Mendoza tiene su primera unidad especial para trastornos del sueño en la salud pública

Fue habilitada en el hospital Lagomaggiore y es interdisciplinaria. Se estima que el 40% de la población duerme mal y esta proporción se incrementó con la pandemia. Hoy es el Día Mundial del Sueño.

Mendoza tiene su primera unidad especial para trastornos del sueño en la salud pública
/ Foto: Orlando Pelichotti/ Los Andes

¿Quién no ha dormido mal alguna noche? Sobrellevar el día siguiente se hace verdaderamente cuesta arriba. Ni hablar cuando se trata de una problemática persistente, algo que preocupa a especialistas de diversas ramas por sus implicancias. Es que los trastornos del sueño tienen impacto en la calidad de vida, en los procesos orgánicos, en la salud general y aspectos particulares. Hasta se les atribuye la responsabilidad de causar siniestros viales y muertes debido a la somnolencia.

La Organización Mundial de la Salud ha estimado que, al menos, 40% de la población está afectada por esta situación, que no sólo se ha extendido más con la sobredemanda de la vida y la inserción de las pantallas, sino que la pandemia profundizó.

Cada vez son más los abocados a estudiarlo y buscarle soluciones y en el hospital Lagomaggiore de Mendoza van en el mismo sentido. El último miércoles presentaron formalmente su Unidad de Medicina del Sueño, en el marco de la semana del Sueño, en torno al día internacional, que es hoy.

Se trata de la presentación en sociedad de un proyecto al que están abocados desde 2014 profesionales de diferentes servicios ya que lo que pretenden es dar una asistencia interdisciplinaria.

Referentes de diversas áreas del hospital descubrieron que varios de sus pacientes tenían algo en común: esos trastornos y el síntoma más visible fue que muchos de ellos se quedaban dormidos en la sala de espera.

Así fue que, junto al servicio de Salud Mental, decidieron darle forma y así presentaron el primer espacio de este tipo en el sistema público de la provincia. Para ellos es, en parte, un acto de justicia.

La doctora Celia Del Canto, jefa del servicio de Salud Mental y directora de la Unidad del Sueño explicó que esto se hace en muchos lugares del mundo pero en Argentina casi no tiene presencia en efectores públicos.

“Estamos convencidos de que el paciente que viene a un hospital público tiene derecho a dormir igual que cualquier otro paciente que va a otras instituciones. Empezamos a pensar que teníamos el equipo y las ganas, el recurso material que necesitemos se puede ir comprando en etapas”, destacó.

“Dormir bien es como comer bien o tener regulada la temperatura”, remarcó Del Canto y en ese sentido mencionó que hay estudios que han observado que las personas con menos recursos duermen mal por el hambre, el frío o por estar hacinados.

También impacta gravemente en los niños ya que no producen hormona de crecimiento. “Por eso se habla de derecho al sueño”, resaltó la profesional.

Y concluyó: “Entendimos que ahí estaba el origen de los males de muchos de nuestros pacientes”.

“Esta unidad es un avance en la salud pública de la provincia”, subrayó por su parte la ministra de Salud, Ana María Nadal.

Afectados

Griselda Castellino, neuróloga clínica y magíster en Medicina del Sueño, es la coordinadora del flamante espacio. Comentó que se ha observado un gran incremento de los trastornos del sueño durante la pandemia. Explicó que antes de ella se consideraba que afectaba a 45% de las personas pero un estudio hecho en la Universidad de Buenos Aires pudo determinar que tres meses después de iniciado el aislamiento llegaba a 78% de los consultados.

“Los más prevalentes fueron el insomnio y los trastornos del ritmo circadiano (alteraciones por cambios de horarios)”, mencionó Castellino.

Y agregó: “No sólo hay que tener en cuenta cuántas horas dormimos sino que hay que hablar de calidad, cantidad y eficiencia, los tres ejes que medimos”.

Por eso, la neuróloga hizo hincapié en otro concepto importante: no es lo mismo dormir que descansar. “Esto último refiere a un sueño reparador -explicó- que llega a una etapa de sueño profundo en el que se pueden completar una serie de acciones que no pueden completarse con el sueño superficial, como la consolidación de la memoria y la atención y estar al 100% al otro día para las funciones ejecutivas, sociales y laborales”.

Castellino destacó cuánto han afectado el sueño las pantallas, que incluso se llevan hasta la cama antes de dormir y que impiden la secreción de melatonina, un inductor del sueño. Por dormirse más tarde se tiene un sueño más superficial.

Del Canto dijo que hay pacientes a los que les detectan más frecuentemente trastornos por falta de sueño y en quienes esto puede tener mayor impacto. Explicó que se ven afectados los pacientes diabéticos ya que el tratamiento pierde efectividad por esta causa. También aquellos con cardiopatías, ya que según describió, la presión arterial no se controla por el sueño inadecuado.

Además se observa en el paciente obeso, que tiene apneas de sueño, el que ronca y visita al otrorrinolaringólogo y en salud mental en el paciente que tiene ansiedad, depresión, estrés.

En Neurología lo ven en quienes tienen el síndrome de piernas inquietas, narcolepsia o epilepsia.

Del equipo formarán parte especialistas en Psiquiatría, Neuropsicología, Neurología, Neumonología, Neurología, Cardiología, Diabetología y Otorrinolaringología.

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