Si la situación fuese parte de una película o una ficción, probablemente no se encontrarían guionistas tan creativos y preparados para darle vida a esta historia, que sucedió en la realidad (y que, por supuesto, superó a la ficción). Y es que un hombre de Santa Fe descubrió que la pileta que le habían robado instantes antes la tenía un vecino y ya había comenzado a instalarla en su casa, ubicada a 4 cuadras del lugar de donde había sido robada.
El curioso y llamativo episodio tuvo lugar el martes pasado en la ciudad de San José del Rincón (Santa Fe). La víctima del robo, un hombre de 43 años, tiene un depósito de piletas de fibra de vidrio sobre la ruta 1, a la altura del kilómetro 5,2 de esa ciudad santafesina. Y fue justamente el martes cuando descubrió que una de sus piscinas faltaba del lugar.
Ante esta irregularidad, el empresario se acercó a la comisaría 14 del lugar a denunciar el robo: cuando había hecho el recuento de piletas, descubrió que le faltaba una en su predio.
¡Piedra libre! Encontró la pileta con un drone
No conforme con ello, y sabiendo que el ladrón no se podría haber ido demasiado lejos con la pileta (o, al menos, no sin llamar la atención) y teniendo en cuenta que el robo había sido minutos antes, el dueño de la pileta tuvo una brillante idea: encendió su drone y lo manipuló por las alturas de la zona con la intención de buscar por los aires la pileta que le habían birlado.
Y así fue como, durante uno de los vuelos, encontró la piscina que le faltaba. La vio en el interior de la casa de un vecino, quien vive a 400 metros del depósito. Y el hombre que se la había llevado ya había comenzado a instalarla en su patio.
Luego de este hallazgo, el dueño legítimo de la pileta regresó a la Comisaría 14 para ampliar su denuncia y avisarle a los efectivos policiales que la pileta que había denunciado como robada estaba en el interior de esa vivienda.
Con esta información, los uniformados se presentaron en la casa señalada por el dueño del depósito de piletas -quien la había descubierto sobrevolando el área con un drone-, y allí encontraron a un hombre de 31 años. Ante la requisitoria policial, el dueño de casa dijo que la pileta le pertenecía a él, aunque en cuestión de minutos pudo constatarse que, efectivamente, había sido robada.
Al hombre de 31 años, que tenía la pileta consigo, se le inició una causa penal por el delito de “encubrimiento”, aunque no fue detenido. Mientras que el hombre de 43 años, dueño de la piscina y del drone, recuperó lo que le pertenecía.