Las 30 familias que viven en el Barrio Ágata (Buena Nueva, Guaymallén), más concretamente sobre calle Antonelli, se han (mal) acostumbrado y prácticamente resignado a vivir a la vera de un caudaloso río que, todos los días, fluye por las puertas de sus casas. No se trata de un atractivo intencional, como pueden ser los siempre cautivantes canales de Venecia, sino de una situación accidental, incómoda y que ya lleva 8 meses.
“El problema está en la conexión domiciliaria del caño de tres terrenos que están abandonados. Están rotos y permanentemente se está perdiendo gran cantidad de agua. ¡Y es agua potable, es un crimen!”, destaca Martín Eidner, uno de los vecinos de la zona y quien se ha convertido en una especie de vocero de los damnificados por esta situación.
Además de la pérdida de agua potable, los problemas también se reflejan en el día a día de quienes viven en el lugar. Y es que, al ser una calle pública de tierra, el constante flujo de agua convierte a la calle Antonelli en un lodazal, donde -por momentos- es complejo el tránsito vehicular y peatonal.
Y, lo que molesta y preocupa aún más a los vecinos afectados, es que -ante los constantes reclamos por esta situación-, nadie les ha logrado dar una respuesta concreta o puntual.
“Iniciamos un expediente en la Municipalidad de Guaymallén, desde la comuna trasladaron al EPAS la situación y de allí lo derivaron a Aysam. Pero en Aysam dicen que es zona de jurisdicción de la Cooperativa CorralCoop. Y desde CorralCoop dicen que es de Aysam. Al final, se pasan la pelota entre ellos porque la zona está en el límite”, agrega Eidner.
“Hace 8 meses que tenemos un río caudaloso donde, en lugar de peces, encontramos pozos y charcos que dificultan el tránsito de los vehículos y peatones Al igual que un río necesita de su cauce para fluir sin obstáculos, nuestra calle necesita de un mantenimiento adecuado para garantizar la seguridad y comodidad de quienes la utilizamos diariamente. Espero que tomen las medidas necesarias para solucionar este problema, ya que la situación es insostenible”, completaron el reclamo los vecinos en una nota pública dirigida a la Municipalidad de Guaymallén.
Desde CorralCoop confirmaron a Los Andes que la jurisdicción es de Aysam, por lo que es la empresa de Agua y Saneamiento de Mendoza la que debe intervenir para dar solución a ese problema.
“Hemos enviado personal técnico que corroboró que corresponde a Aysam, por lo que hemos solicitado al EPAS que inste a Aysam a solucionarlo. Nosotros no podemos intervenir si es un lugar de prestación de Aysam”, destacó uno de los administrativos de la cooperativa. Matías Agüero.
No obstante, desde Aysam insistieron en que la zona puntual en que se encuentran las pérdidas de agua en el callejón Antonelli “corresponde a la zona de atención de la Cooperativa CorralCoop”.
La situación no es de simple resolución, ni tampoco asoma como algo inmediato. Y es que, según trascendió, los vecinos deberían regularizar su situación con Aysam, ya que oportunamente no solicitaron el servicio. De hecho, desde la comuna insistieron en que no todos los terrenos están regularizados al 100%.
En el decreto 2.422 del 2021, y donde figura el traslado de la calle para que se la inscriba como una arteria pública -ya que fue donada por un particular-, se detallan los distintos trabajos de servicios que la comuna realizó en el lugar (alumbrado público y recolección de residuos, entre otros). Y se agrega que, entre 2019 y 2020, Aysam ejecutó la obra de colectora cloacal máxima de 700 mm en el lugar.
Y si bien la Municipalidad de Guaymallén suele realizar trabajos de nivelación en el lugar, hasta tanto no se hagan los arreglos correspondientes en las cañerías de agua, no se podrá avanzar en el asfaltado.
VARADOS
Desde principio de año, las pérdidas del caño que lleva agua potable a tres terrenos -hoy desocupados- se han convertido en un dolor de cabeza para las 30 familias que viven en el barrio Ágata, de Buena Nueva (Guaymallén).
Con más o menos incidencia -según el momento del año-, el agua corriendo sobre la calle de tierra ha generado inconvenientes que van desde pozos y charcos hasta imposibilidad de transitar por el lugar. Estos problemas se iniciaron en enero pasado.
“Hay momentos en que no podemos salir con el auto, otros en que ni siquiera podemos hacerlo caminando por el barro y el agua corriendo. Además, a raíz de este problema nos hemos enterado de que las líneas de agua no están instaladas a un metro -como deberían estar-, sino en el mismo borde”, destacó el vocero de los vecinos afectados.
Además, explicó que cuando logran hacer algunos trabajos por su cuenta -pozos para intentar encausar el agua-, la transitabilidad se normaliza. Aunque periódicamente sufren las consecuencias más drásticas.