Un debate que lleva años, horas de discusión y falta de acuerdos, se vuelve a instalar nuevamente en la sociedad mendocina con renovada fuerza. Es que la pandemia obligó a modificar innumerables rutinas de los mendocinos, entre ellas, el horario para hacer las compras. Así es que por la cuarentena los comercios se vieron obligados a abrir de 10 a 18, primero, y hasta las 19 después.
Esta situación fue tomada como impulso por el senador radical Diego Costarelli quien está promoviendo un proyecto de ley para que la atención comercial quede fijada en horario corrido. La misma fue apoyada por el intendente de Capital Ulpiano Suárez, pero resistida por algunos gremios.
Las realidades en los comercios de la Provincia son tan diversas como las opiniones de las cámaras empresarias. Ya que si bien parte de los negocios lograron captar clientes durante estos horarios y se les hizo más conveniente para evitar movilizarse dos veces por día, otros decidieron atender solamente hasta las 14 o 15 o cortaron el horario para continuar de tarde.
Se trata de una discusión que no sólo se está dando en Mendoza: en otras provincias del país distintas organizaciones consultadas aseguraron apuntar en este sentido, ya que si bien implica un cambio de costumbres, remarcan que traería beneficios y se trata de una tendencia mundial.
Organizaciones regionales
Para salir del Gran Mendoza, Los Andes consultó a tres cámaras del interior de la provincia. Desde la Cámara de Comercio, Industria, Agricultura y Turismo de Tunuyán compartieron los resultados de una encuesta propia que concluyó que seis de cada 10 empresarios está de acuerdo con el horario corrido.
“El consenso de las empresas, empleados y ciudadanos es absoluto”, manifestó Diego Storini, el presidente, quien reconoció que se refiere principalmente a las villas cabeceras de Tunuyán, Tupungato y La Consulta.
Como único obstáculo mencionó la actual desregulación de las grandes superficies en el Valle de Uco. “Entendemos que hay que mirar al horario corrido de comercio para que conviva con la industria, la agricultura y el turismo. Pero es fundamental empezar a regular la actividad de grandes superficies”, señaló a la vez que propuso reconfigurar el horario bancos y de la administración pública.
“El hacer horario corrido en el Valle de Uco, donde hay tanta dispersión, ayuda con el tema del transporte, escuelas y ambiental”, enumeró Storini. En tanto aclaró que se refiere a un horario extendido sin limitación hasta las 18, sino que se garantice la apertura durante la siesta, pero que tengan la posibilidad de cerrar a las 21 si el comerciante lo prefiere.
En la vereda contraria se paró Pablo González, secretario de la Cámara de Comercio de San Rafael y vicepresidente de la específica de comercio.
“En toda nuestra zona la posición es no regular el horario porque los rubros son sumamente diversos y algunos se pueden ver beneficiados por el horario corrido pero muchos perjudicados”, manifestó.
Como argumentos aseguró que por la cercanía de los hogares de los comercios, los empleados demoran no más de 15 minutos en ir y volver a su casa. “Tenemos encima otro factor, que es el turismo. Generalmente el turista sale a hacer actividades y el centro se empieza a mover después de las 19”, mencionó González.
Durante la pandemia contó que hubo comercios que hicieron horario corrido y que así van a continuar porque les conviene: servicios para obras en construcción, alarmas, entre otros. Pero que hubo otros como indumentaria, calzado y regalería a los que no les funcionó por lo que decidieron hacer cortado y reabrir en la tarde.
“Para abrir corrido tenés que pensar en el almuerzo, en darle el refrigerio a los empleados y tener una cocina, lo que es otra complicación”, añadió.
Diferencia entre el verano y el invierno
Desde el Este, la Cámara de Comercio, Industria y Agricultura de San Martín explicaron que están consultando con sus asociados para tener una postura abarcativa y democrática. De todas formas a priori para Rubén Lisante, presidente de la organización, considera que podría ser viable para la época invernal, no así para el verano. “Por eso queremos elaborar un proyecto alternativo”, adelantó.
Sobre la situación de los comercios con la restricción actual, el presidente reconoció que es difícil generalizar. “Hay negocios que paran una hora durante la siesta, otros que cierran directamente y no vuelven a abrir en la tarde, depende mucho de la calle y si son atendidos por sus propios dueños”, describió Lisante.
Como positivo de un posible cambio reconoció que tiene a favor que el empleado transite una sola vez. “Pero no es fácil de implementar, hay que lograr cambiar los hábitos. Yo creo que mientras más horas abiertas más posibilidad de que llegue gente a comprar”, opinó.
En otras provincias también está el debate
Así como en Mendoza, en gran parte del país la siesta sigue siendo una costumbre muy arraigada. Por esa razón los negocios a nivel general suelen cerrar entre las 14 y las 17 para luego retomar las actividades a la tarde. Con distintas particularidades esto cambió durante la cuarentena y como en nuestra provincia, muchas organizaciones empezaron a ver con buenos ojos la posibilidad de continuar de esta manera.
Desde la Cámara de Comercio San Juan, Hermes Rodríguez, relató que desde hace rato vienen luchando para modificar el horario tradicional. “Con los protocolos del coronavirus la atención de corrido ha sido una experiencia nueva ha funcionado muy bien”, aseguró.
En tanto, señaló que para que fuera más beneficioso sería ideal que también acompañasen los bancos. “En todo el mundo se manejan de corrido por lo que nos vamos a tener que ir adaptando”, expuso.
En similar sintonía, la Cámara de Comercio e Industria de la Provincia de Salta realizó un relevamiento con el objetivo de obtener de los encuestados el horario que consideran más adecuado para el desarrollo de la actividad comercial. Tal como publicó el diario El Tribuno, el 89% de la muestra sostuvo que la actividad comercial debería desarrollarse en horario corrido.
Mientras que en La Rioja también han intentado instalar el horario corrido aunque se encontraron con mayor oposición. “Lo planteamos pero muchos comercios no quisieron, en invierno sería muy conveniente trabajar de esa forma, no así en verano por las altas temperaturas”, comentó Juan Keulian, ejecutivo del Centro Comercial e Industrial de La Rioja para quien es un tema que requiere tiempo y trabajo.
“Lo vamos a conseguir en el mediano plazo”, se esperanzó quien detalló que allí ya volvieron al horario habitual de 9 a 13 y de 16 a 21.
Lo mismo sucedió en Santiago del Estero. “Desde el año pasado venimos trabajando para impulsar el cambio pero hay miedo. Estamos convencidos que las ventas si no se hacen un horario se van a hacer en el otro, es una cuestión de costumbre”, consideró Carolina Ferreyra, gerenta de la Cámara de Comercio de esa provincia. Según las encuestas que han realizado hay mucha aceptación y son los empleados quienes están más a favor.
Por su parte, Sebastián Lucero, vicepresidente de la Cámara de Comercio Exterior de Jujuy recordó que por la pandemia en un principio se implementó el horario corrido para de alguna forma compensar esas horas de menos en la atención al público.
“Al principio la gente no concurría masivamente a los locales comerciales entre las 13 y 16, hasta que vieron la posibilidad de concurrir en ese horario a los negocios y ser atendidos o estar ellos con más tiempo para elegir, preguntar y adquirir lo que estaban buscando”, contó.
De todas formas cuando se fueron retomando las actividades muchos negocios volvieron al horario cortado habitual. “Yo estimo que la tendencia es ir al horario corrido, ahora bien, se deben ajustar algunos factores logísticos para que esto funcione bien”, manifestó.