“La mayoría de las cosas las escribí en el mismo momento en que estaba en esos países, son crónicas de mi día a día. Son muy pocas cosas las que escribí después, cuando volví. Mi última misión fue en Afganistán y a partir de allí me quedó todo un desgaste psicológico después de tantos años. La verdad es que no fue fácil readaptarme cuando regresé”. Pausada, pensando cada una de sus palabras, la médica ginecóloga Estela Celia Kohn repasa desde su casa en San Rafael sus más de 15 años de misiones humanitarias como parte de Médicos sin Frontera y de la Cruz Roja.
La misma Estela Celia Kohn que hace poco más de dos meses repasaba con Los Andes sus días en Afganistán allá por 2001, luego del atentado a las Torres Gemelas y en el instante en que Estados Unidos invadió aquel país para derrocar al hoy renaciente régimen talibán. Estela vivió más de cuatro años en Afganistán -de forma interrumpida, ya que viajaba como parte de misiones concretas-. Y sus vivencias en este país asiático son solo parte del hilo conductor del libro “Ojos que ven. Crónicas de una médica argentina en Asia y África” que presentará el miércoles 27 de octubre en la sala magna del Centro de Congresos y Exposiciones de Ciudad y como parte de la Feria del Libro 2021.
“No he escrito de todos los países en que pude estar. Las crónicas son de las misiones en Camerún, Afganistán, Liberia y Sudán. Y la verdad es que esto nunca intentó ser un libro, sino más bien una catarsis diaria que me salía en los momentos difíciles. Eran cosas que escribía estando allá, después de que terminaba cada día”, agrega con su tono reflexivo la doctora, que continúa desempeñando sus funciones en el Hospital Español de San Rafael y ni siquiera piensa en alguna especie de retiro. “Tengo más de 60 años, pero me siento de 30″, destaca entre risas. “La edad cronológica no importa. Sigo trabajando, primero, porque no tengo jubilación. Pero, principalmente, porque la verdad es que no me imagino sentada frente a la televisión tejiendo”, destaca Kohn.
En una simple charla resulta prácticamente imposible repasar los 15 años de vivencias en las distintas misiones de las que participó la mendocina, como probablemente lo resulte intentar detallarlas en esta nota. Pero para ello está el libro que Estela presentará el miércoles próximo a partir de las 16. Y que complementará con la charla que brindará en esa ocasión.
“Lo que más impacta de haber estado en esos países no es tanto lo que se vive en ellos, sino ver cómo en la sociedad occidental tiramos y nos deshacemos de cosas. No nos damos cuenta de todo lo que derrochamos. ¿Cuántas veces dormiste al aire libre, no tuviste agua o electricidad? Nosotros no nos damos cuenta de todo lo que desaprovechamos. En los países más ricos de Europa se tira muchísima ropa y hasta muebles. Y mientras eso pasa, yo venía de lugares donde la gente no tenía nada. Realmente la desigualdad en el mundo te impacta”, reflexiona Estela.
La vuelta al mundo en misiones humanitarias
En 2013, Estela Celia Kohn dijo basta a sus más de 15 años como voluntaria de misiones humanitarias de las que participaba como médica. El común denominador de los destinos a los que era afectada era siempre el de una realidad caótica, producto de una guerra (incluso civil) o de una catástrofe natural, como por ejemplo los terremotos que la llevaron a desenvolverse en Haití y en Pakistán. “Sobre esos lugares no tengo escritos, pero la cuestión humanitaria es fundamental. A Pakistán me tocó ir después de un terremoto que dejó cerca de 300.000 muertos”, rememora.
Los países en que más tiempo vivió la médica son Congo, Afganistán y Sudán. En algunos de ellos llegó a estar hasta cuatro años, aunque de forma interrumpida y no de corrido. “Cuando el país es peligroso, no hacés misiones tan largas. Son períodos de tres o seis meses y luego se hace un break”, aclara.
Su primera misión fue entre 1997 y 1998 en Conakry, capital de Guinea. Pero fue Afganistán -país al que llegó en 2001- donde realmente quedó impactada con el quiebre cultural, de costumbres y hasta sus paisajes “Afganistán te atrapa mucho. El paisaje es un paisaje lunar, parece que estuvieras en un lugar donde nunca hubo nadie y es un país muy pobre. A mí realmente me gusta mucho, porque la gente no tiene tal vez la cultura de leer y escribir, pero tienen metido dentro de ellos esa cultura milenaria. Viven en cuevas y te ofrecen un pedazo de pan, que puede ser lo único que tienen. Pero si no se lo recibís, se ofenden. Las mujeres trabajan mucho en lo que es artesanía y es todo parte de una cuestión milenaria que nosotros no tenemos”, destaca Kohn.
Incluso, hasta el paisaje le resulta magnéticamente atrapante a la ginecóloga mendocina. Y es que es precisamente en Afganistán donde tiene su origen la geografía de montaña que da lugar luego a la imponente cadena montañosa del Himalaya.
África, la violencia a la mujer y la mutilación genital
Al momento de repasar sus misiones en África, las memorias y crónicas de Estela son variopintas. E incluyen desde la alegría musical de algunos sitios hasta la pesadilla de la violencia contra la mujer.
“Congo es un país que realmente me atrapó. En total estuve casi cuatro años allá, y es un país musical. Todo el mundo está bailando todo el tiempo, siempre hay música. Y es como que la gente está todo el día riéndose, lo toman como algo normal. Me han quedado grandes amigos allá y con los que todavía sigo en contacto”, agrega la referente. Y añora esos colores vivos y frutas tropicales en sus recuerdos.
Pero los viajes de Estela no fueron de disfrute ni tampoco un crucero o unas vacaciones paradisíacas, precisamente. Y la propia ginecóloga lo tiene bien fresco en su memoria también. “Me tocó ir después de una guerra tribal y la verdad es que se había hecho un desastre en el lugar. En Congo son ‘simpáticos mentirosos’, como les digo. Porque tienen una dicotomía y pasan a ser crueles de un momento a otro. La verdad es que son rapidísimos de mente y esa rapidez es admirable, quizás a raíz de tantos años de colonización y exterminio. Pero también fue en Congo que comencé con un programa de lucha contra la violencia contra la mujer entre 2003 y 2004, porque nos encontramos con cientos de miles de mujeres violadas”, recapitula la médica y escritora.
Sudán fue otro país que, en palabras de la propia Kohn, le “costó”. Allí participó de tres misiones entre 2006 y 2007, y hasta a los propios participantes de las misiones humanitarias eran perseguidos por todas partes. “Es un país muy difícil, la gente tiene carácter muy difícil, agresivo. Necesitábamos salvoconductos para movernos adentro y, así y todo, no nos miraban bien.
Justamente en este país -y también en Liberia-, Estela Kohn se topó con otra dramática realidad: la mutilación genital femenina. Un drama al que, además, tuvo que hacerle frente desde su particular lugar especializada en ginecología. “Ahí terminás de entender que esta práctica terrible no tiene nada que ver con ser del islam o no. Liberia, por ejemplo, tiene una población protestante, evangelista y católica. Pero la mujer sufre mutilación. Esto tiene que ver exclusivamente con la falta de respeto a la mujer, no con la religión. No son los musulmanes, sino son quienes miran a la mujer como un ser inferior. En Sudán, por ejemplo, escuchábamos todo el tiempo decir que la mujer es ‘diabólica’ porque tiene clítoris. Es una idea que repiten hasta las mismas mujeres”, agrega Estela.
En muchos países africanos, incluso, la médica humanitaria no podía revisar a las pacientes mujeres si no estaban presentes los hombres o si no contaban con el consentimiento de sus esposos.
La presentación
-Feria del Libro Mendoza 2021
-Libro: “Ojos que ven. Crónicas de una médica argentina en Asia y África”, de Estela Celia Kohn.
-Día y lugar: Miércoles 27 de octubre, a las 16. En el Centro de Congresos y Exposiciones de la Ciudad de Mendoza.
