Con el ingreso de la variante delta se advirtió que para tener protección contra el Covid y evitar cuadros graves era necesario completar el esquema primario de vacunación, que en el país requiere dos dosis en la mayoría de los casos. Con Ómicron esta recomendación fue más allá y se avanzó en los refuerzos (tercera dosis).
Sin embargo, en Mendoza, hay 271.422 personas que se colocaron la primera dosis y no accedieron a la segunda. Con los nuevos criterios esto es considerado por las autoridades sanitarias el equivalente a no haber recibido vacunación. Más aún si se toma en cuenta que se estima que a partir del quinto mes comienza a decrecer la inmunidad adquirida.
En la provincia recibieron la primera dosis 1.658.577 personas, en tanto fueron inoculados con la segunda, 1.387.155.
Cabe señalar que entre quienes han recibido ambas, de acuerdo a los nuevos parámetros, son considerados con esquema completo en tanto no hayan pasado más de 4 meses desde que recibieron la última aplicación. Luego de esto se indica el refuerzo, que en Mendoza está habilitado para todos los mayores de 18 años, sin turno, transcurrido ese lapso.
Un ejemplo de esto es que las nuevas disposiciones del Ministerio de Salud de la Nación en cuanto a aislamiento aplica el mismo criterio a quienes recibieron una dosis y los no vacunados
Así, un contacto estrecho asintomático sin vacunación o con esquema incompleto deberá cumplir 10 días de aislamiento desde el momento del último contacto con el caso confirmado.
Adultos jóvenes
Las autoridades nacionales y provinciales vienen advirtiendo sobre la importancia de completar el esquema y hacen particular hincapié en los adultos jóvenes. Es que el segmento entre los 20 y los 39 años es el más rezagado entre los adultos en cuanto a esquemas completos.
Según datos publicados por la Asociación de Clínicas y Sanatorios de Mendoza (Aclisa) entre 30 y 39 años se presenta la menor cobertura con dos dosis y es de 77%. Es incluso el que tiene menor proporción de vacunados con una sola dosis. De hecho, las autoridades locales hasta hicieron una conferencia de prensa hace unos meses para pedirles por favor que se fueran a vacunar.
“Los adultos entre 30 y 40 años son los que menos están asistiendo a vacunarse”, tuiteó el gobernador Rodolfo Suárez el 15 de julio.
“Les pedimos por favor que se inscriban todas las personas mayores de 18 años. Apelando a la solidaridad, al cuidado de la salud propia y de los demás”, pidió la ministra de Salud, Ana María Nadal ese mismo día.
Le sigue el de entre 20 y 29 años con 81,97% con dos dosis y una brecha de 20% con quienes recibieron la primera.
Ellos también muestran una particularidad: sí asistieron a colocarse la primera dosis y tienen una cobertura total si se toman en cuenta las proyecciones de población del Indec. Para ellos, con la segunda ola a pleno cuando les fue habilitada la vacunación, era prioritario cuidar a sus familiares del contagio, en gran medida porque muchos conviven con adultos en riesgo.
“Creo que como se ha extendido la adolescencia y la juventud este grupo todavía tiene convivencia con el grupo familiar, me parece que es una cuestión de solidaridad, que como viven con sus papás y con persona de mayor riesgo quizás se vacunen para protegerse a sí mismos pero también al núcleo familiar, después ya a los 30 es más raro que esto suceda”, conjeturó Nadal hace unos meses ante la consulta.
Sin embargo, muchos luego no fueron por la segunda. Entre los argumentos y conjeturas se cuentan la pérdida de temor al virus, cierto relajamiento, que no les gusta la marca de inoculante o que no quieren hacer filas para vacunarse.