En los hoteles alojamientos de Mendoza (también llamados “telos”) nada volvió a ser lo mismo después de la pandemia de Covid-19, aquella que se declarara a comienzos de 2020 y ya dejó atrás sus momentos más complicados -aunque no ha llegado a su fin aún-.
Fue uno de los sectores que más insistió en los permisos provisorios para trabajar y también fue uno de quienes primero lo obtuvieron. Sin embargo, según confirman sus responsables -en on y en off- y aunque vivieron una especie de “primavera” luego de la habilitación, nada volvió a ser lo mismo desde entonces. Y si a eso se le suma la crisis económica, el combo no es el más optimista ni prometedor en el rubro.
“Imaginate que hoy la gente no tiene para comprar carne o leche, mucho menos va a tener para venir al telo”, reconoció -en confianza- un mendocino que trabaja en un hotel alojamiento de Mendoza. Y, por dura que sea, esa frase encierra la génesis del problema del sector.
“Esto es algo generalizado, que se está dando en todos los rubros, en todos los comercios. La gente empieza a prescindir de estas cosas, porque de elementos de primera necesidad -como la comida- no puede hacerlo”, complementó la idea, con un arrebato de honestidad, sincericidio y con la resignación colándose en sus palabras el presidente de la Cámara Mendocina de Hoteles Alojamiento de Mendoza y dueño del motel “Top Secret”, Eduardo Moyano.
Si bien para San Valentín (miércoles pasado, 14 de febrero) hubo un leve repunte y más movimiento, lejos estuvo el panorama de lo que han sido los Días de los Enamorados de los años dorados. “Tuvimos más movimiento que el resto de los días, como si fuera un sábado. Pero, lejos, fue 50% del movimiento que tuvimos para San Valentín del año pasado”, destacaron desde el hotel alojamiento “La Luna”, uno de los más emblemáticos en el Gran Mendoza.
Promociones especiales y sorteos en las redes sociales (que abundaron la semana pasada) son algunas de las estrategias con que se apunta a reactivar el sector. Sin embargo, el panorama no asoma de la mejor manera.
“Este 14 de febrero hubo un poco más de movimiento, pero mínimo. Y no alcanza para suplir el mal momento del sector. Ni hablar de que, por ejemplo, el lunes y martes feriado no vino nadie. Poder revertir esta situación va a tomar su tiempo. Y esto no se resuelve de un día para el otro. Porque el daño es grande, el problema es grande y la situación es delicada para poder normalizarla”, acotó a su turno Moyano.
ENTRE EL PESIMISMO Y LA IDEA DE REINVENTARSE
En el caso de los telos “La Luna” y “Top Secret”, dos de los consultados por Los Andes para esta nota, a la situación macroeconómica se le suma una particularidad y que termina convirtiéndose en un obstáculo (¡cómo si ya no hubiese suficientes!).
Y es que los accesos a ambos hoteles alojamientos se encuentran restringidos o limitados por obras públicas en las calles donde se sitúan.
“De la caída en las ventas, calculamos que 30% tiene que ver con las obras que tienen la calle cerrada, y el resto es por la crisis. Ya nos hemos reunido con el ingeniero a cargo de los trabajos para que nos permita, por lo menos, habilitar una de las puertas”, reconocieron desde “La Luna”.
El difícil día a día y la creciente dificultad para afrontar la canasta básica han llevado a que los mendocinos y las mendocinas recorten sus gastos en el alquiler de habitaciones reservadas para darle rienda suelta a la pasión y fogosidad.
“La gente aprovecha para salir a pasear a donde puede y hacer algo de turismo, si tiene plata”, se sinceró Moyano, propietario de “Top Secret” y presidente de la cámara de “telos” mendocinos.
Dependiendo del establecimiento, las tarifas de cada turno (el más breve es por 45 minutos de habitación) parten desde los 3.000 pesos. Este es el caso de “La Luna”, por ejemplo. En la mayoría de los “telos”, en tanto, el turno parte desde los 5.000 pesos y puede llegar hasta superar los 50.000 pesos (o más). En la tarifa incide, por supuesto, la categoría de la habitación y la duración del turno.
En “Love”, por ejemplo -ubicada en calle Primitivo de la Reta, de Godoy Cruz-, la tarifa más económica es de 12.500 pesos (un turno de dos horas en suite), mientras que la más costosa supera los 55.000 pesos. Esta última incluye jacuzzi e hidromasaje, entre otros amenities.
“El movimiento del día 14 de febrero fue muy bueno. Pero, comparado con otros años, es bajo. Y después de la pandemia, más la mala economía del país, el sector hotelero se vio complicado”, destacaron desde el hotel godoicruceño.
“Se han ido haciendo ajustes en los precios, pero siempre han estado por debajo de la inflación”, explicó por su parte Moyano, quien indicó que desde el comienzo de la pandemia -inicios de 2020-, el sector inició una caída libre y de la que nunca hubo una recuperación notable. En cuanto a los aumentos, en los últimos meses rondaron entre 40% y 50%.
“San Valentín no ha sido tan bueno como otros años. Y la situación no cambia de un día para el otro, porque la situación no va ni para atrás ni para adelante, y eso es algo que se ve en la calle. Si bien se trabajó para el Día de los Enamorados, no va a repuntar lo que no se trabaja en otros días”, reafirmó Moyano.
PROMOCIONES
En la semana de los enamorados -para ampliar el concepto del propiamente dicho Día de los Enamorados- hubo sorteos y publicaciones en las redes promocionando y ofreciendo la posibilidad de ganar un turno gratis. Sin embargo, son acciones puntuales.
El hotel alojamiento “La Luna” (ubicada en el carril Mathus Hoyos, de Guaymallén) se ha caracterizado, desde hace varios años, por sus originales y divertidas promociones y campañas de difusión y vía pública. Y, en medio de la desesperanza, presentaron la más creativa y reciente.
Se trata de la promo “Es un elissir”, que toma su nombre de la memorable frase del ex DT de fútbol Alfio “Coco” Basile”, quien se refirió de esa manera a un exclusivo whisky. No es más que la adaptación fonética a la palabra “elíxir”, pero que ya se convirtió en una marca registrada y -por supuesto- en un meme.
En el caso de la promo de “La Luna” y el “elissir” que ofrecen, se trata de un vaso de sodeado (vino con soda) que se puede disfrutar mientras se está en el lugar, y que tiene un costo de 999 pesos.
“Si la crisis nos puede llegar a jugar a favor en algo, es que en su momento –post pandemia- apareció una competencia con el alquiler de los departamentos temporarios. En ese momento, la gente podía alquilarlo al mismo precio que 2 o 3 turnos en el hotel alojamiento. Pero ahora, esos departamentos subieron un montón, sumado a que la gente también se vuelve a inclinar por un turno, algo breve, en lugar de estar todo el día en un lugar”, resumieron desde la administración de La Luna.
En ese sentido, con algo más de optimismo, destacaron que, si bien hay una disminución de consumo -algo que se ve en todos los rubros-, sigue habiendo un público que no abandona los momentos de esparcimiento y de eludir la realidad en una de las habitaciones del lugar.
“Podemos apuntar a promos o descuentos, pero la realidad es que nadie sabe qué va a pasar el mes que viene con la inflación y la situación”, concluyó con dejos de pesimismo.