El fotógrafo y coleccionista mendocino José Alberto Vicente obtuvo en las últimas horas el premio “Fotografía de Oro” en un concurso internacional denominado Collage Photography of India, de la República de la India, con una imagen obtenida en el Pasaje San Martín de la Ciudad de Mendoza.
Se trata de una fotografía de antiguos vitró –que tienen casi 100 años-, de origen francés y ubicados en el techo del Pasaje San Martín, primer edificio de hormigón armado de Mendoza y cuyos ascensores también son pioneros en la provincia.
“Estoy halagado y feliz”, dijo a Los Andes Vicente, para señalar que días atrás visitó el edificio y tomó muchísimas imágenes, aunque la que más le gustó fue, precisamente, la que envió al concurso.
José Alberto Vicente tiene casi 70 años y prácticamente toda su vida practicó esta pasión, la fotografía. Reunió a través del tiempo innumerable cantidad de cámaras, rollos, ampliadoras y otros elementos que lo llevaron a armar un proyecto de fundar un museo.
“Siempre dije que es mi máxima aspiración, un lugar donde puedan acudir estudiantes, escuelas, turistas y público en general para conocer el antepasado de la digitalización y los secretos del antiguo revelado de fotos”, comentó.
José comenzó su carrera siendo un niño, en la escuela Hipólito Yrigoyen, cuando oficiaba de fotógrafo de un grupo de niños periodistas en el aula. Más tarde, al finalizar la primaria, sus tías le obsequiaron la cámara de 35 milímetros que aún conserva.
De allí en adelante, en forma paralela con su trabajo en la Compañía Argentina de Teléfonos (ex Telefónica de Argentina) se dedicó a participar de numerosas exposiciones y concursos.
Recuerda especialmente una de ellas realizada en los años 90 relacionada con las ruinas incas, donde incluso pudo obtener valiosas imágenes de arqueólogos trabajando en el lugar.
También es fanático de los paisajes y de las fotos ambientadas en la naturaleza.
En su colección también atesora numerosos elementos modernos y cámaras digitales que adquirió y que le han regalado con el tiempo.
“He tenido mi laboratorio blanco y negro que me ha dado numerosas satisfacciones. Me costó muchísimo adaptarme a la era digital, me resistía, pero finalmente lo hice”, cuenta, para agregar que participa y ha participado de numerosas agrupaciones y peñas relacionadas con el rubro.
Agrega que este hobby que tanto le apasiona se gestó de manera individual. “Nadie me lo inculcó, al igual que el coleccionismo. Suelo reunir monedas y estampillas, además de cámaras fotográficas”, señala.
José es consciente de que su iniciativa es ambiciosa, pero no por eso imposible y que, de adquirir la propiedad, deberá iniciar una obra adaptada a este tipo de emprendimiento.
“Ya en casa no tengo espacio para tantas piezas y además quiero mostrarlas. Hoy estoy jubilado y tengo el tiempo para hacerlo y ocuparme. Solo necesito un poco más de apoyo”, sostuvo días atrás, durante otra charla con este medio.