También conocida como “natural”, la cosmética ecológica es aquella que utiliza ingredientes naturales sometidos a procesos de transformación química sencillos, con pocos aditivos, o ninguno. Es por eso que no son perjudiciales ni para el medioambiente ni para la salud de las personas.
“Orgánica”, “bio” y “eco” son otras de las denominaciones comunes, las cuales exigen, además de ingredientes naturales, que los productos se produzcan siguiendo los criterios de la agricultura ecológica, es decir, sin fertilizantes ni productos fitosanitarios no orgánicos.
Aunque actualmente se ha impulsado como tendencia y es una práctica cada vez más común, lo cierto es que la cosmética ecológica cuenta con antecedentes muy antiguos. Algunos hallazgos arqueológicos certifican que ya hace 6.000 años los primeros egipcios utilizaban hierbas aromáticas, resinas, bálsamos, negro de ojos o polvos para cuidarse y embellecerse.
La humanidad lleva aplicándose ese tipo de productos naturales en cabello, cara, cuerpo o manos desde siempre: aceites vegetales y esenciales, aguas florales, ceras, mantecas, extractos de plantas, arcillas o sales.
Tendencia creciente en el mercado
En la actualidad, la cosmética ecológica parece tener un futuro prometedor, como lo indican las cifras publicadas en un estudio de mercado de Grand View Research, empresa de investigación y consultoría.
Según el informe, el sector mundial de los cuidados personales orgánicos crece entre el 8 % y el 10 % cada año. En consecuencia, se estima que para 2025 habrá alcanzado un valor de más de 25.110 millones de dólares.
“El mercado ofrece una variedad de productos como cuidados del cabello, cuidados de la piel o cosméticos. Otros segmentos incluyen aceites, aerosoles corporales, perfumes, higiene masculina y femenina”, detalló la investigación.
Además, se siguen sumando productos ecológicos como el hilo dental y los enjuagues bucales, por lo que se espera que aumente la demanda de productos orgánicos para el cuidado de bocas y otros rubros.
Salud personal y salud medioambiental
Según los especialistas, el principal motivo de interés de los consumidores de productos ecológicos de cosmética es la salud. Además, hay un fuerte componente de la responsabilidad con el cuidado del medio ambiente.
Uno de los ejemplos más característicos es la elección de productos que no se testean en animales, lo que implica incluir en su producción una visión cercana al bienestar animal. Por otro lado, también hay que tener en cuenta la nanotecnología, cada vez más presente en la cosmética.
“Las nanopartículas mejoran la estabilidad de algunos de sus ingredientes, aumentan la fotosensibilidad, la eficacia y la tolerancia de varios filtros ultravioletas en los protectores solares, y hacen que algunos productos cosméticos sean más fáciles de aplicar”, explicó en 2019 la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
“No serían un inconveniente si hubiera estudios que aclarasen si el uso de las nanopartículas en este tipo de productos es totalmente seguro”, agregó la organización, además de aconsejar “investigar más y legislar sobre ellas, para evitar riesgos”.