El papa Francisco decretó hoy la modificación de uno de los artículos del Código de Derecho Canónico, decisión que supone un paso histórico en la doctrina de la Iglesia al eliminar la restricción de género. En concreto, modificó la ley catolica para permitir que las mujeres puedan acceder a los ministerios del Lector y del Acólito”
Fabián Báez, sacerdote de la parroquia Maria Reina, del barrio porteño de Villa Urquiza, celebró la decisión del Papa y aseguró que la iniciativa “oficializa algo que de hecho sucedía desde hace años”.
Con esta modificación Francisco “quiso hacer oficial e institucional esta presencia femenina en el altar”, aseguró el Vaticano en una nota adjunta al Motu Proprio, de este modo la Santa Sede avala una práctica que ya era utilizada en muchos lugares.
“Tanto leer en la celebración o ayudar en la comunión o acompañar la comunión de los enfermos lo hacen tanto varones como mujeres desde hace muchos años, desde que tengo memoria, esta decisión viene a oficializar algo que de hecho se daba ya hace mucho tiempo, y la veo muy acertada”, señaló el párroco del templo ubicado en Ceretti 2622.
Asimismo, consideró a la iniciativa como algo “muy bueno y lógico” y que “tiene que ver con institucionalizar algo que se hacía, es hacer más trasparente el mensaje del evangelio” y descartó que vaya a modificar las prácticas locales porque “la participación de las mujeres en las parroquias es muy alta”, informó Télam.
“Nuestras comunidades están tejidas por mujeres, también hay varones, pero en su mayoría son mujeres que vienen que ayudan tanto en el culto como con otras tareas, en mi parroquia hay mujeres en todos los ministerios, son ellas las que sostienen la comunidad”, afirmó Báez.
Y agregó: “Todos los cambios generan siempre algún tipo de resistencia en algún lado, pero ahora es la palabra del Papa, es una decisión oficial, podrán estar más o menos de acuerdo pero deberán aceptarlo”.
Según la tradición de la Iglesia, el lector es el encargado de leer la Palabra de Dios en la asamblea litúrgica, instruyendo a los fieles para recibir los sacramentos, mientras que el acólito oficia de ayudante del diácono y al sacerdote en el altar.
En ocasiones, el acólito puede distribuir la comunión y expone el Santísimo para la oración, uno de los momentos de las misas católicas, además de instruir a todos los fieles sobre la Eucaristía.
“Los laicos que tengan la edad y las aptitudes determinadas por decreto de la Conferencia Episcopal pueden ser asumidos permanentemente, a través del rito litúrgico establecido, a los ministerios de lectores y de acólitos; sin embargo, esta concesión no les da derecho a mantener ni a remuneración de la Iglesia”, dispuso el pontífice que quede redactado el artículo canónico sobre los dos ministerios.