Cerca del mediodía del lunes 25 de noviembre de 2019, el tribunal compuesto por los jueces Carlos Díaz, Mauricio Juan y Aníbal Ezequiel Crivelli (de la cuarta sala del Fuero Penal de la Justicia de Mendoza) daba lectura a la histórica condena a prisión contra los curas Nicola Corradi, Horacio Corbacho y contra el jardinero Armando Gómez. Los primeros fueron sentenciados a pasar 42 y 45 años tras las rejas, mientras que la pena para el tercero ascendió a 18 años; todos considerados autores de los delitos de abuso sexual (simple y agravado) y corrupción de menores. Las víctimas, en tanto, eran un grupo de chicos sordos y chicas sordas, que estudiaban y dormían en el instituto religioso Antonio Próvolo (Luján de Cuyo).
El Caso Próvolo cumplía ese lunes exactamente tres años desde que habían salido a la luz las primeras denuncias en Mendoza. Pero, además, había permitido reflotar denuncias y causas judiciales que estaban estancadas en Italia y en La Plata, con ex alumnos de las sedes del Próvolo de esas ciudades que denunciaban haber sido abusados por sacerdotes y otros trabajadores del lugar. Coincidentemente en todas las denuncias figuraba Corradi, quien tras haber sido denunciado en tres ciudades, finalmente era condenado en Mendoza por los abusos.
Mientras que Corbacho y Gómez continúan cumpliendo sus respectivas condenas en la cárcel de Boulogne Sur Mer, Corradi estuvo con prisión domiciliaria en una residencia para ancianos –con custodia policial- hasta el 14 de julio de este año. Ese día el longevo sacerdote falleció a los 85 años.
“Me enteré el 15 de julio que Corradi había muerto la tarde anterior, a eso de las 17. Al menos llegó a ser condenado por lo que hizo”, destacó una de las víctimas de los abusos en el Próvolo de Verona (entre las décadas de 1960 y 1970), Gianni Bisoli, a Los Andes. Este hombre es el mismo que se emocionó aquel 25 de noviembre de 2019, cuando siguió por internet la condena al mismo sacerdote que había abusado de él mientras estuvo en esa ciudad italiana. “¡Gracias, a la Justicia Argentina! ¡Gracias!”, se lo ve y escucha decir a Bisoli en un video compartido en la página de Facebook la Asociación de Sordos Antonio Próvolo hace dos años. “Estoy feliz y agradecido con los jueces argentinos. Estoy llorando. Tenía 9 años el primer día de escuela en el Instituto Próvolo, y también han abusado de varios compañeros. Nicola Corradi, Eliseo Pirmati y Granuzzo; todos pedófilos. Y también los laicos Dal Castello y Spinelli”, se explayó –aún emocionado- cuando fue consultado por Los Andes aquel lunes de fines de noviembre de 2019.
A dos años de la condena a su abusador, Bisoli deja en claro que la lucha de las víctimas italianas no ha culminado aún. “Estamos a la espera de la extradición de Pirmati y también de Granuzzo. También hay sacerdotes y otras dos monjas, todos refugiados en el edificio del ex instituto Próvolo de Verona”, destacó Bisoli.
Y es que Pirmati y Granuzzo son dos de los religiosos que estuvieron en el instituto de Verona, que están entre los curas denunciados como abusadores (junto a Corradi) por Bisoli y los ex alumnos italianos (país donde la causa judicial nunca prosperó), y que también están denunciados en la causa de los abusos en el Próvolo de La Plata, donde fueron trasladados / refugiados tras el escándalo en su ciudad de origen. Precisamente la Justicia Bonaerense solicitó la extradición de estos dos –están viviendo en la ex sede del Próvolo veronés- para ser citados como parte de la causa platense (los abusos denunciados en la capital de Buenos Aires tuvieron lugar entre 1980 y 1990), aunque la Justicia italiana no ha autorizado el traslado a Argentina.
Así pasan sus días los detenidos de la causa Próvolo
Con la muerte de Corradi, son tres los condenados por los abusos en el Próvolo mendocino que continúan cumpliendo sus condenas. Uno de ellos es el cura nacido en la Provincia de Buenos Aires, Horacio Corbacho (61), quien este jueves cumple cuatro años, 11 meses y 26 días detenido (fue uno de los primeros trasladados a la penitenciaría, junto con Corradi, ni bien el caso estalló públicamente) en la cárcel de Boulogne Sur Mer.
Está alojado en el pabellón 5, que tiene un régimen de apertura diario entre las 7 y las 20. Aunque hasta hace algunos meses Corbacho se dedicaba a predicar la palabra del Señor para los internos de ese sector y hasta tomaba confesión, hace varios meses que no participa de ninguna actividad, ni siquiera de aquellas de tratamiento, psicoeducativas educativas o laborales que están disponibles en la cárcel.
Mantiene un buen estado de salud (en general), así como también su manía de tener todo ordenado –siempre-, con la infaltable imagen de la virgen y un rosario en su cama. Y aunque tiene un régimen de visitas quincenal –lunes por medio está autorizado para ello- no recibe ninguna visita desde el 25 de febrero de 2020 (de seguir así, en tres meses cumplirá dos años sin nadie que vaya a verlo).
En la misma cárcel de Boulogne Sur Mer, aunque en el pabellón 14 B, cumple su condena el ex jardinero Armando Ramón Gómez (51), quien ya lleva cuatro años, 11 meses y 25 días tras las rejas. Según destacaron desde el Servicio Penitenciario, tiene un régimen de apertura de celda durante todo el día y agregaron que Gómez participa de diferentes talleres como son el de Juguetes Inclusivos, Recreativo, de Disminución de Prisionalización, de Capacitación Economía Social y Solidaria, de Yoga y de Creación Solidaria.
Al igual que Corbacho, el ex jardinero presenta buen estado de salud, con trastornos en el habla y la audición (es hipoacúsico) y presenta conducta ejemplar. Aunque las visitas para Gómez también son quincenales y se habilitan lunes por medio, a diferencia del cura Corbacho, al ex jardinero suelen ir a verlo más seguido. La última visita la recibió el 11 de octubre pasado.
El ex monaguillo Jorge Bordón, en tanto –condenado a 10 años de prisión por los abusos en el Próvolo, aunque en un juicio abreviado en septiembre de 2018- cumple su condena en el módulo 4, ala 4 de la cárcel de Almafuerte (Cacheuta).
En cuanto a su estado de salud, tiene diabetes mellitus tipo II e hipertensión arterial, por lo que se encuentra bajo tratamiento con medicación. Al tratarse de una persona con comorbilidades, ya cuenta con las tres dosis dosis de la vacuna contra el Covid-19. Recibe de forma regular la visita de un familiar directo, su último registro data del 12 de noviembre pasado.
Este jueves cumple cuatro años, 11 meses y 27 días detenido.