Largas colas y horas de espera para jugar en los casinos

El sábado fueron rehabilitadas las salas de juego en toda la provincia. Desde el Instituto que regula la actividad, expresaron que las jornadas han sido totalmente normales.

Largas colas y horas de espera para jugar en los casinos
Sobre av. San Martín, hombres y mujeres esperan turno para ingresar a las instalaciones del Casino de Mendoza.

La reapertura de los casinos públicos y privados de Mendoza generó largas colas desde antes del horario de ingreso y muchas horas de espera en algunos de ellos, dado que la capacidad por protocolo es del 30%, y de 120 personas como máximo en salas de mayor capacidad.

Con el transcurso de los días, la cantidad de gente esperando en las calles ha disminuido pero es una imagen que se repite.

Tras conocerse la noticia de la apertura, las redes sociales se dividieron entre quienes festejaron y manifestaron la ansiedad por ir y aquellas personas que cuestionaron fuertemente la medida considerando que no es prioritario en un contexto en el que aún no se han reabierto las escuelas. También por las redes sociales circularon fotos y videos que daban cuenta de la convocatoria en las primeras horas, pero también los reclamos de los usuarios por el tiempo de espera para poder ingresar. Algunos comentarios en las publicaciones de los perfiles de los casinos hacían alusión al enojo porque se hacía ingresar a personas “invitadas” por puertas alternativas. Si bien se habló de algunos incidentes, desde el Instituto Provincial de Juegos y Casinos, a través de un comunicado, informó que “en el Casino de Mendoza, sus Anexos y en todos los Casinos privados se cumplió con un protocolo estricto tanto adentro como afuera del lugar. Se contó con mucha seguridad y no se registraron incidentes”. En el Casino de Arena Maipú, para atender la espera, se dispuso en el estadio, 180 sillas (superando la cantidad máxima permitida en el interior del casino de 120 personas)  con la distancia protocolar entre sí. Sin embargo, el Instituto, como ente regulador, al ser informado, fiscalizó y procedió al cierre de la “sala de espera” porque no estaba contemplada en el protocolo y por no contar con una previa autorización del Instituto. Si bien en un primer momento se especuló con la prohibición del ingreso a personas mayores de 65 años por ser grupo de riesgo ante el COVID-19, finalmente se autorizó la reapertura sin límite de edad. Desde el gobierno provincial, resaltaron la sugerencia de que las mismas no asistan. Sin embargo, se vio una gran cantidad de personas mayores.

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