Se dice que los animales pueden percibir los temblores antes de que ocurran. Esta es una afirmación que se viene repitiendo hace cientos de años y aunque muchos piensan que se trata de un mito, es una realidad.
Aunque se trata de una cualidad que históricamente se les ha atribuido a los perros, los gatos, los pájaros, los peces e incluso los tiburones puede percibir catástrofes naturales antes que los humanos.
Esto no se debe a una habilidad paranormal ni nada por el estilo sino más bien a una agudización de los sentidos. Las vibraciones primarias de los terremotos viajan el doble de rápido que las secundarias, que provocan la mayoría de los temblores reales.
Esto podría haber sido la razón por la que los sapos huyeron de sus estanques unos días antes del terremoto que golpeó L’Aquila, en Italia, en 2009. Estas ondas primarias son generalmente demasiado sutiles para ser percibidas por los humanos, aunque los sismógrafos pueden detectarlas, explica el sitio As.
Hay cinco señales físicas que anteceden un temblor: cargas eléctricas, ondas sonoras de baja intensidad, gases del subsuelo, modificaciones en el magnetismo terrestre y nubes de vapor por la fricción de las rocas. Los humanos sólo detectamos las últimas, las visuales.