Mendoza cuenta con 437 camas críticas, un preciado bien para el sistema de salud y la población, mucho más aún en estos tiempos de pandemia. Sin embargo, desde adentro del sistema se manifiestan muy preocupados porque creen que serán insuficientes para afrontar la alta demanda. De hecho, se cree que si la cantidad de casos diarios que se están registrando se sostiene varios días más, el sistema podría colapsar. Peor aún si se piensa en que puede haber un pico que lleve la curva de casos hacia arriba.
“Este número de casos sostenido en el tiempo va a llevar al colapso del sistema”, consideró Gonzalo Álvarez, delegado de la regional Cuyo de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva. “Si tenemos varios días de muchos casos como ahora, no es viable para el sistema sanitario, no hay manera de que el sistema de abasto”, remarcó. Y en ese sentido dijo que todos están poniendo la mejor voluntad, “pero la patología está fuera de control”, subrayó.
En el mismo sentido se expresan desde el sector privado, que registra una elevada ocupación de camas críticas, incluso con algunos días cercana a la ocupación plena. “Las camas no van a ser suficientes”, opinó el doctor Rodolfo Torres, coordinador médico de la Asociación de Clínicas y Sanatorios de Mendoza.
El año pasado, cuando en octubre se registraban más de 1.000 casos diarios, se encendieron las alarmas y se aseguraba que no podría soportarse por muchos días. La situación mejoró y pudo sortearse el escenario no sin dificultades ya que se llegó casi a la ocupación total, pero se pudo.
Esta vez, las condiciones son diferentes. La cantidad de casos que se notifican en un día dieron un salto drástico en dos semanas para llegar casi al mismo nivel que en el peor momento de la pandemia. Abril ya es el tercer peor mes en cuanto a la cantidad de casos y se anticipa una segunda ola con un embate más virulento. Hay que considerar que se estima que 15% de los infectados requieren internación. De alrededor de 850 diarios las últimas jornadas, serían unos 127, aunque no todos lleguen a camas críticas.
Por otra parte, hay que ver qué depara el pico, lo que implicaría un aumento de casos. “Si no cambia nada, para nosotros el pico va a ser a fines de junio, principio de julio aproximadamente”, estimó Torres.
Según datos del Ministerio de Salud, el sector privado aporta 190 camas críticas mientras que las de los efectores públicos son 247. De estas últimas hay en la Región Metropolitana 172, en el Valle de Uco, 14, en el Este 18 y en el Sur se dispone de 43.
Raúl Salvatore, director de Hospitales explicó que se habla de cama crítica porque la mayoría de las Unidades de Terapia Intensiva son polivalentes, atienden patologías propias de estas últimas y coronarias. Además se pueden expandir hacia cualquier cama crítica es decir que incluyen a pacientes críticamente comprometidos. Por ello, según detalló, pueden involucrar quirófanos, showroom, unidades coronarias, de recuperación y las unidades de trasplantes.
“Es terrible”
“La UTI en Mendoza siempre fue un área crítica al borde del colapso, históricamente”, dijo Álvarez. Explicó que no está mejor ni peor que otras provincias aunque siempre ha estado por debajo de lo que necesita. “En este contexto todo recurso que se pongan será escaso y por eso no se puede llamar catástrofe pero es realmente preocupante la demanda que se está teniendo, es terrible”, manifestó.
En el Área Metropolitana de Buenos Aires, la situación es más crítica e ilustra un posible anticipo. Algunas proyecciones apuntan que el pico se produciría allí los primeros días de mayo. Casi no quedan camas de terapia intensiva en hospitales y clínicas privadas de la Ciudad de Buenos Aires según ha informado la Unión Argentina de Salud.
“Estuve de guardia y la cantidad de contagios es increíble y con eso, el aumento de la demanda de atención” dijo un terapista. “La ocupación es prácticamente plena, las camas que se abren se ocupan, si abren 50 camas se van a ocupar las 50”, estimó.
Dar respuesta
El asunto es cómo puede el sistema afrontar el desafío. El sector público apura las inauguraciones de camas. La gran apuesta es el Hospital Central. Allí es donde se han podido sumar más camas a lo largo de la pandemia. El pasado sábado por la noche se habilitaron 7 y en las próximas semanas se agregarían otras 13 para, un tiempo después, alcanzar las 34 previstas. El nuevo sector se ubica en el subsuelo del nuevo edificio que, desde el año pasado, estaba pensado con esta finalidad. “Si no tuviéramos esa obra el sistema hubiera colapsado”, consideró Alvarez.
Los privados están más ajustados, ya vienen advirtiendo que el año pasado se expandieron casi todo lo que pudieron. “El sector privado está haciendo esfuerzos en aumentar las camas, pero no sería más del 5% lo que se puede ampliar”, dijo Torres.
Pero crear camas críticas no se trata sólo de tener un espacio sino que requiere de contar con equipo médico especializado que, ya se sabe, no alcanza y simplemente no hay de dónde sacar en lo inmediato. No hay suficientes especialistas formados en atención de UTI y formarlos lleva tiempo. De hecho, durante el año pasado estos médicos resultaron muy sobrecargados porque no había quien los reemplazará en las guardias y profesionales de otras especialidades fueron entrenados rápidamente para colaborar.
Este año además, se extendió el tiempo promedio de ocupación de camas: aunque es relativo, el año pasado se hablaba de una estadía promedio de entre 15 y 20 días mientras que ahora se sostiene que son entre 25 y 30 días. La estadía prolongada también implica menor disponibilidad.
¿Más camas en Impsa?
Desde setiembre pasado, la sala nuclear de Impsa se encuentra a disposición del Gobierno provincial para el tratamiento de pacientes con Covid. Por el momento, no se ha hecho uso de ese espacio, pero desde la empresa indican que continúa preparada “para cuando se necesite”. Se estima que entrarían al menos 60 camas con sus correspondientes equipos.