Este año se publicó un estudio científico que daba cuenta de una preocupante situación. De acuerdo a la investigación, la extracción de aguas subterráneas y su traslado provocó desplazamientos de una masa tan grande que la Tierra se inclinó casi 80 centímetros hacia el Este entre 1993 y 2010.
“La redistribución humana del agua existente bajo la superficie terrestre provoca que la Tierra se incline a un nivel mayor de lo considerado normal. El ser humano ha extraído una masa de agua tan grande que el eje de rotación de la Tierra se ha inclinado”, destacó una investigación publicada en la revista Geophysical Research Letters.
Los científicos basaron sus cálculos en estudios previos, estimando que “los humanos bombearon 2.150 gigatoneladas de agua subterránea en dos décadas, equivalentes a un aumento del nivel del mar de más de 6 milímetros”.
Ahora el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua dice que la extracción excesiva de agua subterránea induce una caída en el nivel freático y, por ende, una disminución en la contribución de agua del acuífero a los ríos y océanos.
Esto afecta significativamente el estilo de vida de la humanidad y la vida silvestre del mundo entero. También puede tener un impacto en los efectos del clima o generar climas extremos, como sequías, inundaciones o lluvias muy fuertes.
En tanto, la Universidad de Zúrich realizó un estudio y confirmó que son más de 9,6 billones de toneladas de hielo glaciar lo que se derritió desde 1961, hasta el 2016, esto ha provocado un aumento de nivel del mar de 27 milímetros.
Aunque los cambios en la rotación de la Tierra causados por el bombeo de agua subterránea son graduales y no se notarán de inmediato. Sin embargo, a lo largo de miles de años, podrían tener un impacto significativo en el clima, según Surendra Adhikari, investigador del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.