Siempre se dijo que todos tenemos un doppelgänger o doble, alguien idéntico a nosotros en alguna parte del mundo, que no es familiar ni pariente. Ahora la ciencia ratificó esta información. Investigadores del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras descubrieron por qué todas las personas tienen un doble sin ninguna relación de parentesco, según los estudios comparten características genéticas en los genes que conforman los rasgos faciales.
El término doppelgänger es un vocablo alemán que proviene de doppel, que significa ‘doble’ y gänger: ‘andante’. El primero en usar este término fue el novelista Jean Paul en 1796 en “El que camina al lado”, un libro que escribió donde hacía referencia al “gemelo malvado” o al fenómeno de la bilocación. Desde ese entonces hasta en novelas o series actuales se sigue tratando este tema y hasta hay un programa actualmente de “dobles”. Incluso en la vida diaria todos hemos tenido algún encuentro cercano con un doble nuestro o de algún conocido.
Este nuevo estudio, liderado por Manel Esteller, director del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, permite explicar científicamente lo que todo el mundo históricamente se ha estado preguntando respecto a “nuestro doble”. Esteller explicó que “la aparición de ‘dobles’ de una persona, como si fueran fotocopias, ha sido motivo de atención en las artes y la cultura popular, pero nunca ha sido abordada desde el punto de vista científico”.
“Nosotros lo que hemos hecho es recopilar material biológico de estos individuos extremadamente parecidos (también llamados ‘look-alike’ en inglés) para ver si encontrábamos una razón objetiva de su similitud”, señaló el genetista.
Cómo fue el estudio
Los investigadores sometieron a personas con semejanzas razonables a programas de reconocimiento facial para descubrir parejas de individuos que eran casi indistinguibles entre sí. Después, analizaron su secuencia de ADN, su perfil epigenético (mecanismos regulación del genoma) y su composición de microbios (microbioma), cuenta 20minutos.
Los resultados de estos análisis señalaron que los dobles humanos comparten variaciones de su ADN particularmente en relación con genes vinculados a la formación de la boca, nariz, ojos, barbilla y frente, es decir la de los rasgos faciales.
“Dado que la población humana es actualmente de 7.900 millones, y está más interconectada, cada vez es más probable que se produzcan y se conozcan estas repeticiones”, dijo Esteller.
Las similitudes en las personas estudiadas no son solo físicas ya que han comprobado que “la semejanza de estas parejas de dobles no sólo se ceñía a las características faciales sino que, además de afectar a otras como la altura y el peso, también se extendía a ciertos rasgos del carácter y comportamiento”, agregó el científico.
Gran avance para la ciencia
Este nuevo estudio trae beneficios no solo para sustentar la teoría del doble o doppelgänger, sino que “proporciona las bases para que, a partir del análisis de la imagen y de la forma de la cara, se puedan diagnosticar enfermedades genéticas” explicó Esteller.
A raíz de esto se pueden abrir nuevas líneas de investigación en el futuro en varios campos, e incluso “también permitiría reconstruir la cara de una persona desconocida a partir sólo de una muestra de ADN, uno de los grandes retos de la medicina forense y la criminalística”, concluyó el profesional.