Un estudio reciente con datos de la misión Ecostress de la NASA encontró relaciones entre la intensidad de un incendio forestal y el estrés hídrico en las plantas medido en los meses previos al incendio.
Ecostress es un instrumento térmico en la Estación Espacial Internacional que mide la temperatura de las plantas, usado para comprender el estrés de las plantas y su evapotranspiración (ET).
Uno de los productos principales que producirá el equipo de Ecostress es el índice de estrés por evaporación (ESI). ESI es un indicador principal de sequía: puede indicar que las plantas están estresadas y que es probable que ocurra una sequía, lo que brinda la opción para que los tomadores de decisiones adopten medidas.
La investigación, dirigida por científicos del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en el sur de California, se basa en los datos de uso de agua de las plantas recopilados por Ecostress (abreviatura de ECOsystem and Spaceborne Thermal Radiometer Experiment con Space Station, traducido Experimento de Radiómetro Térmico Espacial Ecosystem en la Estación Espacial).
Monitoreará uno de los procesos más básicos en las plantas vivas: la pérdida de agua a través de los pequeños poros en las hojas. Cuando las personas pierden agua a través de los poros, el proceso se denomina sudoración. El proceso relacionado en las plantas se conoce como transpiración.
Debido a que el agua que se evapora del suelo alrededor de las plantas también afecta la cantidad de agua que las plantas pueden usar, Ecostress medirá la evaporación y la transpiración combinadas, conocidas como evapotranspiración (ET).
El instrumento mide la temperatura de las plantas a medida que se calientan cuando se quedan sin agua. Para este estudio, los investigadores se centraron en los datos recopilados durante partes de 2019 y principios de 2020 en seis áreas, tres en las montañas del sur de California y tres en Sierra Nevada, que posteriormente fueron quemadas por incendios forestales.
Los conocimientos detallados sobre la relación entre los incendios forestales y la disponibilidad de agua para la vegetación podrían ayudar a los funcionarios encargados de la gestión de incendios que identifiquen no solo si es probable que un área se incendie, sino qué tan grave será el daño si se produce.
“Estamos en una megasequía intensa, la peor en 1.200 años, y está creando condiciones para incendios más catastróficos”, dijo Christine Lee, coautora del estudio en JPL. “Los conjuntos de datos como los de Ecostress serán fundamentales para el avance de la ciencia y pueden proporcionar información para ayudar a quienes están respondiendo a las crisis del cambio climático”.
Al comparar los datos de Ecostress con imágenes satelitales separadas posteriores al incendio, los investigadores encontraron que la velocidad a la que las plantas liberan agua al “transpirar”, un proceso conocido como evapotranspiración, así como la eficiencia con la que usan el agua para la fotosíntesis, pueden ayudar a predecir si los incendios forestales posteriores son más o menos intenso. Ambas medidas indican si una comunidad de plantas está recibiendo suficiente agua o si está bajo estrés por falta de ella.
“Estábamos tratando de entender qué impulsa las diferencias en por qué algunas áreas tienen quemaduras graves y otras no”, dijo Madeleine Pascolini-Campbell, científica de agua y ecosistemas en JPL y autora principal del artículo. “Los resultados muestran cuán crucial es el estrés hídrico para predecir qué áreas se queman más y por qué es importante monitorear la vegetación en estas regiones”.
Estrés alto versus estrés bajo
En el artículo, publicado en Global Ecology and Biogeography, los investigadores encontraron variables relacionadas con el estrés hídrico. El hecho de que un estrés más alto o más bajo predijera una quema más severa dependía del tipo principal de vegetación en un área. Por ejemplo, los bosques de pinos estresados tendían a quemarse más severamente, lo que sugiere que las condiciones más secas hacían que los árboles fueran más inflamables. Mientras tanto, en los pastizales, un estrés más bajo tendió a correlacionarse con más daños por quemaduras, una posible indicación de que el crecimiento robusto de la vegetación produjo más combustible, lo que se tradujo en siniestros más intensos.
David Green, gerente del programa Wildfire en Ciencias Aplicadas de la NASA y miembro principal del equipo FireSense de la División de Ciencias de la Tierra de la NASA aportó el siguiente comentario. “Estamos aportando investigación aplicada innovadora, desarrollo y aplicaciones al tema de los incendios forestales”. Una manera de bajar el demoledor impacto de la devastación por el fuego en la naturaleza.
*El autor es experto Comisiones Mundial de Áreas Protegidas (WCPA) y Educación y Comunicación (CEC). Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN)
Producción y edición: Miguel Títiro - mtitiro@losandes.com.ar