Una mujer que trabaja en las Aulas para Tiempo Libre de la UNCuyo y a quien le habían vaciado su cuenta sueldo del Banco Patagonia en noviembre del año pasado recuperó el dinero tras iniciar un reclamo formal en el área de Defensa del Consumidor y luego de que la dependencia interviniera para que le restituyeran el dinero perdido. Se trata de M.G. (así se la identifica por pedido manifiesto para preservar su identidad), quien fue una de las víctimas de la seguidilla de hackeos de cuentas y robos que sufrieron varios clientes de la entidad bancaria, la mayoría en la provincia de Río Negro (aunque hay, por lo menos, dos mujeres mendocinas también entre las denunciantes).
“Me devolvieron el monto que me habían sustraído. Pero el banco sigue sosteniendo que no fue su culpa. Igual, me dijeron que iban a conformar una comisión para responder a todos los reclamos de este tipo”, destacó la mujer a Los Andes. Desde que inició el reclamo en noviembre, la respuesta de la entidad bancaria fue que “seguramente” ella le había dado la clave a otra persona, y que por eso habían retirado todo el dinero. A través de movimientos extraños y desconocidos, a M.G. le sustrajeran, en total, 180.000 pesos de la cuenta a través de la que cobra por su trabajo en la UNCuyo.
“En el banco, lo primero que nos dicen es que seguro se trató de un error humano y de alguien a quien yo le he dado la contraseña. ¡Pero yo no se la di a nadie! No son casos aislados, y parece mentira que la respuesta del banco sea siempre: ‘Seguro que usted le dio la clave a otra persona’. ¡Con eso quiere decir que todos los que sufrimos algún robo de este tipo le dimos la clave a alguien más!”, contó con indignación M.G. a comienzos de enero y cuando relató los detalles del robo.
A la otra víctima mendocina -quien también hizo público su caso en Los Andes-, en tanto, todavía no le dan una respuesta satisfactoria desde el banco. Se trata de una docente de la universidad, a quien -también en noviembre del 2022- le vaciaron 3 de las cuentas que tenía en el Banco Patagonia. Pero como esta mujer hizo un reclamo particular a través de un abogado y enviando una carta documento, su trámite continúa activo y en curso. Y no ha recuperado su dinero hasta el momento.
Los casos mendocinos de robos en el Banco Patagonia
Durante las primeras semanas de noviembre del año pasado, más de 10 clientes del Banco Patagonia en Río Negro reportaron y denunciaron haber sido víctimas de delincuentes que lograron vulnerar la seguridad de sus cuentas para robar todo el dinero que tenían allí mediante transferencias. La difusión de estos episodios permitió que, en los días posteriores, dos mujeres mendocinas, que trabajan en la UNCuyo y son clientes del mismo banco, denunciaran haber sufrido los mismos delitos.
Ni la Justicia ni las autoridades del Banco Patagonia han logrado determinar todavía de manera fehaciente qué fue lo que ocurrió y quién -o quiénes- están detrás de los episodios delictivos. Pero de algo no quedan dudas: los hackeos y vaciamientos de cuentas pertenecientes a clientes de esa entidad bancaria no fueron casos aislados.
Entre fines de diciembre y comienzos de enero, las dos mujeres mendocinas relataron los robos virtuales que sufrieron. Ambos episodios tuvieron lugar en la misma época en que se registraron los robos a empleados públicos rionegrinos, y con claras similitudes entre sí.
M.G., la mujer que recientemente recuperó el dinero que le habían robado de su cuenta, no acostumbra a manejarse con dinero en efectivo, pero tampoco suele recurrir a las tarjetas de crédito ni de débito, ni mucho menos a los cajeros automáticos. Según relató a principios de mes, se maneja desde el homebanking y con billeteras virtuales para pagos cotidianos.
El 3 de noviembre –misma semana en que se dio la seguidilla de robos a clientes del Banco Patagonia en Río Negro y a la otra docente mendocina de la UNCuyo-, M.G. se dio cuenta de que habían vulnerado su cuenta a sueldo y le habían sacado 184.000 pesos que tenía allí.
Ese día, cerca de las 16:30, M.G. revisó el celular en un descanso de su trabajo y allí fue donde descubrió los movimientos irregulares.
“Vi que tenía una notificación de correo. Me avisaban que se había agendado la cuenta de un señor a la mía y tenía, además, un aviso de retiro de 184.000 pesos. Cuando vi esas notificaciones, me entró la desesperación y entré a ver el correo detenidamente. Ya eran las 16:30 y vi que las transferencias habían sido realizadas a las 15:36″, detalló la mujer.
Cuando ingresó al homebanking, se encontró con el saldo de - 60.000 pesos en su cuenta. “Me sacaron el sueldo y el negativo. Yo no uso cajero, ni token. Tengo tarjeta de coordenadas para hacer transferencias. Y, al no tener habilitado el token, sin esos números, no se puede hacer ninguna transferencia. Pero cuando revisé, encontré un número de teléfono de Buenos Aires agendado a mi cuenta y el aviso de que me habían habilitado el token”, recuerdó M.G. con angustia.
El comienzo de la peregrinación
El mismo jueves 3 de noviembre, M.G. hizo la denuncia en Delitos Informáticos de la Justicia de Mendoza, mientras que –telefónicamente- bloqueó su tarjeta de débito. El viernes 4 de noviembre fue de forma presencial a la sede del Banco Patagonia.
“Me atendió una chica y me dijo que no me preocupara, que no era la primera persona a la que le pasaba. ¡Con más razón, cómo no me voy a preocupar! Le dije que era grave el problema, porque le estaban vulnerando la seguridad al banco. Pero, al igual que a la otra mujer de Mendoza a la que le pasó, me echaron la culpa a mí. ‘Seguro le ha dado la contraseña o algún dato a alguien’ me dijo la señora. ¡Pero yo no le he dado ningún dato a nadie!”, insistió.
En esa sucursal le dijeron a la mujer que debería aguardar 10 días hasta que les dieran una respuesta. Y cuando pasaron los 10 días, M.G. llamó y le dijeron que eran 10 días, pero hábiles, y que todavía no se habían cumplido. “No me habían dicho la primera vez que eran 10 días hábiles. Y como yo hice ese llamado -y aunque ya tenía un número de reclamo-, me asignaron otro número. A esos se sumó otro número que tenía por un reclamo y por un inconveniente previo. Al final tenía 3 números de reclamos distintos, y la única respuesta que me daban era que no había errores del banco, que era todo un error humano”, repasó.
Ante la falta de respuesta del banco y sin muchos avances luego de la denuncia en Delitos Informáticos, M.G. inició el reclamo en Defensa del Consumidor desde MiArgentina. Antes de que terminara 2022, la mujer recibió un correo donde se le aclaraba que el reclamo lo tendría que haber hecho en la provincia, pero le dieron curso igual.
A principios de enero, le llegó una notificación donde le informaban que, ante la requisitoria de ellos, el Banco Patagonia negaba cualquier error. Pero, aclaraban, que igual iban a intentar llegar a un arreglo de conciliación. Según le dijeron desde Defensa del Consumidor y que les habían informado desde el banco, se comprometían a devolverme el dinero que perdí. Y con ello cumplió el banco durante las últimas horas, aunque sin reconocer cualquier error posible.