Con un espectáculo prolijamente diseñado, una puesta musical y de escena superior e interpretaciones, destacadas por el músico Pedro Aznar, y con la emoción a flor de piel, la Fiesta de la Cosecha confirmó su lugar entre los mejores eventos de la agenda vendimial.
Este año en un formato diferente, la celebración –organizada por el Fondo Vitivinícola, en co-producción artística con el Gobierno de Mendoza y con el acompañamiento de la Bodega Estancia Mendoza y la Municipalidad de Las Heras -supo mantener su esencia: una celebración de la cultura de la viña y del vino, un homenaje a sus hacedores y una gran apuesta a la originalidad musical.
Esta edición de la Fiesta de la Cosecha se trasladó excepcionalmente al Teatro Independencia y desde esta imponente sala, multiplicó su llegada a La Enoteca donde 250 personas más disfrutaron del concierto en un evento al aire libre y cientos de espectadores también vivieron la fiesta a través del canal de Youtube El Vino Nos Une.
Apostados en los sillones del jardín frente a la Enoteca Lucas y Luciana opinaron que aunque es diferente la propuesta diferente les gustó. “Se ve todo muy elegante. Está bueno poder comprar vino y poder participar de las degustaciones. Y aunque nada se compara con el recital, está bueno que sea al aire libre y que haya poca gente”, dijo la pareja de Ciudad.
Marta opinó que es una buena oportunidad para probar otros vinos de bodegas que no son tan conocidas.
En La Enoteca se vivió una energía especial. Con todos los protocolos sanitarios, las 250 personas que asistieron a la transmisión simultánea disfrutaron del concierto en pantalla gigante, bajo un cielo perfecto, y de las degustaciones que ofrecieron las bodegas convocadas.
La Orquesta Filarmónica de Mendoza, dirigida por César Iván Lara, abrió el concierto e instaló el clima festivo. Luego llegó el dúo Orozco Barrientos quienes trajeron la música cuyana al escenario. Más tarde, el repertorio “folk” fue tomando diferentes colores con Fran Figueroa, Gabriela Fernández y Javier Montalto.
“Justo nos enteramos por un tour que hicimos”, contaron Pablo y Agustina que vinieron de Córdoba de vacaciones. “Todo esta muy bien organizado y se pude disfrutar Vendimia, que nunca habíamos vivido de cerca”, comentó la pareja cordobesa.
Pedro Aznar apareció en escena para acompañar los primeros acordes de “Como la cigarra” que dibujaron un pequeño homenaje a la gran María Elena Walsh. Luego, a dúo con Gabriela Fernández, la cueca “Remolinos” –del querido Nolo Tejón- levantó vuelo en el aire del teatro, que agradeció con palmas. El final también tuvo aire de homenaje a otra joya del rock nacional: una gran versión de “Himno de mi corazón”, el tema de Los Abuelos de la Nada. A primera vista, uno de sus clásicos, fue el bis que interpretó el músico ante el delirio del público.
Un noche sin invitados especiales ni reinas
Puntuales e impuntuales. El evento musical y en el Independencia inició puntual, a las 22, sin embargo, fieles al estilo mendocino, muchos llegaron más tarde.
Poco fervor. La diferencia con los eventos presenciales en el aeropuerto fue notable. Mientras los músicos se lucían en pantalla, los asistentes conversaron entre ellos, degustaron vinos y conversaron otro poco más. Lejos del fervor que se vivió otros años en cada previa al acto central.
La más aplaudida. Fue “Barro tal vez”, del inolvidable Spinetta, que mezcló la inigualable guitarra de Aznar y las cuerdas de la Filarmónica. La emoción manifestada en los aplausos no tardó en hacerse emoción.
Buenas ofertas. Hubo vinos a muy buen precio. En el predio se conseguían dos malbec por 500 pesos y por 900 pesos en el caso de los reserva.
Sin invitados especiales. No hubo invitados especiales en La Enoteca. Tampoco dieron el presente las reinas Vendimiales o de mandato cumplido.