El Este de la provincia se llenó de alegría y emoción este miércoles por la mañana al recibir, después de 33 años, el paso del primer tren de pasajeros en Mendoza. La formación, que partió de Retiro (Buenos Aires) casi 36 horas antes y pasó la noche en Justo Daract (San Luis), cruzó por La Paz cerca de las 9 y se detuvo en la estación que comparten La Colonia (Junín) y San Martín. Desde allí realizó la prueba de vías hasta Palmira, en un viaje cómodo y ameno que duró 15 minutos y que disfrutaron autoridades y periodistas locales y provinciales.
Se trató de una jornada histórica para Mendoza, que los vecinos vivieron con mucha algarabía y emoción. Es que por fin se realizó el primer viaje de un tren de prueba entre las estaciones Libertador General San Martín y Palmira para conocer el estado de las vías en esa zona con el objetivo de restituir el servicio entre Buenos Aires y Mendoza, después de más de tres décadas.
“Estamos con mucha alegría. Es una jornada que, sin dudas, va a quedar en el recuerdo de todos”, analizó Martín Marinucci, presidente de Trenes Argentinos.
El titular de la entidad a cargo del proyecto destacó el trabajo realizado “para que esto que hoy estamos haciendo como prueba de vía sea una realidad próximamente de un servicio ferroviario nuevamente a Mendoza”. Para eso, Marinucci reconoció la necesidad de poner en condición las estaciones, pero reveló cuándo volverá oficialmente el tren: “Confío que, como habíamos asumido, para marzo podamos estar haciendo la marcha blanca”.
Y aunque todavía resta conocer los resultados de las pruebas en cuanto a la velocidad, se estima que el viaje entre Buenos Aires y Mendoza rondaría las 24 horas.
Cada tren tendrá a la venta boletos para tres tipos de categorías: 24 pasajes para Camarote, que da la posibilidad de dormir en camas durante el viaje; 54 lugares en Pullman, la clase intermedia; y por último la más económica, Primera, con 72 espacios en cada coche.
La formación también cuenta con diferentes espacios para aprovechar, como buffet con mesas para comer y vagones dispuestos para trabajar, leer o hacer otro tipo de tareas. Todos los vagones cuentan con climatización y dos baños en cada extremo, además de amplias ventanas que permiten ver hacia afuera claramente.
Aunque no reveló cuánto costará cada pasaje desde o hacia Mendoza, Marinucci aseguró que “sin dudas va a ser una tarifa accesible”. La referencia es Justo Daract, de San Luis, con un costo de $3.200 para Camarote, $1.100 Pullman y $920 Primera.
La idea, además, es que el tren de pasajeros de larga distancia conecte con las estaciones internas de cada provincia, como el MendoTran o Metrotranvía. “Venimos trabajando muy bien con los nodos logísticos, con la articulación con los municipios para establecer estaciones de transferencias con trenes y colectivos”, dijo el presidente de Trenes Argentinos.
Prueba positiva
Más de 200 personas se acercaron en La Colonia hasta la vieja estación que divide San Martín y Junín, que parece detenida en el tiempo y que hoy se utilizó para la ocasión. Los adultos mayores de la zona con sus nietos fueron los más presentes, con la intención de recordar viejos tiempos y mostrar a las nuevas generaciones un poco de lo que ellos vivieron.
El sol y el calor no impidieron que la gente agitara banderas argentinas, revoleara pañuelos blancos o sacara sus teléfonos para inmortalizar la llegada del tren, que algunos kilómetros atrás ya anunciaba su presencia con la inconfundible bocina y los grandes faroles delanteros.
Las autoridades políticas tampoco quisieron perderse la ocasión, y además de los jefes comunales locales Raúl Rufeil (San Martín) y Héctor Ruiz (Junín), asistieron la intendente de Santa Rosa, Florencia Destéfanis; la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti; el diputado nacional Adolfo Bermejo y José Luis Ramón, diputado provincial, entre otros.
Además, participaron Marcelo Sánchez, gerente general operativo de la empresa ferroviaria; Luciano Hass, gerente de la línea San Martín, y Gabriela Lizana, directora Bice Fideicomisos. Todos ellos subieron a bordo para vivir la primera experiencia ferroviaria en más de 30 años.
Si bien se esperaba que durara cerca de 25 minutos, el trayecto entre las estaciones duró aproximadamente 15 minutos y fue muy tranquilo: el tren tiene un andar suave y los espacios son cómodos, con climatización, baños y disponibilidad de bebidas.
A lo largo de todo el camino se pudo observar a los vecinos que se acercaron a las vías o que detuvieron su marcha ocasionalmente para filmar el paso de la formación, saludar a los tripulantes o simplemente observar y ser testigos del histórico viaje.
Mientras el tren se fue acercando a Palmira, el histórico pueblo ferroviario, cada vez fueron más las personas que lo recibieron con alegría.
Recuerdos y emoción
La alegría y la emoción fueron de la mano en la llegada del primer tren de pasajeros a Mendoza después de 33 años, sobre todo en adultos mayores que crecieron en tiempos ferroviarios y se llenaron de recuerdos.
José Hermoso fue uno de los más escuchados cuando, a sus 95 años, contó que iba a la estación Libertador General San Martín a llevar valijas de pasajeros para hacerse unos pesos. “Ya se me están corriendo las lágrimas, hace más de 80 años que no pisaba este lugar”, rememoró en diálogo con Los Andes.
Algunos se tomaban “El Cuyano”, otros “El Aconcagua” y también “El Zonda”, como se les llamaba a cada tren en aquella época. “Cuando era chico viajaba en el tren y ahora me da una emoción grande que vuelva”, manifestó Juan Carlos Jeremías (59), de La Colonia, quien asistió con sus dos nietos “para que vean lo que es la emoción de viajar en tren”.
“No es lo mismo que viajar en colectivo, es otra cosa. Uno viaja por el campo y no por la ciudad”, advirtió este abuelo, a la vez que reclamó por “las estaciones y los pueblos que se han abandonado al quitar el tren”.
En el mismo sentido, Gerardo Demaldé (78) se lamentó por los 33 años de ausencia “porque el tren de pasajeros es muy útil para la gente más humilde”, según apuntó.
“Cuando hice la colimba me tocó dos años en la Marina e iba desde acá derecho a Bahía Blanca. Ahora traje a mi nieto para que vea el tren de pasajeros, de cómo iba yo en aquel momento”, contó el sanmartiniano, visiblemente emocionado.
Generaciones más jóvenes también vivieron el hecho histórico, como Analía Jofré. “Toda la vida viví en una casa al lado de las vías del tren. Nos criamos al lado de las vías, siempre al lado del tren, saliendo a saludar”, relató la mujer de 45 años. Al lado de su hija de 9 años, desea que la pequeña viva “la emoción que nos daba cuando éramos chicos escuchar las vías y salir a saludar, o poner el oído en los rieles para sentir si venía”. “Eso es lo que se vive: la emoción de la infancia y la expectativa, a lo mejor un poco más de trabajo. Estoy re contenta”, completó Analía.
La algarabía de la mañana estuvo puesta por un grupo de alumnos de la escuela 1-427 Tomás Prisco, ubicada frente a la estación de La Colonia. “Los chicos están muy contentos, son alrededor de 50 niños. Ellos no conocen más que un tren carguero y decidimos traerlos para que lo vivan ellos”, contó la vicedirectora, Verónica Sabatini, mientras los niños cantaban “que venga el tren” una y otra vez.
