El transcurrir nocturno de los carros vendimiales en circuito por las calles de Mendoza tiene encanto. Las luces, los colores, la música estridente y las sonrisas de los espectadores que abundan en las veredas describen con perfección lo que la Vía Blanca es para los mendocinos, y para lo que esperan encontrar los turistas que vienen a la provincia de visita.
Los canastitos que los niños atraviesan hacaa las manos de las cortes vendimiales para recibir un obsequio se elevan en el aire. Lo mismo ocurre con los parantes que suben los cables que entorpecen el tránsito de los carros, cada vez más altos. Los árboles, en tanto, devuelven el reflejo de las luces de colores que giran en el cielo mendocino para ponerle marco a una de las actividades más lindas que tiene el calendario de principios de marzo.
Todo conspira para que –más allá de la muchedumbre, el calor, la incomodidad y los aromas variados- sea una noche especial.
Como cada año, el desfile nocturno, la Vía Blanca, contó con la participación de las candidatas departamentales al cetro nacional, acompañadas de sus cortes. También repitió el recorrido Mayra Tous junto a Eugenia Serrani, Reina y Virreina de la Vendimia 2020-21, que este año se despiden dejando atrás los años pandémicos.
El recorrido fue desde avenida San Martín y José Vicente Zapata y luego continuó por la avenida principal hasta Las Heras, de allí se dirigió hasta Chile para continuar hasta Sarmiento. Desde Sarmiento se desplazó hacia el Oeste hasta Belgrano, donde fue la desconcentración.
Con las reinas, pegados a la calle
Uno de los condimentos que pusieron calor a la previa fue la presencia o no de la soberana de Guaymallén. Ya sea la reconocida por el departamento y actual Reina 2020-22, Sofía Grangetto, o la denominada “Reina blue”, es decir, Julieta Lonigro, quien fuera elegida en la “Vendimia del pueblo” el pasado diciembre en el departamento de Maipú.
“Creo que está bien que se plantee el tema de sacar a la reina, pero se debería haber consensuado. No está bien que se saque así nomás”, opinó Elvira, de Las Heras quien llegó con sus nietos a primera hora para ver a las reinas y llevarse algún racimo de uva a su casa.
Silvina contó que llegó a las seis de la tarde con sus reposeras para tener un lugar privilegiado. No es para menos. Ubicó sus butacas en peatonal y San Martín, frente a la fuente, y quedó a metros del paso de los carros. “Queremos que gane San Carlos o Tunuyán, estamos divididos. Es la primera vez que venimos a la Vía Blanca”, contó la mujer en representación de las familias Olguin y Roldán.
Una de las opciones es ubicarse en los restaurantes cercanos a la calle. Según contaron los comensales, las opciones eran variadas. En quioscos, asegurar el lugar era “por orden de llegada” aunque con algún consumo obligatorio. En tanto, otros cobraban 2.000 pesos y la consumición aparte. “Dos mil pesos pagamos. Pero después hay que pagar lo que comes y tomás. No estaba incluido en la tarifa fija”, contó Ricardo.
En tanto, María apostada en un quiosco contiguo a calle Rivadavia, dijo que le cobraron 2.000 pesos por persona con consumición incluida. “Creo que está bien. Es un precio justo para el comerciante que paga el derecho de estar acá todo el año. La vista es privilegiada”, indicó.
El desfile de los carros
El paso de los carros fue seguido con fervor por los espectadores, quienes por momentos no pudieron contenerse y saltaron a la calle desde las veredas. Muchos decidieron acompañar a su reina favorita con su celular para poder obtener una imagen más nítida y después poder verla con más tranquilidad en sus casas.
Melones, racimos de uva y alguna que otra botella volaron por el aire desde los carros ante las manos demandantes de obsequios. “Siempre vengo porque algo te llevás. Yo trato de agarrar una botella pero nunca me toca”, dijo un joven que pasó corriendo junto al carro de Santa Rosa.
Todas las soberanas, micrófono en mano, enfatizaron el proyecto social que encabezan. La intención fue opacar a quienes dicen que la fiesta es un concurso de belleza.
Fue la banda de música de la Policía la que abrió el desfile interpretando el “Canto a Mendoza” mientras los espectadores aplaudían su paso. Luego llegaron miembros de la Federación Gaucha llevando la Virgen de la Carrodilla, patrona de los viñedos, que fue ovacionada como en cada cuadro vendimial en que aparece. La llegada del carro de las soberanas nacionales de Vendimia fue recibido con un cálido aplauso mientras las jóvenes bailaban y saludaban a su pueblo.
La noche dejó varias “perlitas” para registrar
El tradicional desfile nocturno de carros dejó un sinfín de anécdotas y postales para registrar. La gente comenzó a ocupar las arterias céntricas desde las 20, aunque los carruajes comenzaron a circular minutos después de las 22. Mientras, algunas hinchadas agitaban, ruidosas, y pedían por la presencia de su reina.
El ambiente familiar fue el que predominó. Desde restaurantes, balcones o pegados al cordón de la vereda, familias enteras saludaron a las soberanas y clamaron por algún obsequio, mientras los carros trasladan a las jóvenes en su mayoría con música urbana y algunos con músicos en vivo ofreciendo folclore.
Marketing vendimial
El merchandising de la Vendimia estuvo a pleno anoche. En la calle se conseguían linternas de colores, globos y souvenirs. Pero las elegidas por los niños y las niñas fueron las coronitas, que se vendían de a dos por 500 pesos o una por 300.
Los primeros en llegar
Los primeros intendentes que dieron el presente en el palco oficial, ubicado en avenida San Martín frente al edificio de Turismo, fueron Gustavo Soto, Matías Stevanato, Marcelino Iglesias y Daniel Orozco. De los funcionarios, uno de los primeros fue Humberto Mingorance, secretario de Ambiente, quien estuvo acompañado por el titular de la DGE, José Thomas.
En guardia
Paula García y Sofía Haudet, las dos soberanas de mandato cumplido y parte de Coreguay al frente del pedido por la Reina de Guaymallén, se mostraron cerca del intendente Marcelino Iglesias durante el inicio de la Vía Blanca. Al parecer, buscaban subir a la “Reina blue” Julieta Lonigro a algún palco oficial.
Mejor prevenir...
Como cada año, el Ministerio de Seguridad realizó operativos de reconocimiento facial y dactilar para detectar si había personas con pedido de captura. En caso de identificar a alguien en estas condiciones, una alarma comenzaba a sonar y era detenido.
Mini soberanas
Acompañando el paso de los carros se pudo ver a mamás y papás junto a sus pequeñas hijas con vestimentas de reinas. Atuendos que no hacían más que confirmar lo que ellas siempre han sido: las reinas del hogar.
Las más ruidosas
Las hinchadas de Maipú y de San Martín fueron las que más arengaron a sus reinas. El carro de las soberanas nacionales abrió el desfile y fue de los más aplaudidos. La marcha de los veteranos de Malvinas, a 40 años de la guerra, fue afectuosamente aplaudida por los presentes, que a pulmón gritaron “Argentina”.