Médicos virales y una lucha donde todos los argentinos deberíamos decir ¡presente!

El sector lucha por mejorar sus condiciones laborales y sale a protestar como puede. El mismo sector que estuvo al frente batallando por la salud de los argentinos. Es hora de devolver el esfuerzo.

Médicos virales y una lucha donde todos los argentinos deberíamos decir ¡presente!
El personal de salud en lucha.

Médicos en videos, mensajes interactivos, estados de WhatsApp y posteos… La lucha de la salud mutó a un intento virtual de ser escuchados. Algún que otro caceroleo en las puertas de los hospitales y mucha indignación. Es la batalla que el sector libra para que una enfermera, un administrativo, un médico, camillero, instrumentista y todo el personal pueda mejorar su situación. Y en este contexto vale la pena tener memoria. Porque cuando comenzó la pandemia (Ginés García dijo que era poco probable que tuviéramos un caso en referencia a la distancia con China) las redes se llenaron con mensajes donde los médicos y el personal de salud eran héroes. Eran casi personajes de Marvel listos para luchar contra un virus desconocido.

Pero la realidad no era esa. Estaban asustados, muchos negaron ser tratados como héroes, otros salieron a responder y el Gobierno Nacional los reunió para decirles lo que muchos no sabíamos, las perspectivas no eran buenas. Así ellos dejaron sus casas, sus familias y enfrentaron día a día su trabajo en los hospitales. ¿Quiénes sino ellos que eran los expertos? Era su labor, está claro, pero no eran héroes ni tenían poderes y en un momento hasta necesitaron ayuda con barbijos y ropa especial que, hay que decirlo, no escaseó tanto como se creía en la Argentina.

Y hago más memoria: no teníamos demasiada idea sobre los medicamentos efectivos, no habían vacunas y muchos lloraron como nunca durante días ante el temor de enfermar a sus hijos.

En Mendoza los médicos también se enfermaron y los camilleros y las enfermeras y los directores de hospitales y… tantos más. Mientras, una Argentina paralizada miraba todo por televisión dada la famosa fase 1 que nos tenía aislados (a favor o en contra, otro tema…). Comenzaron a subir los casos, las terapias iniciaron su gran actividad, los especialistas de otras áreas fueron asignados a luchar contra el Covid-19 y la angustia aumentó.

Ellos estaban al frente. ¿Alguna duda sobre eso? Y no sólo al frente sino que totalmente limitados a la hora del descanso, de las licencias y de las vacaciones. Hoy el 88 por ciento del personal de la salud que trabaja en UTI tiene signos claros de agotamiento según la Asociación Argentina de Terapia Intensiva.

No hace falta ir tan lejos. Todos tenemos algún amigo o conocido en el sector de la salud. Alcanza con hablar con ellos. La pandemia los ha golpeado físicamente, se llevó también familiares de muchos de los trabajadores de la salud pero, lo peor de todo e invisible, los afectó psicológicamente. Porque a la primera ola le siguió una segunda más masiva y ahora la perspectiva es la tercera con una variante como la Delta dando vueltas por el mundo.

El total de 4.500.000 infectados y 96 mil muertos tampoco ayudó. Aunque las cifras se “normalizaron” y generaron una suerte de “costumbre estadística”, el personal de la salud siguió encontrando rostros en cada número. Familiares, historias, sentimientos, encontraron a los 4 millones y medio de seres humanos enfermos. Visibilizar la pandemia no es algo que pueda soportar cualquiera.

Así lejos de Marvel, sin fuerzas extremas, sin habilidades para volar o trepar los techos, sin armas sofisticadas o dominios de los fenómenos naturales ellos enfrentaron la pandemia. No son héroes señores, son personas. Da pudor, sino un poco de vergüenza, tener que verlos ahora en las redes luchando por su sueldo. Porque les reconozcan el inmenso trabajo que han hecho y que todos conocemos ya. Esta lucha debería ser de todos los mendocinos y argentinos. Porque excede el sistema de Salud que tanto necesitamos.

Es la confirmación (o negación) de que cuando una persona se esfuerza recibe lo que merece. De que el que expone su cuerpo y alma tiene recompensa. Que vale la pena luchar por los otros. Es parte de ser justos. No, ellos no deberían ser los protagonistas de los videos. Los argentinos, todos, deberíamos estar en las redes o en las calles para devolverles algo -al menos- de todo lo que nos han dado. ¿No les parece?

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