Los nubarrones que desde la madrugada habían invadido el cielo fueron el preludio de las pronosticadas tormentas. Su llegada era ansiada ya que se sabía que pondrían fin a una ola de calor tan extensa como sofocante e histórica. También porque habían sido pronosticadas un día antes. Pero finalmente, y tal como estaba previsto, en la tarde de ayer comenzó a llover. El área más afectada fue la Alta Montaña, donde se produjeron cuatro aludes que impidieron el tránsito en distintos sectores de la ruta 7 y la crecida se llevó parte de un puente.
En el Gran Mendoza una lluvia de escasa intensidad comenzó a caer minutos después de las 17 de ayer pero se detuvo menos de una hora después.
Los pronósticos de organismos provinciales y nacionales indicaban que la tormenta se extendería por horas hasta la madrugada de hoy.
El fenómeno generó los primeros inconvenientes durante la siesta en la cordillera. Poco después de las 15, Gendarmería Nacional anunciaba que un alud de barro y piedras había bloqueado parte de la ruta internacional 7 a la altura de cerro Negro. Por ello personal de esa fuerza nacional, de la Policía de Mendoza y de Vialidad Nacional comenzaron con sus tareas entre Potrerillos y Uspallata, una zona donde ya se registraban tormentas importantes. Los trabajos para despejar el trazado obligaron a la suspensión del tránsito.
Poco después se generarían otros tres desprendimientos, aunque de menor tamaño sobre los kilómetros 1.118, 1.120 y 1.125 de la ruta 7. Y en Uspallata, sobre la ruta nacional 149, la correntada se llevó parte del puente ubicado cerca de Las Bóvedas. Un socavón se formó en media calzada en un importante sector de la plataforma, según se observaba en un video difundido por Gendarmería a las 17.20. Cuatro horas después, voceros de la fuerza de seguridad anunciaban la habilitación de la calzada.
Alerta fallida pero el fin de la ola
Los pronósticos y las alertas meteorológicas para Mendoza eran preocupantes ya que anunciaban severas tormentas, que se esperaban para la noche del miércoles y la madrugada de ayer, y que incluían la probabilidad de granizo. Sin embargo, el agua no llegó hasta la tarde de este jueves al Gran Mendoza. Y sólo se registraron algunas precipitaciones leves en algunos puntos del Valle de Uco durante la mañana.
Pero el alerta por las tormentas continuó rigiendo. El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) emitió un alerta naranja para el jueves en la mayor parte del territorio mendocino. La advertencia implicaba que “el área será afectada por tormentas, algunas localmente fuertes o severas, acompañadas principalmente por abundante caída de agua en cortos períodos, importante actividad eléctrica, ocasional caída de granizo y ráfagas intensas”, según la descripción oficial.
Pero el organismo nacional bajó el alerta a amarilla para la jornada de hoy. “El área será afectada por tormentas aisladas, algunas localmente fuertes, que podrán estar acompañadas principalmente por abundante caída de agua en cortos períodos, ocasional caída de granizo, actividad eléctrica fuerte y fuertes ráfagas. Se prevén valores de precipitación acumulada entre 40 y 50 milímetros, pudiendo ser superados en forma puntual”, indicó el SMN.
El Gobierno provincial había adelantado en su pronóstico para el jueves: “Los desarrollos más importantes se puede dar después de las 18 en Valle de Uco, Gran Mendoza y en zona Este”. “El modelo muestra precipitaciones importantes de lluvia y probable caída de granizo. Esta situación se mantendrá hasta las 4 o 5 del día viernes”, completó el anuncio.
Sin embargo, se cumplió con el vaticinio de que la ola de calor que se extendió durante 15 días en la provincia llegaría a su fin el 8 de febrero. La máxima se alejó unos 10 grados, en promedio, de la registrada en jornadas anteriores. Durante la madrugada de ayer la mínima incluso se ubicó en los 20 grados, permitiendo a los mendocinos un descanso reparador.
El lado negativo fue el alto porcentaje de humedad en el ambiente, que pasado el mediodía de este jueves era del 67%.
Un esperado respiro
El alivio continuará, al menos, por unas horas. De acuerdo al meteorólogo Fernando Jara, este viernes la temperatura máxima estará por debajo de los 30°C. Será de 29, mientras que la mínima esperada es de 21 grados. Además estará nublado y persistirá la probabilidad de lluvias.
El fin de semana regresará el calor, aunque el mercurio ya no trepará hasta alcanzar la barrera de los 40 grados, como sucedió días atrás. Para el sábado se espera una jornada con nubosidad variable y ascenso de la temperatura, con una mínima de 20° y una máxima de 32.
El domingo, en tanto, estará inestable, y si bien la mínima se mantendrá en 20 grados, la máxima podría llegar a los 34. Además, podría haber tormentas al final del día, según la Dirección de Contingencias Climáticas de Mendoza.
Para el lunes, el primero de los dos feriados de Carnaval, se espera una jornada más fresca y con probabilidad de lluvias, con una mínima de 18 grados y una máxima de 25. De acuerdo al pronóstico de Contingencias Climáticas, podrían presentarse precipitaciones aisladas. Luego se dará el ingreso de un frente frío.
