Un proyecto en pos del arbolado público en el área metropolitana de Mendoza ganó este año doble reconocimiento internacional de las Naciones Unidas en materia de innovación y dejó posicionada a la provincia en el mapa mundial de las “ciudades verdes”.
Unicipio, el organismo que coordina las políticas públicas de siete municipios del área metropolitana recibió los dos premios por presentar, por un lado, un mapa con 615.832 árboles georreferenciados (fotografiados, diagnosticados, descriptos en su especie y características mediante una app informática) y, por el otro, lograr unir voluntades más allá de los distintos colores políticos para un futuro sustentable. Es decir, un premio a la “gobernanza metropolitana”.
Graciela Marty, creadora y coordinadora de Unicipio desde hace nueve años, explicó a Los Andes que se postuló a ambas convocatorias luego de seis meses de recolección de datos en cada municipio para tener un relevamiento, diagnóstico y descripción de cada uno de los árboles que habita en la zona metropolitana.
“Hemos trabajado muchísimo en equipo para hacer un relevamiento de todos los árboles del área. Siempre hemos tenido problemas con el agua en Mendoza y siempre pensamos en cómo sobrevivir a este sol. La ciudad siempre tuvo este rasgo de sostenibilidad porque es una provincia árida. Cuando te falta un recurso vital como el agua tenés que proteger ese recurso. Y los árboles brindan un servicio ecosistémico a las ciudades”, precisó Marty.
El premio más reciente, hace unas semanas, se lo otorgó la FAO, el organismo de la ONU que dirige actividades internacionales para la Alimentación y la Agricultura.
¿El motivo? Mendoza generó un instrumento innovador de gestión donde se ejerce la gobernanza metropolitana, más allá del color político de cada intendencia con un fin último: que un área semidesértica como la de Mendoza logre contrarrestar, con políticas ecológicas unánimes, la crisis hídrica propia de los secanos y del cambio climático.
Ya en marzo de este 2024, Mendoza se alzó con el Reconocimiento Tree Cities of the World, otorgado por Naciones Unidas y la Arbor Day Foundation, que se entregó a 200 Ciudades de 22 países del mundo y la única ciudad en Latinoamérica que fue reconocida por el sofisticado censo del arbolado público fue nuestra provincia.
Lo novedoso del proyecto de Unicipio, que ahora depende de la Subsecretaría de Infraestructura y Desarrollo Territorial, es que cada uno de estos árboles está georreferenciado con coordenadas precisas y un número de identificación.
Esto permite también evaluar la reforestación urbana en el lugar y momento justo e, incluso, facilita la decisión de los agricultores para el desarrollo de su actividad.
El galardón para Mendoza como “Ciudad Verde” subrayó también la cuantificación de los kilómetros de acequias (5.400), distribuidos en toda la zona metropolitana (Ciudad, Godoy Cruz, Guaymallén, Las Heras, Maipú, Luján de Cuyo y Lavalle). Es que este sistema de riego garantiza que no falte agua en los nuevos árboles y, por ende, el éxito del proyecto “verde” a largo plazo.
El actual diagnóstico del arbolado público comenzó a materializarse en 2016, cuando Sergio Carrieri, presidente del Consejo provincial del Arbolado Público de Mendoza, inició a realizar un censo, mientras solicitaba al gobierno apoyo institucional. “Fue Carrieri quien empezó con el diagnóstico del bosque urbano, yo lo seguí y hoy él forma parte fundamental de la Mesa de Gestión del Arbolado Público”, reconoce la titular de Unicipio.
Recambio del arbolado con vistas al futuro
Solo en 2023 se plantaron 21.532 árboles en la zona metropolitana y se invirtieron más de 6 millones de dólares en tareas de replante, conservación y forestación. Una inversión en arbolado que está “muy por encima de otras ciudades verdes del planeta” –aclaró la coordinadora de Unicipio– y que, desde luego, sorprendió al jurado internacional de la ONU que reconoce a las ciudades “verdes”.
Pero la idea de generar un bosque urbano no es nueva. A principios del siglo XX, cuando se inició la plantación masiva y planificada en la ciudad de Mendoza y alrededores de la mano de Emilio Coni, se colocaron plátanos, álamos y moreras y, aunque muchas de esas especies siguen en pie en la actualidad.
Lo que sí cambio es el clima y hoy las políticas públicas se enfocan en hacer recambio por otras especies nativas con menor requerimiento hídrico y mayor adaptación al suelo, como algunos tipos de acacias, fresno europeo y aromo, entre otras.
Marty explicó que existe una reforestación progresiva en el área metropolitana “es más que necesaria para los tiempos que vienen”. Las nuevas especies son más rústicas, dan más sombra y no necesitan tanta agua. Se trata de una combinación de árboles que puedan sobrevivir a los nuevos desafíos de las ciudades respecto del cambio climático. Y Mendoza no está exenta.
Meta para el 2030: un árbol por habitante
El reconocimiento de la FAO no solo destaca los logros actuales de Unicipio, sino también los objetivos que Mendoza se plantea para el futuro. Es que según se manifiesta en el proyecto provincial para el 2030 la meta es que exista un árbol por habitante en el Área Metropolitana para el año 2030. Es decir que deberían haber alrededor de 1.300.000 árboles para esa fecha, según estiman desde el Gobierno.
“Hay que rellenar los sitios vacíos de plantación o se puede reforestar. Nuestro plan estratégico no solo consiste en la preservación del bosque urbano, sino también de hacerlo crecer”, aclaró Marty.
¿Es posible duplicar la cantidad de arbolado público en la metrópolis en menos de seis años? Según la coordinadora de Unicipio, sí. Y más aún con los reconocimientos internacionales, que siempre brindan más ventajas a la hora de pedir financiamiento para políticas públicas. “Ya estoy pidiendo financiamiento para plantar nuevas árboles”, anunció la socióloga.
En la actualidad, un árbol para plantar en zonas citadinas cuesta alrededor de 5 dólares, si es que se compra en grandes cantidades. De lo contrario, el costo por unidad sube entre dos y dólares. Algunos podrían conseguirse en viveros locales y otros en provincias del territorio argentino.
Más allá del financiamiento y la compra, antes de plantarse los árboles necesitan “rusticarse”; es decir, adaptarse al aire seco, la falta de lluvia y el exceso de Sol. Una vez adaptados al ambiente mendocino, Mendoza podría contar con uno de los bosques urbanos referentes a nivel mundial.
“El árbol es identitario; no es sólo un visitante de la naturaleza. Es la identidad del mendocino. Lo conforma en su característica no solo personal, sino también social”, completó Marty.