La Dirección General de Escuelas (DGE) tomó la decisión de darle cinco años de gracia a los alumnos de nivel secundario que adeuden materias de 2020, por lo que tendrán hasta el año que viene para promocionar y continuar su trayectoria escolar.
La medida solo aplica para saberes pendientes de ese año, “donde tuvimos una pandemia y el cursado fue bastante irregular”, explicó a Los Andes Emilio Moreno, director de Educación Secundaria de Mendoza.
El tiempo de aislamiento preventivo, de aulas vacías y cursado online sigue pasando factura a la educación de la provincia, que todavía busca la manera de ponerse al día.
De allí la decisión de las autoridades de la DGE, que creen que los alumnos mendocinos necesitan más tiempo para recuperar los aprendizajes perdidos en tiempos de Covid-19. “En algunas provincias directamente no se cuenta -ese ciclo lectivo-, nosotros les hemos dado más tiempo y prácticamente quedan muy pocos chicos adeudando el 2020″, sostuvo Moreno.
Según el funcionario, en la actualidad solo queda el 4% de los alumnos que adeudan contenidos de dicho año. Esto incluye estudiantes de todos los años, de 1° a 5°, pero la extensión del plazo para promocionar solo es aplicable a materias del 2020, y no de otros ciclos lectivos.
De esta manera, esos contenidos no se cuentan para la promoción, y así el estudiante no repite a causa de espacios curriculares pendientes del 2020. “Se puede promocionar al año siguiente y tiene un año más para recuperar los saberes del 2020″, concluyó Moreno.
A su vez, el director de Educación Secundaria aclaró que quienes no aprueben en 2024 “quedan pendientes de aprobación” y, a partir de allí, el plazo de extensión vence y las materias vuelven a contar para la promoción.
En estos casos, el alumno “no va a egresar hasta que apruebe todo”, aclaró Moreno, por lo que dejó abierta la puerta a otras posibilidades de rendir hasta cumplir con las condiciones necesarias para el egreso efectivo.
LA OPINIÓN DOCENTE
Los docentes mendocinos recibieron la novedad esta semana y, con la noticia todavía fresca, dialogaron con Los Andes sobre el alcance y las repercusiones de la medida. Graciela Gómez, por ejemplo, es directora de la Escuela 4-167 Santiago Felipe Llaver (San Martín) y contó que tiene “muchos chicos en riesgo de repetir, que quedaron debiendo materias 2022 y además arrastran espacios curriculares de 2020″.
Sobre la decisión de la DGE, Graciela opinó que “pedagógicamente no es conveniente dejar de lado los contenidos del 2020 a los efectos de la promoción”. “No hay una correlación, no hay una complejidad creciente y hay un bache porque no aprendieron y tienen que continuar. No es lógico”, argumentó la directora.
Sin embargo, reconoció que la pandemia dejó “graves consecuencias” en la educación de los jóvenes: “Por eso también entiendo que se les dé más tiempo para poder recuperar lo que no pudieron hacer en un año donde el acompañamiento fue diezmado”, completó Graciela Gómez.
A Silvana Bastías, docente de nivel secundario que también ha trabajo en trayectorias débiles, la extensión del plazo para promocionar le parece “perfecta”. “El 2020 fue un año muy especial, y yo como docente quiero que el chico aprenda. Entonces, si yo quiero eso, necesito darle tiempo y acompañamiento, y eso lo van a lograr dentro de la escuela”, explicó la profesional.
“No es tan fácil como darle una materia previa y un mes para estudiar”, continuó, en comparación con el anterior método de evaluación. Sobre la posibilidad de nivelar hacia abajo la calidad educativa de los estudiantes, Silvana respondió un contundente “No”, aunque advirtió: “Hay otras políticas de la DGE que sí están nivelando para abajo, pero no justamente con esta”.
¿UNA PUERTA A ELIMINAR LA REPITENCIA?
“Esto hay que enmarcarlo no solamente por la pandemia y compensar aprendizajes, sino que hay que encuadrarlo en una tendencia que viene hace bastante tiempo, como la desaparición de la repitencia”. Así comenzó el análisis de Alejandro Castro Santander, docente, psicopedagogo y director general del Observatorio de la Convivencia Escolar de la Universidad Católica de Cuyo.
Profundizando en el tema, el especialista opinó que “nadie puede llegar a decir que está mal sacar la repitencia o dar muchísimas posibilidades a los estudiantes cuando te das cuenta que hay todo un sistema que acompaña esa decisión, y que no queda librado solamente al estudiante y la familia, sino que hay un sistema educativo que se organiza para que se pueda hacer”.
Graciela Gómez, por su parte, expresó: “Coincido en que hay un proyecto escolar, de sistema, que tiende a la no repitencia. Si este proyecto está acompañado de recursos, trabajo, responsabilidad institucional y del sistema en sí, no me parece mal. Porque el chico no debería repetir porque sí, no es que no aprenda porque no quiere, sino que algo faltó”.
Lo que sucede, agregó la directora, “es que las escuelas nos sentimos que terminamos siendo las responsables de una trayectoria continua y completa, pero que nos faltan como otras patas dentro del sistema”.
En el mismo sentido, la docente Silvana Bastías manifestó que “se complica el acompañamiento continuo, no solo porque no hay políticas sino también porque no todos los docentes trabajan de la misma manera, y no todos están de acuerdo con estas políticas”.
Para Alejandro Castro, “el problema es que tenemos que definir, de una vez por todas, todo lo que hace al régimen de evaluación de los aprendizajes”. Es decir, “cómo pensarlos desde la política educativa y cómo implementarlo desde la gestión”, explicó el especialista.
Al ser consultado sobre si la decisión de la DGE responde al objetivo de eliminar la repitencia en las escuelas de Mendoza, el director de Educación Secundaria de Mendoza, Emilio Moreno, evadió responder directamente, pero dejó en claro su postura: “La repitencia no le sirve a nadie, ni al chico, ni a los padres, ni a la sociedad ni al Estado. Haciendo dos veces el mismo año, no se logran mejores aprendizajes, eso está comprobado”.
Además, Moreno explicó que “en Mendoza las pruebas piloto no se hacen con todas las instituciones, sino con algunas escuelas particulares que propone un programa”; y “si eso funciona trasciende y se transforma un proyecto para todas”. Más allá de eso, el titular de la Educación Secundaria en la provincia fue contundente al afirmar que “la repitencia se debe eliminar, pero cuando el chico aprenda en tiempo y forma”.