Manuel Belgrano, una figura clave en la historia argentina opacada por San Martín en Cuyo

El creador de la bandera obtuvo su “fama” 50 años luego de su muerte. Fue un hombre ilustrado influenciado por las ideas de la Revolución Francesa pero su ausencia en la región lo relegó.

Manuel Belgrano, una figura clave en la historia argentina opacada por San Martín en Cuyo
Pese a que Mendoza tiene fuerte raíz sanmartiniana, a Belgrano se lo recuerda más que en otras provincias, con monumentos, calles y edificios a su nombre. Foto: Los Andes

Manuel Belgrano es, quizás, para quienes no han ahondado en su historia personal, una personalidad histórica que ocupa un segundo lugar en la escala de próceres, detrás del general José de San Martín. En el imaginario popular, de nuevo en el mundo del prejuicio, es el creador de la bandera y poco más. Una fecha en el calendario antes de las vacaciones de invierno.

Sin embargo, Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano fue una figura gravitante en el proceso independentista de la región y, para los especialistas, de un peso decisivo, al punto de estar en un pie de igualdad con el Padre de la Patria. Incluso, destacan que murió en el país, afín a sus ideas políticas de las que no se desprendió hasta el día de su fallecimiento.

Pero su “fama” fue muy posterior a su vida. La doctora en Historia Paola Figueroa indica que Belgrano es una figura que tomó renombre unos 50 años después de que murió y señala que el viejo dicho de no ser profeta en su tierra se cumple con el creador de la bandera argentina. “La historia que escribe Bartolomé Mitre es la que lo saca del olvido. Es la misma historia que escribe para San Martín”, explica Figueroa.

“La historiografía liberal que inaugura Mitre tiene una mirada y una perspectiva del genio de Belgrano y de San Martín en la escala de las guerras de la independencia. Con Belgrano actuando en el Norte y San Martín con el Ejército libertador. Y hay toda otra dimensión de ellos, como hombres, como políticos, como militar y abogado, respectivamente, que la historiografía liberal fue marginando de la prioridad de la información”, señala la especialista.

Opacado en Cuyo por San Martín

Juan Marcelo Calabria, docente de la Universidad Nacional de Cuyo, miembro por Mendoza de la Academia Nacional Sanmartiniana y miembro adherente del Instituto Nacional Belgraniano, indica que esta mirada “opacada” de Belgrano respecto de San Martín quizás tenga que ver en Mendoza –siempre esto hay que destacarlo- porque nunca pisó Cuyo.

Pero, pese a esto, aclara que hay muchos más hitos que lo recuerdan si se lo compara con otras provincias por donde tampoco pasó. Una de las hipótesis que sirven para fundamentar este aspecto es la amistad entre ambos próceres y el apoyo que tanto el Norte como Cuyo dieron a la independencia del 9 de julio.

San Martín y Belgrano son los dos padres fundadores de la Patria. Pero San Martín tiene muchos monumentos ecuestres en Mendoza y Belgrano no. Tiene un busto en los Caballitos de Marly en el Parque y es donde todos los 27 de febrero se reúnen para rendirle homenaje el Consejo Profesional de Ciencias Económicas y las Asociaciones Belgranianas. El resto son calles, escuelas y plazas”, indica.

Calabria insiste en que no es que Belgrano tenga un rol secundario, pero sí admite que tiene que ver con las miradas de la Historia, los hitos y lugares que lo recuerdan. De hecho, asegura que con San Martín pasa lo mismo en el Norte del país, donde no es tan considerado como en Cuyo. “Belgrano además fallece tempranamente y es San Martín quien logra el prestigio internacional junto a Bolívar o Washington”, apunta el docente.

De todas formas, el especialista señala que el creador de la bandera en una carta a San Martín le indica que, luego de retirarse del Ejército del Norte descansaría en Mendoza o Córdoba, algo que finalmente no sucedió. “Seguramente hubiese colaborado en el Ejército de los Andes. Pero el hecho de que no pasara por Cuyo, como sí ocurrió con Buenos Aires, el Litoral y el Norte, hace que su figura sea más grande allá. Es el ‘porteño querido’ de Buenos Aires. Y en el Norte es héroe con Güemes”, argumenta Calabria.

Un “nosotros” y un “los otros”

Figueroa explica que Belgrano, nacido el 3 de junio de 1770 en Buenos Aires y fallecido 50 años más tarde el 20 de junio, desde muy temprano accedió a las ideas ilustradas de la Revolución Francesa, las cuales tenían que ver con un cuestionamiento a la monarquía absoluta y de que el poder no podía estar concentrado en una sola persona sino en el pueblo. “Son las ideas de Rousseau, francés; la idea de las divisiones del poder de Montesquieu, también francés; y el cuestionamiento al poder divino de la monarquía absoluta”, dice la doctora en Historia.

Cuando el creador de la bandera llega, tras su educación en España, al virreinato y se hace cargo del consulado todas las ideas de libertad y autonomía no las puede poner en marcha hasta que pasa a formar parte de la jabonería de Vieytes -ese pequeño grupo de independentistas y revolucionarios entre los que se encontraban French, Berutti, Castelli, Saavedra y Moreno, entre otros- que es un espacio donde él se encuentra cómodo para poner su ideología en marcha.

“Finalmente su figura estalla con el sostenimiento de las guerras del Norte en Salta, Tucumán y las expediciones al Paraguay. Allí se da la emergencia de una noción de que existe un nosotros y un los otros. Esa noción básica y primaria que no tiene que ver con ser argentinos y españoles sino con americanos y godos, como les decía San Martín”, señala Figueroa.

En este contexto, explica la investigadora, la idea de tener otra vestimenta (otros colores) tiene que ver con que los soldados tenían la misma indumentaria respecto a quienes se enfrentaban. “La idea de la bandera era básicamente no matar a los propios frente a los otros. Es una idea de la alteridad, como la plantea Dussel y Charamonte, que es muy interesante”, remarca Figueroa e indica que es en este momento histórico donde se da el 27 de febrero de 1812 la creación de la enseña patria.

Cuestionar al viejo régimen

Figueroa sostiene que lo interesante de Belgrano es su historia, su rol, su cabeza progresista y liberal que, para la época, fue muy avanzada. Sobre todo en lo referido al cuestionamiento del viejo régimen con sus ideas sustentadas en los derechos de igualdad como derecho natural.

“También empieza una escuela para mujeres de artes aplicadas, para que también fueran parte del esquema productivo. Propone ideas, escuelas de geometría, de matemática, de agricultura y deja dinero de su propio patrimonio para poder construir esas escuelas. De hecho, él muere en la extrema pobreza”, grafica la especialista.

Figueroa asegura que eso también es parte de un legado de alguien que estaba comprometido con un proyecto político que tenía que ver con los ideales de la libertad. “La figura de él es muy distinta a la de San Martin, donde su liderazgo está más vinculado a lo militar y su cabeza y su forma de entender la política es diferente”, aclara.

Para terminar, la doctora en Historia explica que la bandera creada por Belgrano, como la bandera de la diversidad, de la ONU o de los pueblos originarios, tiene un peso relacionado con la identidad, con la pertenencia y que eso también debe ser puesto en valor a la hora de examinar su legado simbólico.

Otros aspectos de la vida del prócer

Según relata Juan Marcelo Calabria, cuando llegó la revolución libertadora Manuel Belgrano asumió un doble rol. Primero, como jurista, por su gran formación. Pero además era militar, por eso junto a Juan José Castelli y Cornelio Saavedra asumió la conducción de lo que luego sería la Semana de Mayo.

“Sin dudas es uno de los hombres mejor formados para conducir la revolución porque era un intelectual y un hombre de acción. Podría haber vivido una vida cómoda y tranquila en Europa. Sin embargo, cuando vuelve al Río de la Plata, interviene y la fortuna que hereda la termina gastando toda en la Guerra de la Independencia”, informa Calabria.

Así, Belgrano gasta buena parte de su fortuna alimentando y pagando los sueldos de los soldados del Ejército del Norte, cuando el territorio sufría una extrema pobreza y él estaba a cargo como general.

En cuanto a su vida privada, tuvo dos hijos reconocidos post mortem: Pedro Pablo Rosas y Belgrano, hijo de Manuel y María Josefa Ezcurra, que nació 1813; y Manuela Mónica, hija de Manuel y María Dolores Helguero, que nació en 1819.

Por último, el docente explica que Manuel Belgrano brindó la posibilidad de acceder a muchos pasajes de su vida al haber escrito, en diferentes etapas, sus memorias, entre las que se cuenta su autobiografía, que muy posiblemente empezó a escribir en 1814. En cuyos primeros párrafos decía: “Nada importa saber ó no, la vida de cierta clase de hombres que todos sus trabajos y afanes los han contraído a sí mismos, y ni un solo instante han concedido a los demás; pero la de los hombres públicos, sea cual fuere, debe siempre presentarse, ó para que sirva de ejemplo que se emite, O dé una lección que retraiga de incidir en sus defectos. Se ha dicho, y dicho muy bien - que el estudio de lo pasado enseña cómo debe manejarse el hombre en lo presente y porvenir; porque, desengañémonos, la base de nuestras operaciones, siempre es la misma, aunque las circunstancias alguna vez la desfiguren”.

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