Un estudio sobre el estrés y la Navidad realizado por Nascia, una compañía especializada en el sector de la salud y el bienestar, reveló que seis de cada 10 personas sufren ansiedad en épocas navideñas.
Los dos factores que más influyen en el estado de ánimo de las personas son los gastos y los compromisos sociales. Los excesos en las comidas, la ingesta de alcohol y la falta de actividad física también influyen.
Todo esto combinado puede generar nerviosismo y falta de paciencia. En este contexto es de esperar que ocurran situaciones incómodas durante los encuentros familiares.
Elixabete Blanco, psicóloga del Centro Integral de Psicología Ongizate, reconoció que “es una tradición bonita para muchos, pero no para todo el mundo”, y apunta que “ante algo temporal y, a veces, obligado, se pueden poner límites sanos sin obligarse a nada que pueda tener graves consecuencias solo por no decir que no”.
Cómo actuar ante las preguntas incómodas
“Si alguien pasa por lo mismo todos los años puede preparar una respuesta asertiva para que esa persona nos deje en paz, para cortar la conversación, cambiar de tema o no participar en la conversación”, señala la psicóloga.
Aunque parezca tentador, la especialista afirma que responder con ironía no sirve porque es una actitud pasivo-agresiva y puede generar un contrapunto aún peor.
“A mis pacientes les recomiendo no tomarse estas cosas a lo personal. El problema lo tiene la otra persona. Además, hay que saber gestionar lo que sientes después y estar preparado para lo que duela”.
La psicóloga también recomendó evitar situaciones encuentros no deseados. “Se debe reservar un espacio de cuidado propio y personal y cuando estemos en una reunión familiar, intentar evitar temas que generen discusión o sean comprometedores”, explicó.
“Si estamos preparados nuestra percepción de capacidad de control de la situación va a hacer que nos veamos más fuertes y eso reducirá la sensación de amenaza controlando la ansiedad”, indicó.