Tatiana Lobasso tiene 12 años, vive en Godoy Cruz y es una niña alegre y estudiosa que ama el deporte y está llena de amigas. Tiempo atrás, de manera inesperada comenzó a sentir que se le cerraba el esófago y, así, debía vomitar todo lo que ingería.
Su familia comenzó a peregrinar entre distintos médicos mientras perdía peso sin prisa ni pausa. El cuadro comenzaba a generarle complicaciones sociales, además de las propias del organismo, ya que fue al viaje de egresados de la escuela primaria con cierto temor y, efectivamente, sus reiteradas idas al baño para vomitar lo poco que comía le ocasionó una gran incomodidad.
Pero eso forma parte del pasado: tras el diagnóstico, denominado acalasia, el último 19 de enero, Tatiana fue exitosamente operada de manera inédita en el Hospital Dr. Humberto Notti. Fue la primera cirugía endoscópica del país en un paciente pediátrico.
Se trató de una miotomía endoscópica peroral (POEM es la sigla en inglés). Se trata de una técnica segura, reproducible y efectiva, que consigue un control de los síntomas de la acalasia, según comentó el cirujano endoscopista Jorge Isaguirre.
“Fueron tiempos muy difíciles; en un principio hasta nos derivaron con una psicóloga porque pensaban que no comía por alguna cuestión emocional. Pasamos por muchas sospechas de trastornos, pero nada la curaba”, repasa Vanesa Barroso, su mamá, en diálogo con Los Andes. La mujer está casada con Mauricio Lobasso, que es chofer de camiones y ambos tienen otras dos hijas, Carla y Morena.
En medio de este proceso, la familia quedó sin obra social durante un tiempo. Por eso, finalmente, fueron derivados al Hospital Notti donde, luego de numerosos estudios específicos, se llegó al diagnóstico final, acalasia tipo 1, que se produce sin explicación científica alguna.
Los gastroenterólogos del equipo médico comprobaron que Tatiana ni siquiera podía beber agua sin correr a vomitar. Así fue como, finalmente, tuvo que alimentarse a través de una sonda nasogástrica que, incluso, debió llevarla a la escuela sobre fin de año.
“Su vida había cambiado por completo. No podía hacer deporte y, menos que menos, comer lo que quisiera. Agradezco al colegio y a sus compañeros, que lejos de burlarse la apoyaron un montón”, recuerda su mamá.
Una vez que se determinó que el esófago estaba en condiciones de ser intervenido, ya que corría riesgo de estar afectado a raíz de la sonda, se estableció la fecha de la cirugía, que demoró alrededor de una hora y media.
“Inmediatamente mi hija empezó a mejorar. Una vez en casa pasamos del líquido al licuado, luego al alimento molido y ahora comenzamos con trozados. Es otra nena y agradezco profundamente el tratamiento y la dedicación del equipo médico del Hospital Notti”, dijo Vanesa, que es ama de casa.
Tras haber finalizado la primaria en la escuela Escuela N° 1-337 “Juan Francisco Cobo”, Tatiana ya piensa en debutar en la secundaria. Se anotó en Escuela Nieves Del Aconcagua, situada en ciudad.
Su condición le impidió esta temporada acudir a la escuela de verano, aunque, señala su mamá, era tanto el deseo de mejorar su estado general que eso pasó a segundo plano.
“El año que viene podrá retomar, si Dios quiere. Afortunadamente la recuperación es evidente y estamos contentísimos”, concluyó Vanesa.
En qué consistió la cirugía
Esta cirugía inédita en niños fue un procedimiento mínimamente invasivo, que permite una rápida recuperación del paciente.
De acuerdo con la explicación médica, la cirugía endoscópica del tercer espacio es un procedimiento endoscópico mínimamente invasivo que permite el desarrollo de estrategias terapéuticas para tratar enfermedades como la acalasia, trastorno poco frecuente que impide el paso de los alimentos y líquidos desde el esófago al estómago.
Lo novedoso de este tipo de intervenciones es que, a diferencia de una cirugía tradicional, este procedimiento permite ingresar al tubo digestivo y navegar por la pared del órgano, en este caso el esófago, con ayuda del endoscopio por un orificio natural, como lo es la boca, y así llegar al lugar que se ha predeterminado con estudios específicos, para evaluar qué porción del esófago no tiene el movimiento o la relajación necesaria para que el alimento pase como debe hacerlo.
“La acalasia provoca como síntoma reflujo de la comida en la garganta –regurgitación--, dolor de pecho y pérdida de peso. Para resolver este caso que se nos presentó, el equipo médico decidió aplicar por primera vez en Mendoza la cirugía denominada miotomía endoscópica peroral (POEM es la sigla en inglés)”, indicó Isaguirre.
El avance y el desarrollo de estas técnicas endoscópicas han permitido en los últimos años un posicionamiento muy importante debido a que se presentan como alternativas terapéuticas mínimamente invasivas y con resultados muy efectivos.
Cirujanos junto a los equipos de gastroenterología y anestesiología resolvieron exitosamente a través de un procedimiento endoscópico la enfermedad congénita denominada acalasia. A través de un estudio minucioso de la paciente se decidió aplicar por primera vez en Mendoza y el país esta técnica, contando con el apoyo de uno de los cirujanos expertos en la materia, el doctor Arturo Valle (Chile).
El doctor Daniel González, jefe del servicio de cirugía, comentó que se aplicaron todos los mecanismos necesarios para poder llevar adelante esta novedosa técnica con el objetivo de, en primer lugar, alcanzar resultados efectivos con la menor invasión posible para los pequeños pacientes y, en segundo lugar, por el crecimiento científico de la institución.
Las ventajas son amplias. El posoperatorio del paciente se reduce a, como máximo, 48 horas para el alta médica. “Habitualmente estos pacientes no pueden ingerir líquidos. Entonces, una vez que se recupera de la anestesia, nosotros realizamos la prueba del agua, es decir, le damos a tomar agua y hemos podido observar que muestra un alivio inmediato, ya que el líquido fluye sin ningún problema”, dijo.
“Pero además sucede que, como antecedente, estos pacientes suelen tener colocado un gastrostoma para poder nutrirse, ya que no pueden alimentarse por sus propios medios. Con este método, además, disminuye la posibilidad de hacerle una gastrostomía, es decir, perforar el abdomen para poder alimentarlo, sino que se realiza directamente por endoscopia resolviendo el problema y logrando que el paciente se recupere rápidamente”, acotó Isaguirre.