La Obra Social de Empleados Públicos (OSEP) se encuentra en el foco de la tormenta del sistema de salud desde hace unos meses tras reclamos por un funcionamiento deficiente. Prestadores han manifestado que tienen serias dificultades para cubrir los costos del servicio por atrasos en los pagos o un monto insuficiente para absorber el marcado golpe que la inflación ha dado sobre los costos de la salud.
Algunos han optado por dejar de recibirla. El cobro de coseguros también ha generado idas y vueltas ya que desde la entidad aseguran que se cobran valores por encima de lo permitido en los acuerdos, lo que la ha llevado también a realizar suspensiones.
En el medio, los afiliados, que se encuentran “en pampa y la vía” al no poder acceder a prestaciones en tiempo y forma. La situación los deja como “rehenes” ya que los empleados públicos no pueden dejar de aportar a la obra social mientras que pagar otro servicio no es posible para muchos bolsillos.
Sucede que hay prestadores que ya no quieren recibir OSEP porque deben aguardar demasiados meses para el pago y el valor se diluye en el tiempo. Otros, según los relatos, otorgan menos turnos a la entidad para espaciar los servicios. Esto redunda en que los turnos sean a largo plazo. Toda la situación ha empujado a los afiliados a los efectores públicos y se suman a quienes dejan de tener cobertura de otras obras sociales por no poder costearlo y presionan la demanda. Una demanda difícil de satisfacer en algunos servicios afectados por la crisis del recurso humano, que renunció o está en conflicto.
Tras consultas con varios prestadores, se puede resumir que el “combo” de las problemáticas incluye desactualización de aranceles, atraso en los pagos y renuncia a la atención.
Insostenible
José Lodovico, presidente del Círculo Médico de Mendoza (Cimesa), afirmó que gran parte de los prestadores - médicos, asociaciones médicas, sociedades científicas, instituciones con prestaciones ambulatorias- considera que los valores que paga OSEP por distintas prestaciones es muy bajo, dado el entorno de inflación y aumento de impuestos y servicios, entre otros. “Por ello, muchos han suspendido o limitado la atención de afiliados. Muchos pacientes para acceder a los servicios deben pagar un plus además de la orden de la obra social o pagar en forma particular”, explicó.
Lodovico estuvo de acuerdo en que esto tiene impacto, además de económico, en el acceso a la atención. Según informaron desde Cimesa y en coincidencia con otros consultados, OSEP les está pagando noviembre, es decir, a seis meses. Carlos Funes, director de la obra social, dijo que es a 120 días aunque aceptó que el convenio dice como máximo 90.
Médicos pertenecientes a la Asociación de Psiquiatras de Mendoza dijeron que han tenido muchas dificultades por la falta de pago e incluso han dejado de ser prestadores. “No tenemos convenio con OSEP, pero sí estamos al tanto de que hay un volumen de pacientes que no está pudiendo ser tomado por los prestadores que hay. Eso implica que hay una demanda insatisfecha, se dan turnos demasiado diferidos y por eso deben volcarse al hospital público”, refirió una fuente de la organización.
Algunos números
La Asociación Mendocina de Oftalmología le puso números a la problemática, que aplica a otros prestadores y áreas del sistema de salud: la brecha entre el aumento de los costos y los ingresos.
La entidad puso en evidencia la disparidad en los aumentos que se ha producido el último quinquenio. Concluyó que entre el 1 de enero de 2017 y abril de 2022 hay una brecha de 470% entre el Índice de precios al consumidor (IPC) y la inflación y las actualizaciones de montos por las prestaciones que ha hecho OSEP.
El promedio de aumento de todas las prácticas convenidas con OSEP, incluidas consultas, estudios de diagnóstico y cirugías, es de 105% en ese periodo. En tanto, la variación de IPC (del Indec) o la inflación acumulada en el mismo periodo es de 575%.
Apuntan también que hay amplias disparidades con respecto al aumento salarial de los empleados públicos y el tipo de cambio oficial. La variación de este último es de 698%, mientras que el incremento del salario del sector público fue de 405%. Esto implica una brecha de 593% en el primer caso y de 300% en el segundo en cuanto a la falta de actualizaciones.
“Con una inflación proyectada de 60% para este año, los pagos a cuatro meses de su facturación representan una pérdida del 22% del valor. Creemos necesaria la urgente actualización, ya que la mayoría de las prácticas no cubren los costos mínimos”, manifiestan desde la Asociación Mendocina de Oftalmología.
“Representamos a todos los prestadores de OSEP y tratamos de buscar una solución”, dijo Enrique Gandolfo, presidente de la entidad, pero destacó que no hay canales de diálogo fluido.
Gandolfo explicó que la consulta es la primera instancia y la menos costosa pero que necesitan hacer estudios y cirugías y estas tienen un costo operativo alto porque los recursos son en dólares. “Esto hace que nuestra práctica oftalmológica no pueda llevarse a cabo con la calidad prestacional que corresponde al afiliado”, señaló.
Pero, asimismo, agregó: “Entendemos la situación económica de la OSEP y no desconocemos la realidad socioeconómica del país”, por lo que proponen sincerar los números. “Hemos planteado muchas veces que se achique el nomenclador y, si no pueden cubrir todas las prácticas, al menos que cubran las que son más necesarias para los afiliados, en un acto de sinceramiento”, apuntó Gandolfo.
Sistema complicado
Recientemente el sistema público de salud sufrió paros y renuncias, con particular impacto en los anestesiólogos, y demoras tras la suspensión de cirugías programadas por falta de recurso humano.
Los prestadores privados demandan a las obras sociales y prepagas mayor transferencia de fondos ya que no pueden sostener el sistema mientras que estas están impedidas de aplicar mayores aumentos a afiliados que no podrán afrontarlos con un poder adquisitivo demasiado deteriorado. “La pandemia ha hecho que el sistema colapse”, consideró Gandolfo. En definitiva, puso en evidencia la complejidad que tiene.
“OSEP es la punta de un iceberg que es el sistema sanitario y ha llegado el momento de dialogar sinceramente para lograr una solución. La desactualización de valores de OSEP es muy grande, pero en las prepagas y obras sociales hay desactualización y han usado como variable de ajuste al médico”, señaló y sumó el perjuicio para los pacientes.
Complejo escenario
Los afiliados se quejan por lo que deben pagar extra, por la falta de cobertura o insuficiente para atender su problema de salud, por falta de respuestas a tiempo y por largas gestiones que deben realizarse para lograr respuestas.
En el ínterin, el tema del financiamiento como centro neurálgico de toda la cuestión: el arrastre de una deuda que los gremios señalan que es de unos 4.500 millones de pesos y por lo cual piden que se intervenga.
El miércoles, el Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación (SUTE), junto a otros gremios, presentó en la Cámara de Diputados un proyecto de ley para intervenir. Piden un mayor aporte por parte del Estado local para fondear el organismo, una auditoría para conocer la deuda de la obra social y crear “un ente de control conformado tanto por trabajadores como por el Poder Ejecutivo y Legislativo”.
Se estudia un nuevo salvataje del Gobierno provincial, que ya es cuestionado dado que se advierte que se trata de un ente autárquico.
En enero, el gobierno asistió a Osep con bonos por 400 millones de pesos para cancelar la deuda con farmacias.
Como siempre, la salud de los afiliados debe atenderse y terminan quedando como rehenes, incluso cautivos de un sistema que no les da garantías.
Un grupo de unos 500 afiliados de distintos puntos de la provincia se reunió para denunciar deficiencias e irregularidades en las prestaciones. Advierten que odontología, bioquímica y oftalmología son los servicios con mayores problemas.