Podría decirse que la educación técnica asiste a una especie de período de resurgimiento. Si bien nunca dejó de tener adeptos, hubo una época en que tras el boom inicial había ido perdiendo interesados pero eso quedó atrás y los últimos años no para de crecer en cantidad de alumnos ni de reformularse.
Mendoza es una expresión de esto: en los últimos 5 ciclos lectivos ganó más de 10.000 alumnos y es la quinta provincia donde más creció la matrícula en escuelas técnicas en la última década.
Además, es la tercera provincia con mayor proporción de estudiantes secundarios en esta orientación y está incluso por encima de la media nacional: asisten 1 de cada 4 alumnos del nivel. Como plus, acceden cada vez más mujeres y en la provincia son casi 4 de cada 10 estudiantes. Esta proporción aumentó dos puntos porcentuales en una década.
Los datos se desprenden por un lado de la Dirección de Educación Técnica y Trabajo de la provincia y por otro, del informe “Secundaria técnica: crece la matrícula con participación femenina estable”, del Observatorio de Argentinos por la Educación.
Este último tiene autoría de Guillermina Laguzzi (OEI), Martín Nistal y Víctor Volman (Observatorio de Argentinos por la Educación) y analiza la evolución de la oferta y la matrícula de las escuelas técnicas a nivel nacional y provincial, así como la proporción de estudiantes mujeres, a partir de los datos del Relevamiento Anual realizado por el Ministerio de Educación de la Nación.
El titular de la mencionada Dirección, Carlos Daparo, detalló a Los Andes que en Mendoza hay 81 escuelas técnicas y que la última se sumó este año (antes era orientada).
Según datos del área, de un total de 43.827 estudiantes cursando en 2022, la matrícula femenina representó el 38,6% (16.921), mientras que los estudiantes varones eran 26.906, es decir el 61,4% del total, considerando a todas las escuelas secundarias técnicas de la provincia.
Como expresión del incremento, basta ver que la matrícula pasó de 30.120 en 2018 a 40.553 en el ciclo 2023. Esto implica un incremento de 34,64% en el último quinquenio.
Hay que agregar que hay 80 centros de formación profesional a los que asisten unos 13.000 alumnos a recibir formación en formato de cursos.
A nivel nacional, la proporción de alumnos en escuelas técnicas se encuentra debajo del 35% en todas las provincias. Aquellas con mayor proporción son Neuquén (32,8%), Córdoba (28,2%) y Mendoza (26,4%). Esta última quedó quinta entre las que más secciones incorporaron.
“La matrícula en términos generales y la matrícula femenina han crecido mucho en los últimos años (...) ha habido un crecimiento exponencial”, expresó Daparo.
De hecho, desde la dirección se atreven a ponerle fecha a la posible equidad en la matrícula. “El incremento sostenido en la matrícula femenina en las carreras técnicas, sumado a una mayor tasa de egreso entre las mujeres, se traduce en una disminución de la brecha de participación con respecto a los estudiantes varones; por lo tanto, se espera que, si esta tendencia se mantiene, para el año 2041 la cantidad de estudiantes varones y mujeres se habrá igualado”.
Cada 15 de noviembre se conmemora el Día de la Educación Técnica. Ese día de 1959 fue creado el CONET (Consejo Nacional de Educación Técnica), órgano rector por entonces de las escuelas técnicas del país.
Aumento del interés
Ruben Gnemmi, vicedirector de la escuela Bernardo Houssay de Ciudad, contó que la demanda ha crecido notoriamente a tal punto que solo pueden absorber una magra parte de los aspirantes, dado el condicionante de su capacidad para trabajar.
Contó que para el próximo ciclo lectivo, luego de cubrir las vacantes de las diversas categorías priorizadas como hermanos de alumnos y aspirantes con Certificado Único de Discapacidad, les quedaron 9 bancos disponibles. Pero solo entre aspirantes abanderados y escoltas llegaron 69 chicos, de los cuales 29 tienen promedió 10. Algo similar a lo que ocurrió con los colegios de la UNCuyo.
Otra particularidad es que en esa escuela son más mujeres que varones, mientras que es a la inversa en la mayoría de estos establecimientos. Allí hay 567 alumnos y las mujeres representan el 65%. “En nuestro caso es una escuela reconocida, tiene 75 años, y otorga dos títulos a los alumnos: técnico en Farmacia y técnico en Laboratorio”, argumentó el vicedirector para sustentar el interés.
Consideró que la posibilidad de salir al mercado laboral pronto es un aliciente. “Si salieran a buscar este mismo título en el nivel (superior) privado tendrían que tener 3 o 4 años de formación y serían (igualmente) técnicos”, señaló. Entonces consideró que es una oportunidad para quienes tienen una visión anticipada de su futuro laboral. De hecho, al igual que Daparo, señaló el alto nivel de inserción laboral de los egresados, muchos de los cuales quedan trabajando luego de la pasantía.
Destacó entonces el posicionamiento de la escuela técnica sobre otros títulos. “Si tenés un título secundario, un bachiller, es un piso, en cambio el piso de un técnico es ya tener un título para iniciar su formación profesional o su vida laboral”, afirmó.
Hay dos aspectos que según los diversos consultados funcionan como principales atractivos para los interesados y que se cuentan entre los objetivos de este tipo de educación. Por un lado, aportar recursos y herramientas que faciliten la inserción en el mundo laboral. Este no es un tema menor en un contexto socioeconómico que, con la depreciación del poder adquisitivo, ha empujado a más personas al mundo laboral y sobre todo, jóvenes. Pero además, es una base firme para quienes buscan seguir sus estudios superiores en carreras duras, como Ingeniería.
Desde la dirección ponen el acento en que “no solo necesitamos más perfiles técnicos, sino que necesitamos mejores y más variados perfiles técnicos”. En ese sentido, Daparo subrayó el vínculo que se ha establecido con los diversos sectores productivos de la provincia para conocer sus necesidades y el perfil de los trabajadores que requieren. De este modo poder adaptar la oferta académica.
Justamente es parte de los cambios que se han hecho en educación técnica que ha ido los últimos años adaptándose al perfil productivo y generando nuevas instancias a partir de nuevos contenidos más vinculados a las nuevas tecnologías.
Los sectores que están teniendo mayor demanda y mejor inserción son el Turismo, el rubro gastronómico, el sector metalmecánico y el de la construcción.
Anualmente en Mendoza unos 2.800 alumnos tienen egreso efectivo (sin que adeuden materias) mientras que sumando a quienes deben rendir saberes tras la finalización del cursado son unos 3.200.
Escenario nacional y local
El mencionado informe nacional refiere que creció la matrícula, pero la participación de mujeres es aún una deuda pendiente. La matrícula de las escuelas técnicas creció 20% en diez años en el país y pasó de 591.918 en 2011 a 710.081 en 2020. El crecimiento en esos establecimientos casi duplicó al de la secundaria común, que incrementa su cantidad de alumnos en 11,4% en ese periodo.
En el mismo período también aumentó la oferta educativa en esta modalidad: la cantidad de escuelas técnicas aumentó 15,2% y pasó de 1.454 a 1.675 instituciones. En tanto, la cantidad de secciones (aulas) creció 25% y pasó de 24.101 a 30.134.
Otro aspecto que muestra es que el porcentaje de mujeres sobre el total de la matrícula de las escuelas técnicas aumentó de 33,1% a 34,2% entre 2011 y 2020. Las cifras muestran que la paridad de género aún está lejos (en el total de las escuelas secundarias, las mujeres representan el 50,1% de la matrícula).
Las provincias con mayor proporción de mujeres en las escuelas técnicas son San Luis (42,4%), La Rioja (42,3%) y Santiago del Estero (41,9%).
Adaptación a los sectores productivos
Los referentes coincidieron en señalar cómo la escuela técnica se ha ido adaptando y actualizando los últimos años, en particular generando una mayor vinculación con el sector productivo, mayor cantidad de prácticas y la oportunidad de ofrecer trayectorias diversas por fuera de las tradicionales para incluso adaptarse a los intereses y necesidades de los alumnos.
Esto ha favorecido poder dar respuesta a las necesidades del entorno productivo local sino además mejorar la empleabilidad.
¿Qué hacen los estudiantes tras el egreso? Daparo aclaró que mucho depende de las condiciones macroeconómicas. Pero en general, 30% sigue una carrera universitaria. El resto se divide en dos partes: la mitad de ellos tiene posibilidad de inserción concreta en el mundo del trabajo y mientras que la otra mitad se dedica al emprendedurismo, otra tendencia que llegó para instalarse fuerte, sobre todo entre los jóvenes.
Daparo destacó además la creación de diversos centros tecnológicos en colegios el último tiempo donde los alumnos tienen acceso a prácticas con innovaciones tecnológicas.
Se han generado nuevas carreras en la provincia, como la Tecnicatura en Programación.
En tanto, los autores del trabajo señalan que la escuela técnica se distingue del resto de las modalidades de secundaria porque: “Se trata de una propuesta tradicionalmente asociada con una alta calidad educativa (mejor formación en áreas como Matemática y mayor peso curricular de saberes científico tecnológicos)”. También resaltan la jornada extendida y el valor del título en un mercado laboral complejo.