Un informe nacional midió el índice de felicidad en tanto a nivel mundial se asocia al bienestar y el progreso de las comunidades. Las personas de mediana edad son las menos felices y este año, los únicos que se sienten más felices que en 2023 son los jóvenes.
Los argentinos son menos felices que años anteriores. Además, solo 1 de cada 3 (36.6%) se siente conforme con la mayoría de los aspectos de su vida.
Es la conclusión de un informe que mide la felicidad de la población, recientemente publicado y similar a otros que se realizan en otros países.
El “Informe de la Felicidad en Argentina 2024″ fue elaborado por el Observatorio de Tendencias Sociales, Educativas y Empresariales de la Universidad Siglo 21 y toma en cuenta lo señalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta ha expresado que la felicidad y el bienestar emocional son claves para el progreso de las comunidades.
“Los niveles de felicidad de los argentinos disminuyeron respecto del 2023 e incluso se encuentran entre los más bajos de los últimos años”, advierte la investigación que tomó en cuenta las respuestas a una encuesta a 1.050 personas realizada en el primer trimestre de este año. Incluyó varias ciudades argentinas entre las que se encuentra Mendoza. El Observatorio realiza el abordaje desde 2018 lo que le permite comparar los resultados y sacar conclusiones.
El nivel más bajo de estos años se había obtenido en 2022, había repuntado el año pasado pero volvió a bajar este, aunque levemente por encima de 2022. Por eso afirman que se observa una tendencia general decreciente en los niveles de felicidad.
Las personas de entre 50 y 59 años son las menos felices. Esto llamó la atención a los investigadores dado que el año previo se encontraba entre los grupos más felices.
Otro aspecto que consideró el trabajo fue el nivel de satisfacción con la vida. En términos generales, la mitad (50,7%) de los argentinos consultados dijo sentirse satisfecho con su vida y 50,5% siente que ha logrado las cosas importantes que quiere para su vida.
“En promedio, los valores observados son un 3,5% más bajos en relación al 2023. La caída más fuerte se observa en los niveles generales de satisfacción con la vida con una reducción del 7,2%.”, señala el observatorio.
Para Mariana (51) la vida se ha vuelto más difícil de sobrellevar en el último tiempo. “Me siento sobrepasada, con dificultades para resolver, muy cansada y eso me ha hecho difícil disfrutar de las cosas lindas que me pasan, es como que no me relajo y quizás por eso tengo menos conciencia de los momentos felices”, contó. Y agregó que quizás es que se tienen más en mente las preocupaciones y no se prioriza conectar con lo positivo.
Cuesta arriba
“Un nivel adecuado de bienestar es necesario para manejar el estrés diario, disfrutar de buena salud física y mental, desarrollar relaciones sociales satisfactorias y trabajar de forma eficaz y productiva”, señala el trabajo.
Por ello, expresa que implementar medidas que promuevan el bienestar y la felicidad de la población permite contribuir al progreso y desarrollo.
Los investigadores explican que para medir la felicidad se usan los juicios de satisfacción con la vida, que es una evaluación global de las personas que comparan sus circunstancias actuales y las metas personales que se han establecido. Para medirlo apelaron a la “Escala de Satisfacción con la Vida”, un instrumento utilizado por diferentes países y organismos internacionales.
Hay que preguntarse cuánto influye en ese bienestar y felicidad la sobrecarga de actividades y el cansancio y cómo esto afecta la concreción de proyectos. La misma universidad realizó el Informe de Burnout en Argentina 2024, que puso el foco en el agotamiento emocional y la disminución del rendimiento personal. Allí se muestra que los niveles de burnout se encuentran entre los más altos de los últimos años entre los trabajadores argentinos. Por el contexto, 1 de cada 3 argentinos se siente tan cansado que no puede realizar otras actividades después del trabajo.
“El estado emocional afecta la vida en todos los ámbitos, tanto laboral como familiar u otros, ya que la persona no puede desarrollar su rol eficientemente, en consecuencia se afectan los vínculos junto a la calidad de vida”, expresó Nilda Bautista, psicóloga social y laboral. También se presenta baja tolerancia a la frustración y eso muchas veces las hace sentir incapaces lo que afecta la estima del sujeto.
“Debido a la situación socioeconómica del país este fenómeno afecta a los empleados, esto lleva a su bajo rendimiento y afecta a su lugar laboral. Hoy hay más consultas sobre el estado de agotamiento mental excesivo desde el desgano, vacío, sin proyectos y las personas se sienten muy desorientadas por los síntomas”, explicó. Agregó que las personas explicitan tener un estado de desmotivación y se sienten vulnerados e insatisfechos.
Además señaló que el burnout se origina en los entornos laborales y se deben tomar medidas para una rápida solución y así evitar que el afectado se enferme. “Se le deben dar herramientas para fortalecerlo, empoderarlo, porque lógicamente siempre se nos presentan momentos de incertidumbre y es la manera de poder salir adelante. Como dice Pichón Riviere, en épocas de incertidumbre se debe trabajar la esperanza y la creatividad”, sostuvo.
La mediana edad
Puede concluirse que las personas de mediana edad son el segmento en el que se aprecia el mayor impacto ya que al grupo del rango de 50 años les siguen quienes tienen entre 40 y 49 años entre los menos felices.
En tanto, los jóvenes de entre 18 y 29 años son el único grupo etario que muestra un cambio positivo en los niveles de felicidad, en el resto hubo un deterioro.
Alejandra (47) está segura de sentirse mucho más agotada que años anteriores. “No creo que tenga que ver con la cantidad de actividad laboral y extra laboral, creo que es porque uno ya está ‘más grande’, y también tiene mucho que ver la situación económica, me agobia mentalmente tener que pensar todo el tiempo en los gastos”. Cree que la forma en que se siente ha afectado su calidad de vida, sus proyectos y sus actividades, incluso su vida social, la cual ha reducido mucho.
“Ha cambiado mucho mi forma de vida, cuando no hay ánimo ni un ingreso económico estable, no se generan proyectos y uno queda como estancado en su zona de confort”, afirmó. Dijo que influye mucho en su estado de ánimo si su día laboral fue productivo, cuando no es así sale muy desanimada. Por otra parte, si bien aceptó que todo esto ha afectado su salud, se ha ocupado para no llegar a un punto en que sea alarmante. “He perdido bienestar, a nivel mental, un desgaste terrible, y a nivel económico también y creo que tiene que ver con la cantidad de responsabilidad y falta de recursos pero no diría que soy menos feliz, sería muy desagradecida con la vida si no fuera feliz, creo que menos tranquila es la definición”, resaltó.
Martín (40) asegura que definitivamente está “pasado de rosca” y que hay días que termina su jornada laboral muy sobresaltado. Cree que es porque ha estado todo el día hiperestimulado, hiperactivo, porque para llegar a fin de mes ha tenido que tomar más trabajos. “No me relajo nunca”, asegura y cuando puede parar, se queda dormido.
“Para mí estamos en agosto y siento que ya estamos en diciembre y que desde diciembre del año pasado ya pasaron como tres años”, dijo con humor. Agregó que busca compensar con paseos con su perra y las juntadas con amigos para jugar al fútbol.
En tanto, el abordaje mostró que varones y mujeres, al igual que las personas con distinto nivel educativo, registran una caída similar en los niveles de felicidad respecto del 2023, sin grandes diferencias entre ellos.
“La felicidad es un camino hacia el desarrollo óptimo. Desafortunadamente, las crisis sociales y económicas en Argentina han llevado a que el bienestar emocional no sea considerado un recurso estratégico para el desarrollo nacional”, advierte el observatorio. “No obstante, es esencial tener un nivel adecuado de bienestar para enfrentar el estrés diario, trabajar productivamente y desarrollar nuestras potencialidades. Por ello, es necesario que las organizaciones, empresas e instituciones educativas implementen acciones sistemáticas dirigidas a promover el bienestar y la felicidad de la población”, concluye.