El arbolado público es uno de los actores en que con mayor fuerza se evidencian las consecuencias de los desastres climáticos. Desde el viento Zonda hasta las tormentas, se han convertido en un (triste) clásico de los accidentes e intervenciones de Defensa Civil durante las distintas contingencias, ya sea por ramas caídas o por árboles derribados en su totalidad.
Esta temporada de verano no ha sido la excepción: en menos de tres meses, las tormentas afectaron con daños de consideración a cerca de 200 árboles y ramas en los departamentos del Gran Mendoza, con sus efectos colaterales incluidos como, por ejemplo, autos y paredes aplastados y cables cortados por las caídas de los troncos.
Los departamentos más afectados
El temporal más reciente y que más daños trajo aparejados fue la potente caída de granizo que afectó a la zona metropolitana el pasado 22 de febrero, especialmente a Guaymallén. “En esta última tormenta tuvimos una afectación de 100% en 70 árboles. Todos quedaron afectados en forma definitiva, ya sea porque cayeron, quedaron inclinados o se quebraron. Esos árboles fueron erradicados ya”, destacó el director de Espacios Verdes de Guaymallén, Federico Perinetti a Los Andes.
Estos 70 árboles afectados en su totalidad durante la última semana de febrero conforman la mayoría de los forestales perjudicados desde el 1 de enero en este departamento (se contabilizan, en total, 71 árboles). Y Guaymallén encabeza el listado de áreas del Gran Mendoza en que más caídas de ramas y árboles se registraron entre el primer día del año y el jueves pasado.
Por su parte, en Godoy Cruz y en lo que va de 2022, según los datos aportados por la comuna, se ha intervenido en 60 episodios por la misma cantidad de árboles y ramas caídas. A lo largo de todo 2021, en tanto, hubo 135 forestales derrumbados por inclemencias.
Luján de Cuyo es otro de los departamentos del área metropolitana con una gran cantidad de accidentes e incidentes vinculados al arbolado público. Desde que empezó el año y en distintas tormentas hubo, al menos, 42 forestales que sufrieron daños, ya sea caídos o con ramas que se perdieron. “Para esta última tormenta –la de febrero- no estuvimos tan complicados. Fueron sólo tres los árboles afectados y en que hubo que intervenir. Pero en una gran tormenta registrada el 25 de enero se vieron afectados 39 árboles. Duró 45 minutos, empezó por la noche y estuvimos trabajando hasta cerca de las 2. Las intervenciones incluyeron cables cortados, por lo que también hubo que darle intervención a Edemsa”, destacó el secretario de Servicios Públicos de Luján, Mariano Barrera.
El resto del Gran Mendoza
Tomando como referencia las estadísticas de Defensa Civil, por debajo de Guaymallén, Godoy Cruz y Luján –en cantidad de árboles afectados- se ubican la Ciudad de Mendoza, con 25 ramas y árboles caídos como consecuencia de las tormentas y contingencias climáticas; Las Heras, con 14 forestales caídos y Maipú, con 10 ramas y troncos cercenados.
“Afortunadamente no hemos tenido muchos árboles afectados este año y no se han registrado grandes desastres. El año pasado, por ejemplo, hubo un viento Zonda fuerte, pero estas tormentas de verano han estado muy localizadas en otros sectores y no han afectado fuertemente a Las Heras”, destacó el director de Arbolado y Paseos Públicos de ese departamento, Elio Parés.
Cómo se trabaja en la renovación
Cada comuna tiene la responsabilidad, además, de renovar los ejemplares que se talan o erradican, ya sea por contingencias climáticas o por cuestiones naturales. En Guaymallén, según destacó el director de Espacios Verdes de la comuna, se erradican cada año, y en promedio, unos 750 árboles. De ellos, entre 200 y 250 ejemplares deben ser quitados por daños vinculados a tormentas y Zonda. “El Plan de Plantación de la comuna incluye 6.000 árboles por año, por lo que llevamos 8 árboles plantados por cada uno que se ha sacado”, destacó Perinetti.
En Guaymallén, el criterio de renovación tiene que ver con una selección de especies sobre las que se quiere ir avanzando y que generen un mejor equilibrio entre beneficios ambientales y adaptación al clima. “La especie que predomina en Guaymallén es el álamo, por lo que cuando hay tormentas es también la especie con mayores novedades negativas. En la zona urbana y periurbana, son viejos resabios de antiguas fincas. Pero hoy por hoy no son una especie que se adapte al nuevo ambiente, por lo que no se renueva con álamos”, se explayó el funcionario.
El secretario de Obras de Godoy Cruz, Diego Coronel, por su parte brindó detalles de cómo se trabaja en la renovación en ese departamento. Según destacó, el año pasado frente a los 135 árboles y ramas caídas por tormentas y Zonda se replantaron 2.700 forestales. Mientras en lo que va de 2022, con los 60 ya reportados como afectados, llevan 100 plantados y apuntan a llegar a 1.200 para el final.
El secretario de Servicios Públicos de Luján, Mariano Barrera, sostuvo que el plan de forestación comunal contempla plantar 2.500 árboles antes de que termine el 2022 y sumar otros 2.500 ya en 2023. “Hay un retraso por temas administrativos, que incluye iniciar expedientes por cada árbol que se quiera sacar. En mayo y junio próximo comienza el plan de poda anual y, una vez que se termine la poda y el destoconado, se plantarán los árboles de este año”, explicó.
Desde Las Heras, en tanto, reconocieron que tienen un déficit en la renovación de forestales. “Lo que hacemos es erradicar lo que nos pide la gente y autoriza Recursos Naturales y también los que se caen. En ese sentido, estamos trabajando en el replante de entre 1.000 y 1.500 ejemplares para este año”, agregó a su turno el director de Arbolado y Paseos Públicos lasherino.
En Maipú, por su parte, destacaron que en lo que va de 2022 se plantaron 241 árboles, se desramaron 465, se erradicaron 120, se realizó desinfección en 283 forestales y se hicieron siete destoconados.
Preocupación de los especialistas
Teresita Capezzone es la referente de la Asamblea Mendocina por el Árbol y, desde hace ya varios años, evidencia su preocupación por el estado del arbolado público de Mendoza y por la forma en que se trabaja desde los gobiernos. “Los árboles se caen en todas partes del mundo y por diversas causas. A veces ni los expertos pueden tener claridad sobre porqué. Pero si el árbol es maltratado, le falta riego, sufre podas mutilantes y tienen su nicho y espacio de vegetación cerrado por el hormigón, todo esto atenta contra la estabilidad del árbol”, destacó la ambientalista. Para la referente, todos los municipios mendocinos atentan contra el arbolado público con estos factores de riesgo.
“Sigue sin cumplirse la Ley de Protección del Arbolado Público, que organiza y distribuye tareas de cada organismo y es muy clara sobre podas y erradicaciones. Los municipios, Vialidad e Irrigación erradican y no hay reposición. A eso se suma que, en las ciudades, la supervivencia de los árboles que se plantan es poca. No pasa todo por plantar y olvidarse, hay que regarlos, seguirlos, esperar que cumplan su función. Y si no, garantizar reforestación hasta que se consiga su objetivo”, indicó la referente.
Para Capezzone, esta falta de gestión lleva a que haya más agua en las calles cuando hay tormentas y más inundaciones, precisamente por la falta de árboles que actúen como superficies absorbentes. En ese sentido, cuestionó que las acequias sean de hormigón y secas y carezcan también de piso absorbente.