Nada de sutilezas ni metáforas rebuscadas: el enorme cartel del flamante negocio llamado Ver Gotas, deja bien en claro de qué se trata su peculiar oferta. Se trata de un local gastronómico que vende waffles con forma de pene. Por si hacen falta más aclaraciones, el eslogan (escrito en tamaño XL en la cartelería) dice “Que no te A-Pene”. Parece una marquesina de hace 15 años de alguna obra de verano en Villa Carlos Paz.
“Estoy atropellado por el éxito, no tengo competencia acá”, dice a La Voz Daniel Lurgo, el dueño junto a su hermana Tamara, que apostó a seducir clientes por el humor y jura que le está yendo mejor de lo previsto.
El local está ubicado en Duarte Quiroz 241, en pleno centro cordobés, y abrió hace tan solo tres semanas. Lurgo tiene 26 años y hasta hace algún tiempo estaba planeando irse a vivir afuera. Pero como la pandemia le complicó los planes, decidió invertir ese dinero en algo. “Me surgió esta idea al ver unos videos en Tik Tok, un día que estaba… al ocio. Dije ‘tengo que salir de mi zona de confort’, lo empecé a plasmar con mi hermana y nos lanzamos con todo. En tres semanas el resultado es estratosférico, diría yo”, grafica, sin que le tiemble la pera.
El local vende ese solo producto: “Un waffle, una masa esponjosa, así como te gusta”, dispara el emprendedor, casi parodiando a un personaje Capusottiano.
“Cuando entrás al local ves el menú y lo hacés a tu gusto, es personalizado, en el momento te lo rellenamos y mojamos en el baño de chocolate que desees”, acota Daniel, que no puede dejar la “picarezca” ni un segundo.
Para poder darle esa forma, este cordobés mandó a pedir a China una wafflera con el molde, literal, de un pene. “Los saco rellenos, bañados y espolvoreados. Yo te puedo poner lo que vos me digas”, insiste el muchacho.
Por ahora tienen un solo tamaño, de 16 centímetros.
DE LAS POLLERÍAS A…
Esto no es un invento de Lurgo: “En España está de moda y traje la idea de allá, solo que allá se llaman ‘pollería’, porque venden pollas”.
Según él, ahora el boom se dio por la forma y el eslogan, motivo suficiente para tener el local lleno. “Por ahora sólo vendemos los dulces, porque si sumo el salado no voy a dar abasto”.
Por ahora se puede pedir en cuatro sabores: dulce de leche, Nutella, Kit Kat y Kinder, y a su vez se puede bañar en chocolate blanco, negro o saborizado con red velvet, y en colores morado, celeste o naranja. Cada uno cuesta entre 300 y 350 pesos. Sólo en el Día del Amigo, Daniel asegura que pasaron más de 400 personas por el local.
“Tenemos un 70 por ciento mujeres y 30 por ciento hombres, parejas, gente grande, acompañados o solos, lo que te imaginés. Y yo acá te vendo el show, meto los chistes y la gente se mata de risa. El waffle se vende solo, pero yo lo vendo así, con todo”.
Ante el inesperado “éxito”, Lurgo (que se define como un tipo que siempre fue “trabajador y no muy fiestero, y por eso tengo lo que tengo”) planea abrir otro local, en la misma cuadra, pero dedicado a vender waffles con forma de vaginas. “Acá no podría venderlas, no coincide con el nombre ni el eslogan. Así que quisiera abrirlo acá cerca como para hacer un punto de encuentro, de citas. También vienen waffleras con forma de vagina”.
–¿Qué dijeron desde tu entorno cuando les dijiste que ibas a poner un negocio que se llamaba Ver Gotas?
–Mis padres están muy orgullosos de mí. Amigos, tengo uno solo que vive en Nueva York y él al principio me decía que ponga otra cosa, pero cuando vio el potencial, se sintió orgulloso de cómo me iba.
–Cuando pase la novedad, ¿no tenés miedo que se acaba el chiste del negocio?
–No, porque ahí le meto el salado, y cuando pase ese, meto el helado. Tengo muchas etapas previstas y además tengo ganas de llevarlo a Mar del Plata y Bariloche, con otras sucursales.
*Este texto fue publicado originalmente por La Voz. Se reproduce aquí con la autorización correspondiente.