Pese a que el Ministerio de Salud de la Nación informó que los primeros productos con etiquetado frontal en Argentina comenzarían a circular el 20 de agosto, es decir, mañana, a Mendoza aún no han llegado.
Se trata de las advertencias con información nutricional en el envase establecidas por la Ley 27.642 de Promoción de la Alimentación Saludable, aprobada el 26 de octubre del año pasado y reglamentada en marzo.
Supermercados y mayoristas locales consultados aseguraron que aún no les han llegado y que incluso no hay demasiada información sobre el tema. Es que las empresas han pedido prórrogas, hay complicaciones por cambios en las formulaciones de los productos e incluso con los empaques.
En principio, según informó el Ministerio de Salud de la Nación el 28 de julio, se ha creado un cronograma en el marco del cual darán inicio a la estrategia las grandes empresas y la aplicación será gradual.
El Decreto Reglamentario N° 151/22, estableció un cronograma de adecuación secuenciado en dos etapas para el cumplimiento de la declaración del rotulado frontal, tanto para las grandes empresas como para las más pequeñas. A partir de esto, se informó que la implementación será gradual, y en el caso de algunos envases específicos requerirá un plazo mayor para ajustar la información.
“De acuerdo al cronograma, en agosto se cumple el primer plazo para las grandes empresas. De esta manera, los envases de alimentos y bebidas elaborados luego del 20 de agosto comenzarán a aparecer en las góndolas con sus respectivos sellos a medida que se vayan distribuyendo y comercializando en el mercado. Por otro lado, las empresas pequeñas o medianas tienen un plazo mayor de tiempo para incorporar el etiquetado, que se prolonga hasta el 20 de febrero de 2023″, detalló el área.
Qué pasa en Mendoza con el etiquetado frontal
Al mayorista Oscar David, que mueve un gran volumen de productos, aún no les ha llegado ni uno con el nuevo etiquetado.
“Las empresas están en proceso, esperando aprobaciones de productos porque han tenido que cambiar las fórmulas, está todo atrasado”, explicó Ruben David. De todas formas dijo que no hay mucha información al respecto y que parte de la incertidumbre es qué harán ellos con el stock que ya tienen. Detalló que las empresas productoras sí tienen la posibilidad de presentar un recurso para pedir una prórroga y, tras informar cuántas etiquetas les quedan sin la nueva normativa, poder sacarlas al mercado.
En otro mayorista consultado dijeron que tampoco les ha llegado nada y otro tanto en el supermercado Coto. Fuentes de este último dijeron que la mayoría de las empresas ha presentado una solicitud de prórroga, algo que está contemplado en la ley. “Los productos fabricados hasta antes del 16 de febrero ni siquiera tienen que venir con la adecuación, no es obligatorio”, señaló el referente consultado por lo que estimó que a partir de entonces se verá realmente la efectivización en las góndolas. Parte del problema es que algunas empresas han optado por hacer cambios en los contenidos para evitar tener que colocar el octógono, eso implica realizar todo el proceso para la autorización que es bastante largo, casi como si fuera un producto nuevo, según contaron. Otra demora se produce por la solicitud de los nuevos empaques que puede demorar hasta seis meses, si se tiene en cuenta que hay complicaciones con insumos importados, se suma una probable complicación más.
Producción mendocina
En cuanto a las empresas locales, explicaron que no son muchas las alcanzadas por la medida y son de menor tamaño por lo que tendrían más margen de acción.
Adolfo Brennan, vicepresidente de la Federación Económica de Mendoza (FEM) explicó esto al señalar: “En Mendoza no hay tanta industria local, está más concentrada en Buenos Aires, Córdoba y Santa Fé, donde se producen la mayoría de los productos envasados, acá hay muchas fábricas de conservas que en general no se ven afectadas”.
Walter Carvalho, gerente de la Unión Comercial e Industrial de Mendoza (UCIM) destacó que la intención de la norma es muy buena, pero que tiene una brecha con la realidad. Por un lado dijo: “Cuando se aprobó esta ley se hizo en un contexto muy difícil para Argentina y se señalaba que si bien son temas importantes es algo atemporal porque había cosas más urgentes que atender”.
Y por otra parte consideró que su impacto se verá acotado, en particular porque la norma afecta particularmente a ciertos productos procesados pero, por la situación socioeconómica, una franja de la población está optando por elaborar más en la casa, no accede a estos productos o, si son accesibles, prioriza comer. “Por el momento es muy pronto para evaluar cómo irá, la intención es extremadamente buena, para tomar conciencia, pero el bolsillo aprieta y a veces este tipo de conciencia que se debe tomar está por debajo de la necesidad de alimentarse, esa es la realidad”, apuntó.
Respecto de la adaptación de empresas locales dijo que la estructura productiva de Mendoza está más orientada a la fruta y verdura industrializada: “Acá en Mendoza, por lo que producimos, de momento no va a haber un gran impacto en este tipo de medidas”.
De qué se trata la ley de etiquetado
La Ley 27.642 de Promoción de la Alimentación Saludable establece que los envases de productos alimenticios tendrán octógonos o rectángulos con advertencias sobre información nutricional.
La norma tiene como objetivo advertir a los consumidores sobre los excesos de grasas, sodio, azúcares y calorías en los productos, con el fin de ayudar a combatir la obesidad, la hipertensión y los riesgos cardíacos. Esto se estipula a partir de valores propuestos por la Organización Panamericana de la salud (OPS), y se incluyen también otro tipo de advertencias como la presencia de edulcorantes o cafeína.