La mandaban a “lavar los platos” y ahora es “La Messi del efootball”: la mendocina que se consagró en los Panamericanos

María Belén Giunta era muy chiquita cuando sus padres le obsequiaron una consola de videojuegos. Desde entonces, nunca dejó de perfeccionarse. Hoy es una destacada jugadora de efootball, disciplina que se considera un deporte.

La mandaban a “lavar los platos” y ahora es “La Messi del efootball”: la mendocina que se consagró en los Panamericanos
La mendocina que ganó medalla de plata en los Panamericanos de Chile. | Foto: gentileza

María Belén Giunta era muy chiquita cuando sus padres comenzaron a regalarle, a ella y a sus dos hermanos, los clásicos videojuegos. Era el obsequio típico y preferido en el hogar de Guaymallén, donde pasaban horas y horas entretenidos. Claro que lejos estuvo de imaginar “Belu”, y mucho menos la familia, que algún día iba a brillar en ese deporte, según es considerado hoy.

Lo cierto es que María Belén acaba de ganar la medalla de plata en los Juegos Panamericanos 2023 de Chile en la disciplina esports, en el luego efootball, un videojuego de fútbol.

Es decir, un deporte electrónico, también llamado ciberdeporte. Se trata de competiciones de videojuegos que se han convertido en eventos de gran popularidad. Por lo general, los deportes electrónicos son competiciones de videojuegos multijugador, particularmente entre jugadores profesionales.

“Fue todo muy de a poco y estoy agradecida y feliz de los grandes avances que he venido experimentando. Sin embargo, muchas veces me entristece no haber podido traer el oro, que quedó en manos de una jugadora brasilera”, se lamenta, en diálogo con Los Andes.

Aunque todavía siente un sabor “semiamargo”, porque insiste en que deseaba el oro con mucho fervor, admite su gran crecimiento desde aquel día en que un amigo la llevó a competir a San Juan, en 2017.

“Fue un antes y un después porque hasta ese momento solo jugaba a nivel local. Aquella vez perdí la final por penales, pero igual fue muy valioso y enriquecedor porque comencé una etapa nueva, es decir, a participar de los clanes en la Argentina, grupos que se armaban para competir. Creo que fue el puntapié para ir creciendo poco a poco en esto que para mí es maravilloso”, reflexiónó.

El año 2019 también fue muy significativo para Belén porque fue allí cuando la convocaron de club Argentino Juniors. Si bien ella competía siempre desde Mendoza y solo viajaba en pocas ocasiones, también representó un gran avance. Si bien apenas la convocaron comenzó la pandemia por el Covid-19, sigue muy vinculada a ese club.

Día a día y entrenando mucho, Belu llegó a Chile para representar a la Argentina. El certamen se realizó entre el 30 de octubre y el 6 de noviembre pasado.

El envión, según cuenta, lo tuvo el año pasado en los Sudamericanos que se jugaron en Paraguay y donde también obtuvo medalla de plata.

La mendocina que ganó medalla de plata en los Panamericanos de Chile
La mendocina que ganó medalla de plata en los Panamericanos de Chile

“De alguna manera percibo mi gran avance, pero también suelo ver la mitad del vaso vacío porque quería el campeonato no solo por mí sino por la mucha gente que me apoya”, reconoce, mientras cuenta que si bien hoy se considera al esports como deporte al igual que tantos otros –de hecho, durante los Panamericanos convivió con jugadores de muchos países y de todas las disciplinas-- todavía no es remunerado. Se trata de una cuenta pendiente.

“No es remunerado en este país, pero en Europa los jugadores electrónicos cobran a la par de los que están en una cancha, es decir, casi como un jugador real de cualquier deporte profesional. Algunos torneos se cobran o se nos brinda la indumentaria, pero son los menos, creo que vamos camino a eso, pero lentamente”, subraya.

De la escuela, directo a jugar

Hija de Antonio, que trabajó toda su vida en las Fuerzas Armadas, y de Ana, docente, cuenta que ambos fallecieron. Tiene dos hermanos, Laura y Nicolás, que, si bien ambos también pasan algunas horas frente a la pantalla, y lo hacen muy bien, no lo hacen al nivel de María Belén.

“Mis padres fallecieron de muy jóvenes. No sé, realmente, qué pensarían si me vieran en esta instancia. Es una buena pregunta”, se sincera.

Dice que pasaban horas jugando a los videojuegos luego de la escuela. “Era una manera de estar entretenidos en casa y de no salir tanto a la calle. La semilla, de alguna manera, germinó”, grafica Belén, que vive junto a su hermana en el barrio Unimev de Guaymallén y por ahora se define como “solterita y sin apuro”.

Pese a que su pasión son los videojuegos, que la están llevando a convertirse en una destacada figura a nivel nacional, Belén es licenciada en Comercio Internacional.

Sin embargo, sobre todo después de la pandemia comenzó a trabajar como programadora. Hoy se desempeña en Mercado Libre, tarea que inició el año pasado.

Admite, por otro lado, que en estas competencias en general se está comenzando a separar las categorías en mujeres y varones y aseguró que es difícil encontrar exponentes femeninas que se dediquen al efootball.

“En esta oportunidad, es decir, en Chile, competimos contra mujeres, pero no es fácil encontrarlas. Cuesta afianzar equipos femeninos, en general son deportes más vinculados a los hombres”, comenta.

En ese sentido, sostiene que el machismo, lamentablemente, existe y está muy arraigado en esta disciplina.

“Muchísimas veces me han mandado a lavar los platos. Muchísimas. Los hombres, al menos en este deporte, se consideran superiores y en varias ocasiones me desafían”, advierte.

“Por las redes suelo encontrar varones que me invitan a jugar y de antemano me dicen que me van a dar vuelta con una media, por citar un ejemplo. Si acepto, juego y gano, me dicen que estuvo mi novio detrás y que por eso gané”, confiesa, para agregar: “El machismo sigue exisitendo y es muy difícil afianzar y consolidar a la mujer en esta disciplina que por épocas jugó más público masculino que femenino”.

A la hora de los balances tras una extensa trayectoria en el mundo de los juegos electrónicos, María Belén cierra, emocionada: “Me quedé pensando en mis padres y creo que gracias a que ellos que me compraron las cónsolas de videojuegos hace ya muchos años, cuando era chiquita, es que llegué hasta acá”.

“Sin duda, en realidad, fue todo gracias a lo que ellos me dieron. Ojalá pudieran ver hasta dónde llegue, donde quiera que estén. Pienso que se puede soñar, que las cosas se dan cuando ama lo que hace”, finaliza.

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