El desgranamiento que se produce a lo largo de las trayectorias académicas universitarias es un desafío para quienes trabajan en el nivel superior. Dificultades para adaptarse al ámbito universitario, para acoplar la vida laboral y familiar con los estudios y falencias en las competencias necesarias son los factores que más influyen en el atraso de las trayectorias que luego puede llevar a la decisión de dejar la carrera. Estos condicionantes se han visto agravados o profundizados con la pandemia de Covid, en tanto se han deteriorado las condiciones socioeconómicas y los aprendizajes que deben ser pilares sustentados en los niveles educativos precedentes y que ya mostraba falencias.
En las universidades observan que con la pandemia se vio un desmejoramiento de ciertas trayectorias. Para Patricia Puebla, secretaria académica de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNCuyo, lo que hizo la pandemia fue agravar situaciones que ya existían, incluso arrastradas durante años de trayectoria escolar que no terminó de aportar a los alumnos las competencias necesarias para afrontar las demandas universitarias.
“No es que debido a la pandemia abandonan, la situación agravó algo que ya existía, hay más chicos trabajando y eso complica, antes los teníamos desde 4°o 5° año trabajado y ahora desde 3°”, explicó.
“Detectamos que cursaban y no terminaban de rendir los exámenes finales, ahí hubo un freno porque no teníamos exámenes aprobados, entonces el año pasado hubo bajo rendimiento y este año pocos ingresantes, usualmente tenemos 700 y este año fueron 500″, advirtió.
La incorporación de más miembros del grupo familiar al mundo laboral o con mayor dedicación para compensar el deterioro del poder adquisitivo asociado a la inflación, puede haber impactado también en la necesidad no sólo de trabajar sino de que los estudiantes deban dedicar más tiempo a cuestiones domésticas.
Además, los alumnos que ingresaron con la pandemia no tuvieron periodo de adaptación.
“También hemos observado que tienen poca resistencia al fracaso entonces cuando tienen problemas deciden abandonar en vez de fortalecer”, resaltó la secretaria académica.
“Hemos detectado que los estudiantes que ingresaron en periodo de pandemia en 2020 manifiestan ciertos aspectos distintivos. En muchos casos aún no logran la inserción plena a la universidad, ya sea por problemas de aptitudes en el estudio orientado a, por ejemplo, rendir un examen final o un examen parcial”, señaló el ingeniero Miguel Tornello, vicedecano de la Universidad Tecnológica Nacional Facultad Regional Mendoza (UTN). Además, “en muchos casos no finalizan el cursado de las materias porque no logran los objetivos propuestos por la cátedra para la promoción, abandonan el cursado y deciden recursar. Esto prolonga la estadía del estudiante en la universidad”, agregó.
Respecto de si ha sido mayor el abandono estos años pospandemia afirmó: “En una estimación rápida y cualitativa podría decirse que sí aunque nos encontramos evaluando en qué proporción”.
Estudiantes que trabajan y cuidan
Una encuesta realizada en 2020 por la Secretaría Académica de la Uncuyo expresa de algún modo las situaciones que afectan las trayectorias.
Los y las estudiantes de la UNCuyo que son sostén económico del hogar constituyen el 13,8 % y 35% trabaja además de estudiar. Por otra parte, el 11,7% tiene hijos o hijas y 51,6 % colabora con el cuidado de algún miembro de la familia. La mitad de los y las estudiantes confirmó que esta situación de cuidado de algún familiar afectó en el estudio.
Por otra parte, 6 de cada 10 no logra una correcta comprensión lectora y 4 de cada 10 tiene dificultades para expresar por escrito u oralmente lo que ha estudiado. Estos condicionantes van afectando su trayectoria: 6 de cada 10 alumnos considera estar atrasado en el cursado de la carrera y 65% adeuda exámenes de años anteriores. Es más, 11% de los estudiantes no se inscribió durante un ciclo lectivo y 21,3 % tuvo rendimiento académico negativo al menos una vez, es decir que no aprobaron dos o más materias en un ciclo lectivo.
Puebla destacó que las falencias están en competencias básicas, con algunos conocimientos que deberían traer incluso desde la primaria. Cabe recrdar los resultados de las purebas Aprender que se difundieron esta semana, de alumnos de sexto grado, que mostaron un deterioro en los aprendizajes justamente en cuestiones asociadas a estos aspectos, por lo que el futuro requerirá esfuerzos.
En la facultad hicieron un abordaje para saber qué competencias básicas tenían los aspirantes como comprensión lectora y resolución de problemas en matemáticas y 92% no pudo aprobar, sólo lo hicieron 107 aspirantes.
En cuanto a las causas que afectan el avance 48% de estudiantes menciona el estrés en primer lugar, luego se menciona el régimen de correlatividades, sobrecarga de materias por cuatrimestre y “me cuesta estudiar”. También se mencionan cuestiones como trabajo y problemas económicos. Quienes se ocupan del cuidado de otros o están empleados, tienen más dificultades para contar con el tiempo necesario de estudio: 42% tiene poco tiempo para preparar los exámenes.
Los investigadores consideraron que estos factores impactan en el atraso en las carreras y de allí las posibilidades de falta de motivación, frustración y potencial abandono. Con la pandemia se sumaron dificultades de adaptación al contexto virtual absoluto y universitario, de conectividad y déficit tecnológico, motivacionales y psicológicas y falta de interacción entre pares.
Abandono
Cada facultad tiene realidades diversas. En algunas, la mayor proporción de alumnos que deciden dejar la cursada se concentra en primero año, y luego en segundo, tal el caso de la UTN. O en tercero y cuarto, como en la facultad de Ciencias Económicas de la UNCuyo.
Ana Gutiérrez, secretaria de Innovación y Planificación de la Universidad Champagnat mencionó que el mayor índice de desgranamiento se produce en el primer año de la carrera. “En 2021, de la totalidad del abandono, en promedio el 68% corresponde al primer año, en tanto en el año 2022, en promedio el 55% corresponde al primer año”, expresó.
Detalló que los motivos se destacan problemas socioeconómicos (dificultades económicas, pérdida de trabajo) y cuestiones personales (entre ellas mudanzas fuera del país, dificultades para organizarse entre las responsabilidades laborales, familiares y académicas, fallecimiento de familiares cercanos o a cargo del hogar, situaciones emocionales, salud). Destacaron que mantienen un incremento en la matrícula de alumnos, aunque los dos últimos fue menor al de los dos anteriores.
En Económicas, ven como indicador indirecto que egresan por año sólo 6% de la cantidad de alumnos que se matriculan y que en primer año alrededor de 60% recursar materias.
Puebla mencionó que entre los fenómenos que aprecian se cuenta que las carreras se extienden a más del doble: son de 4,5 años y el promedio hasta que se reciben es de 8 a 8, 5 años, algunos se reciben en 10 o 12 años”, refirió.
Agregó que el desgranamiento en general es para irse a otra facultad, generalmente privada: “La necesidad de trabajo los lleva a buscar el título más rápido”, destacó y dijo que a veces tienen horario vespertino que les facilita el acceso.
Las universidades buscan reinventarse con la pospandemia
Una publicación de Infobae señaló que solo el 29,6% de los estudiantes egresan en el tiempo teórico. Peor aún, según la nota, alrededor del 60% abandona en el primer año de cursada.
Según los cálculos, hay planes de estudios que, entre el tiempo de clases y los trabajos en casa, demandan alrededor de 60 horas semanales, algo quizás inabarcable para muchas realidades.
Además agrega que hoy tan solo el 10% de las carreras de grado otorgan certificados de medio término. Por ello, a fines de diciembre del año pasado se realizó un plenario del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) en el que gobierno y rectores firmaron una declaración para lograr una mejor oferta y posibles soluciones para que más estudiantes se gradúen a tiempo y reducir el alto abandono. Buscan cambios profundos como carreras más flexibles y cortas, títulos intermedios, modalidades híbridas, sistema de créditos, entre otros ajustes. Se pretende un sistema más “dinámico”, que garantice no solo el acceso sino la retención y graduación de los estudiantes.