La causa Malvinas como política de Estado

Es una consigna nacional y merecía, mediante leyes sancionadas por amplio consenso, transformarse en una política de estado. Política que debe ser ejercida con inteligencia y decisión en todo futuro gobierno.

La causa Malvinas como política de Estado
Senador Pablo Blanco

Se cumplen 40 años de un grave error histórico de un gobierno de facto que, montado sobre un justo reclamo histórico de fuerte raigambre emocional, nos llevó a una guerra que nos hizo retroceder enormemente en términos reales.

Nadie en su sano juicio puede poner en duda nuestros legítimos e inalienables derechos sobre la soberanía de las Islas Malvinas y su espacio marítimo circundante, máxime cuando la sangre derramada de cientos de muchachos vibra hoy en nuestras propias venas reclamándonos que no los olvidemos.

La causa de Malvinas es nacional y merecía, mediante leyes sancionadas por amplio consenso, transformarse en una política de estado. Política que debe ser ejercida con inteligencia y decisión en todo futuro gobierno.

Si la guerra nos hizo retroceder, el diálogo y la paz deben hacernos avanzar. La vía diplomática es el único camino para lograrlo mediante una estrategia que le demuestre al mundo lo absurdo, inadmisible y anacrónico que resulta el colonialismo británico en un mundo que reclama confianza, cooperación y paz.

Para que esta política de estado se mantenga en el tiempo es importante prestarle minuciosa atención a cada acto de nuestra propia política exterior. Haber retrasado de manera ideológicamente sesgada e inoportuna el apoyo claro a Ucrania frente a la criminal invasión liderada por Putin, ha sido un error que podría hacernos retroceder en nuestras legítimas aspiraciones soberanas una vez más.

Poner en duda, aunque sea por cinco minutos, el principio internacional de integridad territorial cuando una potencia invade a un país vecino no hace más que darle razones al invasor. Lo que ha hecho este gobierno puede ser utilizado arteramente contra nuestro propio interés nacional y constituye un error que jamás se debe repetir.

Así como el gobierno del Doctor Arturo Umberto Illia logró un avance extraordinario con la Resolución 2065 de las Naciones Unidas, nosotros debemos profundizar ese camino que llama al diálogo y ha conseguido creciente apoyo internacional.

Las Malvinas son, fueron y serán argentinas. El mundo entero lo sabe. Aislar diplomáticamente el posicionamiento británico es una necesidad diaria que rendirá sus frutos en el futuro.

Todos nuestros héroes caídos, veteranos, combatientes y excombatientes merecen que todas las fuerzas políticas argentinas estemos juntas sin claudicaciones ni errores no forzados.

Quiera Dios que estemos a la altura de lo que ellos, a cuarenta años de la guerra, nos están reclamando.

*El autor es dirigente radical y senador de la Nación por la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA