Si bien las ciudades pueden tener grandes atractivos y proporcionar distintas comodidades para sus habitantes, lo cierto es que las grandes urbes contemporáneas acarrean consigo el gran problema de la contaminación atmosférica. Si bien la conciencia respecto a la misma está creciendo, en conjunto con las medidas para reducirla, lo cierto es que incluso bajo los niveles considerados seguros la contaminación del aire trae serios riesgos para la salud de la población.
Esto lo afirma un estudio realizado por la Escuela T.H Chan de Salud Pública, dependiente de la Universidad de Harvard, la prestigiosa institución de Estados Unidos, que se dio a conocer de manera sintética en el medio de divulgación de esa casa de estudios, The Harvard Gazette.
Vivir en una gran urbe, factor de riesgo para la demencia
Para el metaanálisis se tomaron en cuenta 51 trabajos de la última década respecto a la problemática, analizando sus posibles sesgos. Luego, fueron solamente seleccionados 16 de los mismos, ya que se consideró que estos cumplían los criterios adecuados para la investigación.
Utilizando ese método, se vio que la literatura científica ha relacionado inequívocamente la exposición a la polución con contaminantes de partículas finas (PM2.5) con un riesgo más elevado de padecer demencia, de acuerdo a lo detallado por el sitio 20minutos.
Lo llamativo es que esto se da incluso cuando la exposición es por debajo de los estándares que se consideran aceptables actualmente, como el de la Agencia de Protección Medioambiental estadounidense, que son 12 microgramos por metro cúbico de aire [μg/m3]. Algunas de las investigaciones llegaban a la conclusión de que cada 2μg/m3 al año se incrementaban las posibilidades de desarrollar demencia hasta en un 17%.
Altos niveles de algunos otros contaminantes como el óxido de nitrógeno o el dióxido de nitrógeno también fueron asociados con un mayor riesgo.
La importancia de las políticas públicas
Los autores de estos estudios también lanzaron algunas advertencias sobre lo concluido. Existen otros factores de riesgo con una mayor asociación, como lo son el nivel educativo o el hábito de fumar.
La cantidad de personas que están expuestas a la contaminación ambiental es muy elevado. Lo que hay que tener en cuenta de este factor es que no se cambia a través de acciones individuales como el tabaco o la dieta, sino que su transformación depende las políticas públicas.