Micaela Zaidan es puro ejemplo: se convirtió hace unos días en la primera egresada de Guía Turística con Síndrome de Down en el Instituto Superior Técnico de Estudios Económicos de Cuyo 9-013 (ISTEEC). Y tiene una alegría que no puede disimular.
Nacida el 20 de agosto de 1998 en Luzuriaga, Maipú, “Mica” es la menor de cinco hermanos. Verónica, la mayor, falleció en 2019 y a pesar de la angustia de toda la familia, siguió adelante con perserverancia hasta rendir el último final, Economía, y obtener nada menos que un 9 (nueve).
“Sé que tengo Síndrome de Down pero nada cambia, me siento igual a cualquier otra persona. Tengo compañeros en la misma situación y otros que no, como Noelia, mi mejor amiga, y creo que todos somos iguales”, reflexiona, en diálogo con Los Andes.
Más allá del título, que proyecta continuar en el mismo Instituto hasta obtener la Tecnicatura en Turismo y Hotelería, y de la sorpresa que le dieron amigos y familiares en las puertas del ISTEEC, “Mica” dice sentirse orgullosa por el reconocimiento que también se le realizó en la Legislatura a instancias de la diputada Marcela Fernández (UCR) donde se puso de manifiesto su esfuerzo, sus logros académicos y la labor de sus acompañantes, las profesoras Romina y Paola Lucero, además del plantel de docentes que la incluyeron desde un primer momento.
Las propuestas laborales no demoraron en llegar y hoy se da el lujo de analizar qué decisión tomará.
Por un lado, cuenta, la convocaron desde las termas de Cacheuta; también de una emisora radial y, como si fuera poco, del área de Turismo de Maipú.
“En eso estamos, analizando con mi familia, pero me tienta quedarme en Maipú”, advierte, mientras se define como una fanática de Mendoza y, en especial, de la Fiesta de la Vendimia.
Hija de Jorge -camionero jubilado—y de Gladys, Mica confiesa su tristeza por la partida de Verónica, su gran compañera y confidente. Sus otros hermanos, Olga, Norma y Emanuel también la han apoyado y mimado toda la vida.
“Elegí mi carrera porque me encanta y porque quiero trabajar enseguida ¿Mi proyecto? Aunque decida casarme o no el día de mañana, quisiera seguir viviendo con mis padres y cuidarlos. Eso es lo que mi mamá hizo con mis abuelos”, ejemplifica.
Sin embargo, por ahora cuenta que no tiene novio. “Es que no estoy enfocada en eso. Un novio distrae y estuve ocupada estudiando. No tengo tiempo por ahora”, dice.
Esfuerzo y ganas
Gladys, su mamá, que no finalizó la secundaria, dijo que en algún momento intentó persuadir a su hija para que cumpliera algún otro curso. Manualidades, costura, cocina, por ejemplo.
“Pero ella insistía con estudiar y así lo hizo. El acompañamiento de sus profesoras fue fundamental pero no fue fácil lograr que la obra social lo reconociera”, admite.
Tras la reciente muerte de su hija mayor, el egreso de Micaela representa una alegría después de tanta tristeza y un orgullo para toda la familia, asegura.
“Ella es pura alegría, baila, canta, desfila. Siempre fue feliz e independiente y jamás representó un problema. Su estimulación fue muy temprana, por eso es tan inteligente y despierta”, agrega.
En el acto desarrollado en la Legislatura, la diputada Marcela Fernández le habló en público: “Estamos contentos de poder hablar de todo lo que has logrado y hacer extensivo este contagio de querer estudiar y hacerlo. Generás oportunidades a muchas otras personas”.
Emocionada por el reconocimiento, al hacer uso de la palabra, Micaela agradeció la distinción y expresó que desde pequeña anheló estudiar y trabajar. “Todo se puede lograr”, sostuvo, llevándose los aplausos de quienes presenciaron el acto.
Agregó un profundo agradecimiento a su familia, a su hermana “que seguramente estará orgullosa de mí”, dijo, y a quienes la acompañaron en su recorrido estudiantil, además de los directivos del instituto.
Participó del encuentro el rector del ISTEEC, Hugo Farina, quien manifestó que este hecho visibiliza la labor. “A veces se necesitan estos cariños”, remarcó. El rector sintetizó: “Las sociedades modernas son complejas, por eso todos los engranajes son importantes. La constancia, perseverancia y dedicación de Micaela fueron ejemplo. Nos enseñamos mutuamente”.
Con el objetivo de integrarla, la coordinación terapéutica, autoridades del instituto y docentes de la carrera de Turismo y Hotelería, acordaron adecuarle los planes educativos con el fin de brindarle la posibilidad de seguir estudiando. Desde el comienzo se acordó que Micaela ingresaría a la institución sin adaptación de contenidos y solo se adaptarían los sistemas de evaluación, cumpliendo con los requisitos de cursado normal junto a sus compañeros.
Y confía: “Excepto una vez, con una profesora, jamás me he sentido discriminada. Soy igual, nada me incomoda. Soy como soy y soy feliz”.