Los mendocinos que dejaron el auto y se subieron al micro para ahorrar dinero

Entre noviembre-diciembre de 2022 y el mismo período de 2023, hubo un aumento de 90.000 transacciones diarias de promedio. Un transporte más económico que el auto y la calidad del servicio, entre las razones del cambio. Algunos sectores piden más frecuencias.

Los mendocinos que dejaron el auto y se subieron al micro para ahorrar dinero
El transporte público mendocino experimenta un fuerte aumento de pasajeros.

Desde la aplicación de su celular, Soledad sabe que en 3 minutos pasará el colectivo que la llevará al Centro para ir a trabajar y se da tiempo para charlar con una vecina que está esperando el mismo “bondi” en Dorrego. “Iba en bicicleta al Centro, pero desde que me la robaron hace 6 meses me voy en el micro y creo que me conviene porque es cómodo y ágil el servicio”, asegura.

Como Soledad, muchos mendocinos han decidido subirse al micro, ya sea para bajar gastos o por comodidad. Lo cierto es que los números lo demuestran desde que se implementó el sistema Mendotran, con la tarjeta SUBE en 2019. De acuerdo a los números oficiales, la cantidad de pasajeros ha marcado records año tras año, a excepción de 2020, el año de la pandemia de Covid-19.

A la hora de decidirse por abordar un ómnibus, son muchos los que evalúan la relación costo-beneficio. Tal es el caso de Eugenia Fernández, directora de escuela de Maipú. “Directivos y docentes hemos vuelto al transporte público como en los comienzos. Los sueldos en general no alcanzan. Es por eso que muchos hemos decidido ahorrar en nafta y desgaste del vehículo”, sintetiza la docente.

Darío, también educador, acota que principalmente han optado por este tipo de transporte porque subió demasiado el combustible. “Hace unos meses gastaba 14.000 pesos en nafta por mes y ahora son 50.000, la realidad cambió muchísimo”, explica y subraya que muchos docentes, directivos especialmente que trabajan en escuelas alejadas de la zona urbana deben encargarse de transportar distintos elementos necesarios para el establecimiento, como artículos de limpieza, por ejemplo. Y por ello usan sus autos.

Darío señala que a los docentes les conviene viajar en ómnibus porque tienen el 100% de cobertura del pasaje, pero también deben acostumbrarse a los tiempos del viaje. Si en auto tardaban media hora en llegar a su escuela, ahora lo hacen en una hora y media. A modo de reclamo, expresa que es necesario aumentar las frecuencias al ritmo el aumento de los pasajeros. “Muchos chicos que vienen desde lejos se quedan esperando el próximo colectivo porque el que pasó está lleno, no dan abasto los transportes”.

Cuestión de costos

Silvina cuenta que dejó el auto y se subió al colectivo en los últimos meses del año pasado. “Es como una forma de ahorrar, por la pérdida del poder adquisitivo. Trato de usar lo menos posible mi auto porque más allá del aumento de la nafta, está el mantenimiento o una rotura porque después es difícil de afrontar un arreglo”. Más adelante, sostiene: “Ahora también está la posibilidad de un aumento de boleto y allí tenderemos que evaluar nuevamente si nos conviene el colectivo o no. ¿Cómo hacés para ir a trabajar todos los días y llevar a tus hijos a la escuela en micro si aumenta el boleto?”, se pregunta Silvina, que recuerda que hace varios meses no ve actualizado su salario.

Víctor y Yamile, un matrimonio joven con su hijo son los últimos de una larga fila que hay en la sede de SUBE de calle Rivadavia. Están esperando para ser atendidos y adquirir un abono que les permita el acceso al transporte durante todo el mes. Dicen que cada vez más gente viaja en transporte público.“Nosotros siempre anduvimos en colectivo, el sistema funciona bien, pero en pleno verano no tenés aire acondicionado y están llenos los colectivos”, aseguran los jóvenes de Godoy Cruz. Víctor acota: “deberían mantener las mismas frecuencias durante la noche, mucha gente se queda esperando el próximo”.

Más frecuencias

La propietaria de un kiosco cercano a la plaza Independencia dice que cargar la tarjeta es un servicio y nada más, ya que no actúa como un “llamador” para que el cliente compre otras cosas, como sucedía habitualmente con los cigarrillos y caramelos. ”Hoy viene mucha gente tiene plata justa, carga la tarjeta y no consume más nada, hay que tener en cuenta que en dos días te gastás 1000 pesos si hacés 4 viajes. Y nosotros tampoco nos conviene mucho tener el cargador de tarjeta porque tenés que pagar por tenerlo y tenés que pagar internet también, es un servicio para la gente que lo tenemos que absorber nosotros”.

Lucas tiene un negocio en el Centro y dice que él cuando puede se viene en el colectivo. “Generalmente traigo mercadería y no me queda otra que usar el auto o el de mi novia, pero no conviene venirse al Centro en tu auto, por el tiempo, la plata y el estrés”. Dice que él paga una playa mensual y que si tuviera la oportunidad de usar sólo el micro, se ahorraría un montón de dinero.

“200 pesos el pasaje no me parece caro, por un servicio de transporte en auto tenés que pagar 2000 pesos y te tardás prácticamente el mismo tiempo, bueno 10 minutos más. Y en mi auto, vivo en Guaymallén, tardo 10 minutos en llegar y en colectivo llegás en 15 y estás liberado de estacionar”.

Martín Pérez dejó la moto por un accidente y tuvo que subirse al micro todos los días para ir a trabajar. “Estoy notando desde 2023, cuando empecé a tomarme el micro con más frecuencia, prácticamente todos los días, he notado el aumento de pasajeros. Muchos micros en la mañana van prácticamente llenos entre las 6 y 7:30 de la mañana. Por eso creo que deberían aumentar las frecuencias y ampliar el servicio por los accesos Este y Sur”, comenta el vecino de Rodeo de la Cruz.

Y agrega: “hace dos años estuve trabajando en la tarjeta SUBE y puedo decir que es muy conveniente moverse en colectivo, además hay muchos beneficios y diferentes tipos de abonos, hasta abono común para la persona que trabaja todos los días”.

Casi 100.000 pasajeros más

El sistema de transporte público de pasajeros urbano cuenta con 1.200 unidades más 14 duplas del Metrotranvía y realiza 200.000 recorridos por mes, destaca Luis Borrego, subsecretario de Transporte de la provincia.

El sistema se divide en dos temporadas: invierno (de marzo a diciembre) y verano (enero y febrero). Y para evitar confusiones aclara que es una denominación que no tiene en cuenta las estaciones de verano, pero básicamente, la temporada de invierno es la alta y la de verano, la baja.

Borrego resalta que efectivamente hay un fuerte aumento de pasajeros que se suman al sistema año tras año. Así, por ejemplo y para establecer una comparación, entre noviembre y diciembre de 2022, el sistema registró 780.000 transacciones diarias de promedio, mientras que en 2023, en la misma época, la cifra trepó a 870.000 transacciones diarias de promedio, unas 90.000 más.

De acuerdo a lo informado por Transporte, el promedio diario de transacciones fluctuaron entre los 850.000 y 870.000 desde el segundo semestre de 2023. Este año, entre enero y febrero (temporada de verano) se registró un promedio diario de 550.000 transacciones. Esto teniendo en cuenta que es época de vacaciones.

También se informa que el sistema presentó un repunte durante los primeros días de marzo, con 760.000 transacciones diarias de promedio. Y se espera que las cifras continúen en ascenso a medida que se sumen los estudiantes universitarios y algunos otros mendocinos regresen a sus trabajos, terminado el periodo de vacaciones.

Borrego, agrega que se mantienen las cifras de pasajeros en alza y a la hora de evaluar las razones, explica: “Es por la situación económica, pero también el costo del boleto, en Mendoza es el más bajo del país y también comparando con otros medios de transporte que han tenido fuertes aumentos. Por otra parte, está la calidad del servicio, la precisión en tiempo real de la llegada del ónminbus a la parada, la distribución geográfica”.

El funcionario técnico informa que esto fue posible gracias a la implementación del sistema Mendotran en 2019, intra e interdepartamental, que evitar tener que venir al centro para ir a tal o cuál lado.

Y sobre las frecuencias, habla de un sistema dinámico que se va ajustando en forma permanente, de acuerdo a la demanda.

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