¿Cómo se informarán las sociedades y cómo van a votar las personas si no se puede distinguir entre lo real y lo ficticio? En abril de 2024 tuve la posibilidad de participar de un evento organizado en Italia llamado AI In Journalism Futures para repensar el futuro del periodismo a 15 años. En ese encuentro, 60 profesionales de todo el mundo nos imaginamos cómo será informar en el futuro. Es difícil imaginar qué ocurrirá en los próximos 141 años, pero es un poco más factible imaginar qué puede ocurrir en 15 o 20 años, qué se puede hacer ahora, y me gustaría compartir algunas de estas ideas.
En ese ejercicio, del que participó María Ressa, premio nobel de La Paz, surgieron algunos escenarios posibles, y quisiera compartir mi visión: esperamos que en una década la disrupción de la inteligencia artificial general (máquinas que adoptan un grado cercano a la conciencia) esté muy cerca: quedarán apenas algunas pocas áreas donde las máquinas todavía no hayan tomado el control de lo que se produce en las sociedades. Las corporaciones digitales líderes en inteligencia artificial van a administrar “la verdad a escala planetaria” y esa imposibilidad de diferenciar lo real de lo ficticio impactará en la constitución de las democracias. Al mismo tiempo, es altamente probable que la ciencia descubra cómo estimular comportamientos de una forma nunca vista.
La masificación del contenido sintético audiovisual va a alcanzar un alto grado de perfección. Las compañías de medios buscarán desesperadamente interceder con su contenido en audiencias cada vez más dispersas. El contenido audiovisual seguirá liderando el consumo, pero excederá las pantallas tradicionales y llegará a dispositivos portables, como lentes o incluso insertados en el cuerpo o directamente la mente.
Las compañías de medios tendrán como indicadores centrales las emociones que generan las historias en las audiencias y trabajarán para optimizar esas emociones en función de sus objetivos de negocio. Los avances en neurociencia permitirán realizar predicciones globales híper precisas sobre los comportamientos de las personas y estimular comportamientos con objetivos políticos. Medios, gobiernos y la sociedad civil se lanzarán en una carrera por la administración y creación de la verdad sintética que impacte en los sistemas políticos del planeta.
Al mismo tiempo, las máquinas tomarán decisiones autónomas con efectos altamente positivos en la calidad de vida: la AI ayudará a resolver el calentamiento global, el hambre y las enfermedades. La administración de la atención será parte de una nueva forma de guerra fría. Habrá nuevas empresas capaces de reescribir en tiempo real las historias con fines políticos y las democracias serán reemplazadas por percepción ficticia de democracias. El modelo de negocio de estas nuevas corporaciones que administrarán la verdad no será la publicidad, ni la atención, sino la administración de los recursos del planeta.
*El autor es periodista especializado en tecnología