad de vida”, pero también “ir reduciendo de a poco el uso corticoides orales y, si es posible, hacerlo por completo”.
“Este último punto es relevante porque sabemos que más de dos cursos anuales de corticoides aumentan la posibilidad de contraer o agravar cuadros como diabetes, síndrome metabólico, osteoporosis, hipertensión arterial, obesidad, depresión y cataratas, entre otras afecciones”, completó Colodenco.
En la Argentina, el asma afecta a más del 12 por ciento de los niños y adolescentes y al 6 por ciento de la población entre 20 y 44 años; pero además causa por año más de 400 muertes y 15.000 internaciones en hospitales públicos de todo el país, según datos del ministerio de Salud.
Alrededor de un 20 por ciento de los pacientes presenta una variante moderada a severa de la enfermedad.
“Llamamos de nivel grave a aquel paciente que está con un tratamiento de corticoides inhalados, que es el tratamiento de mantenimiento y de base, en dosis muy altas y asociados a otros tipos de tratamientos, como broncodilatadores de acción prolongada, pero a pesar de esto no controlan la enfermedad, es decir, persisten con síntomas que les impiden o dificulta hacer ejercicio, caminar rápido, subir escaleras o dormir de corrido”, dijo Stok.
Para un grupo de estos pacientes, en particular para aquellos que presentan asma severa con inflamación de tipo 2 caracterizada por eosinófilos en sangre elevados y/o FeNo elevado que no se controlan adecuadamente con dosis altas de corticoides, es que existe hoy este nuevo tratamiento aprobado para este nuevo uso por resolución de ANMAT el 10 de mayo pasado.
Stok explicó que “los estudios clínicos incluyeron pacientes con asma grave en general, pero los resultados de eficacia fueron consistentemente superiores en los pacientes en los que se podía identificar la presencia de biomarcadores asociados con inflamación de tipo 2”.
“Este mismo proceso inflamatorio se da en otras enfermedades como la dermatitis atópica, la poliposis nasal y determinadas alergias alimentarias. De hecho, es habitual que una persona con asma presente simultáneamente alguna de esas comorbilidades”, concluyó Colodenco.