La pobreza golpeó duro toda su vida a Stella Cruceño, que antes de la pandemia por el Covid-19 vivía con su familia en Las Heras y sobrevivían con algunas changas.
Pero desde que comenzó esta pesadilla que dejó a miles sin trabajo y en situación de miseria extrema, decidieron mudarse a Alto Salvador, en San Martín, buscando un futuro mejor en una finca, de manera temporaria.
Pero lejos de eso, la situación recrudeció: al finalizar la cosecha de aceitunas decidieron regresar a Las Heras y comprobaron que le habían robado las escasas pertenencias que tenían. Hoy la familia necesita la colaboración de la comunidad.
En un habitáculo de caña y techo de nylon, sobre calle Vélez, sin cocina ni calefacción, así pasan sus días Stella junto a su esposo y sus tres nenas: Angela, de 14 años; Yasmín, de 12 y Naír, de 10. Prácticamente a la intemperie, a unos 10 kilómetros de San Martín, la mujer cocina en un fuego improvisado en el terreno. Y para dormir se apilan como pueden compartiendo una sola frazada.
Agradecida
Stella valora la ayuda que le brinda el comedor Madres Unidas, donde sus niñas pueden alimentarse, al menos, dos veces en la semana. “No nos alcanza”, insiste y vuelve a decir que nunca antes debió recurrir a los medios. “Es la primera vez que salgo a pedir de esta manera pero esta etapa fue terrible para nosotros y me preocupa el invierno, no quiero que las chicas pasen frío”, señala.
A decir verdad, cuenta, a la familia no le fue mucho mejor en otras épocas, pero al menos para comer no faltaba. “Recuperamos unas camitas y un ropero, pero estamos sin cocina y casi sin frazadas. Duermo en el piso”, agrega la mujer, de 46 años.
Stella confía en la mucha gente solidaria que, seguramente, se esperanza, le dará una mano con mercadería, ropa de abrigo y una cocina que le permita salir del fuego en el patio.
Cómo ayudar
Quienes deseen ayudar a Stella y a sus hijas pueden contactarla a los números 263431037 y 2615417624.