Cada uno de los 107 fallecimientos asociados a la pandemia causan gran dolor tanto en sus seres más cercano como en toda la sociedad mendocina. Entre éstos, más de un 90% corresponde a mayores de 60 años, pero también se han registrado 7 decesos de personas entre 40 y 59 y 3 de menores de 40.
Esta última franja etaria se puso en foco ayer, luego del fallecimiento de una enfermera de 37 años que prestaba servicios en la Clínica Santa Clara. Además, durante la misma jornada perdió la vida otra mujer de 32 años que estaba internada en el Hospital Central y el 14 de agosto pasado una joven de 25 años que se encontraba en la Clínica Santa María.
En estos tres casos las personas presentaban enfermedades. La enfermera contaba con antecedentes de tuberculosis, una enfermedad producida por una bacteria que suele afectar los pulmones. Mientras que la segunda mujer de ayer cursaba una enfermedad inmunológica avanzada.
En tanto la chica de 25 había sido hospitalizada un mes y medio atrás por un linfoma y presentaba al momento de la muerte deterioro físico con cuadro febril de dos semanas. Según la investigación epidemiológica del Ministerio de Salud, la paciente contrajo COVID-19 durante su internación.
Consultada sobre los fallecimientos de menores de 40 por Covid-19, la infectóloga Andrea Vila, precisó si bien siempre se ha remarcado que la edad es un factor de riesgo de mortalidad y se ha puesto el foco en los mayores de 65, a partir de los 30 empiezan a registrarse fallecidos. “A más edad mayor riesgo”, subrayó la profesional. En tanto reconoció que a nivel mundial en menores de 10 años es prácticamente nula la mortalidad, lo mismo que en menores de 30.
En tanto aclaró que si bien se puede llegar a predecir el comportamiento de la enfermedad a partir de modelos estadísticos, la medicina y la biología no son una ciencia exacta. Por otra parte, aseguró que hay factores genéticos que todavía no están bien determinados que predisponen a una mayor o menor mortalidad. “Tienen que ver con la respuesta inflamatoria del huésped. Hay dos extremos que no son buenos, uno de ellos es la inmuno deficiencia y el otro la excesiva inmuno reactividad”, informó Vila.
En tanto aseguró que es importante descartar la co infección con el virus de influenza. “Porque la influenza sí tienen tratamiento y los dos virus pueden provocar más daño”, manifestó. Por último, explicó que el antecedente de haber tenido tuberculosis en algún momento, no es necesariamente un factor de riesgo de mortalidad, si no ha provocado enfermedad pulmonar crónica. En tanto reconoció desconocer el caso puntual de la enfermera fallecida.
Además la infectóloga destacó el trabajo que están realizando todos su colegas para hacerle frente a la pandemia en la provincia. “En los asistencial considero que se está trabajando con excelencia y suma dedicación”, expuso.