Si se mantiene el ritmo de vacunación de los últimos días, la mitad de los adultos mendocinos podrá tener al menos una dosis antes de fines de junio para defenderse del Covid-19.
La población mayor de 18 años de la provincia es de 1.422.650 personas e involucra a 70,8% de los habitantes del territorio.
Llegar a la mitad, unas 711.325 personas, no está tan lejos. Hasta el sábado por la tarde Mendoza había aplicado 697.297 dosis, de las cuales 570.615 personas habían recibido la primera mientras que 123.768 habían completado el esquema. La diferencia es de 140.710 personas.
Al ritmo de los últimos días, de alrededor de 13.500 aplicaciones de primeras dosis diarias, hacia mediados de la semana próxima podría alcanzarse la mitad de la población, aunque hay que considerar que los fines de semana el ritmo se desacelera.
Cabe recordar que las vacunas que se están aplicando por ahora en el país (Sputnik V, AstraZeneca o Covishield y Sinopharm) requieren de un esquema de dos dosis. La primera confiere protección a partir de los 14 días, la que se fortalece a partir de los 21 para evitar cuadros graves de Covid.
Hasta hace unas semanas, desde el Gobierno mendocino se informaba que el promedio de vacunación diaria era de 11.000 dosis y explicaba que dependía de la disponibilidad de inoculantes. Se sabe que es el principal obstáculo ya que la sobredemanda ha llevado a dificultades para conseguir e incumplimiento de los acuerdos por parte de los laboratorios.
En Mendoza, desde el 31 de mayo se incrementaron notoriamente las inoculaciones. Como parámetro, los últimos diez días de los que se disponen datos (desde el 2 hasta el 11 de junio) se aplicaron en promedio 13.506 primeras dosis diarias y 135.066 en total. Tomaremos sólo la primera parte del esquema dado que son las que se están priorizando y confieren el primer resguardo.
Coincidió con la aceleración de envíos de vacunas por parte de la Nación, algo particularmente empujado por la llegada de las elaboradas por el laboratorio AstraZeneca.
La directora de Inmunizaciones de la provincia, Iris Aguilar, sostuvo que quedan vacunas para varios días. El jueves ingresaron a Mendoza 1.800 primeras dosis de Sputnik V además de 18.000 del esperado segundo componente.
Según registra el Monitor Público de Vacunación, la provincia había recibido hasta ayer 809.802 dosis, aunque no hayan sido destinadas todas a la primera inoculación. Hay 117.859 que, según esta fuente oficial, están disponibles para ser aplicadas. Aunque se tome en cuenta la tan mentada demora en las cargas, igual superan ampliamente lo que resta para cubrir a 1 de cada 2 adultos mendocinos. Por otra parte, se esperan para los próximos días nuevos envíos. Por eso, habría que decir que el objetivo estaría casi asegurado.
En principio sería un paso más para comenzar a mitigar el impacto del virus Sars CoV-2 que ha puesto patas para arriba al mundo.
¿Por qué con la vacunación se hace foco en los mayores de 18 años? Porque en Mendoza 96,8% de los infectados tiene más de 15 años y sólo 0,2% de los fallecidos han sido niños y adolescentes menores de 15.
Menos muertes e internaciones
Como bien se sabe, las personas vacunadas no necesariamente evitarán la infección pero tienen un elevado porcentaje de chances de evitar cuadros graves. Por ello, el primer beneficio será esta tranquilidad para los inoculados y sus allegados.
Para el sistema, en tanto, implica una reducción de la demanda, las internaciones y la ocupación de camas en Unidades de Terapia Intensiva. En la misma línea, por ende, una reducción de las muertes, tal cual se ha visto no sólo en estudios sino además en la práctica: la eficacia en ese sentido asciende a entre 95 y 100%.
“Luego de 21 días como mínimo de tener a la población con una dosis se empieza a ver el impacto (reducción) en las internaciones por casos graves. El impacto en muertes tarda un poco más porque las internaciones son prolongadas”, destacó la médica Elena Obieta, referente de la Sociedad Argentina de Infectología.
“Ojalá que empecemos a ver el impacto”, dijo esperanzada Aguilar. “Tenemos la meta de vacunar y vacunar. Es un desafío enorme y seguimos de lunes a lunes. Te puedo asegurar que no tenemos descanso”, apuntó.
Dijo que hay que minimizar los obstáculos y llegar a todos aquellos que tienen indicación de inocularse, incluso a quienes todavía tienen reparos con la vacuna.
“Todos los días tenemos gente que viene a preguntar qué vacuna me pongo o cuál es la mejor y decimos que la mejor vacuna es la que se coloca”, subrayó la funcionaria.
¿Podría evitarse una tercera ola? Aparentemente, no hay muchas chances de lograrlo.
“La única forma de evitar una tercera ola sería haber vacunado al 80% de la población y seguir utilizando medidas de protección, porque las vacunas no han demostrado la posibilidad de que podamos evitar portar el virus en la nariz o garganta y por lo tanto transmitirlo, y si lo transmitimos a una persona que no ha sido vacunada, puede enfermarse gravemente y morir”, explicó la infectóloga.
Aguilar aclaró que hay que ver el comportamiento en otros países y si se hace, el escenario no es justamente alentador, menos con el permanente surgimiento de nuevas variantes.
Casi llegando al verano, el Reino Unido notifica más de 7.500 nuevos contagios, la cifra más alta desde finales de febrero.
¿Y la inmunidad de rebaño? Con el objetivo del 50% al alcance de la mano inevitablemente se vuelve sobre la idea de inmunidad de rebaño pero, según las expectativas de los expertos, no hay que ilusionarse.
El surgimiento de nuevas variantes con mayor capacidad de transmisibilidad y la capacidad de eludir la respuesta inmune del organismo han hecho pensar en un recálculo del 60 a 70% original de población con defensas para afrontar el virus.
“Cuando se inició la campaña se estableció que este año el objetivo era disminuir las complicaciones y lo que lleva a buscar cama, no cortar la circulación comunitaria”, aclaró Aguilar. “Siento que con esta enfermedad estamos siempre corriendo detrás”, se sinceró la médica.
Obieta, como otros expertos extranjeros, corrió la línea de llegada: “En primer lugar, con la aparición de nuevas cepas más contagiosas y probablemente más patogénicas (más capaces de generar daño), probablemente necesitaríamos alcanzarla con un porcentaje más alto porque la inmunidad de rebaño tiene relación directa con el R0, que es el índice de reproducción, es decir a partir de un caso positivo cuántos se pueden contagiar y con estas cepas, como las de Manaos o del Reino Unido - que ahora tienen una nueva nomenclaturasería más importante alcanzar un número más alto, probablemente cercano al 80% de gente vacunada como para mitigar la circulación viral”.
Al ser consultada sobre si la inmunidad cae luego de un tiempo de la primera dosis, remarcó que no es así.