Los hermanos Giovanni, Genaro y Gitan Caroglio están detenidos en un “Módulo de Conducta” del complejo penitenciario San Felipe. Los 3 están imputados por el delito de estafas reiteradas y de asociación ilícita, ya que -de acuerdo a la acusación del fiscal de Delitos Económicos, Hernán Ríos y en base a las pruebas aportadas- para Ríos está probado que engañaron con fondos de inversión en dólares y promesas de lotes virtuales en el metaverso a más de 140 personas.
En total, son 134 las causas -todas agrupadas- que tienen a los Caroglio como denunciados, y el monto de las presuntas estafas -la Justicia deberá determinar si existieron los delitos o no- oscila entre 1.100.000 dólares y 3,8 millones de dólares. De hecho, la parte acusatoria se basa en un informe de Gendarmería donde se observan los movimientos de dinero que hicieron los hermanos en la plataforma Binance para hablar de esos casi 4 millones de dólares.
En una reciente entrevista con Los Andes desde el módulo penitenciario -se encuentra allí cumpliendo prisión preventiva a la espera del juicio-, Giovanni Caroglio amplió su versión sobre la causa que lo tiene como uno de los principales imputados. Según sus propias palabras, Caroglio se considera “un deudor, no un estafador” y definió a su empresa de fondos de inversión en dólares -en la que prometía ganancias exorbitantes- como “”un negocio jurídico que falló”.
Además, insistió una y otra vez en que su intención es devolver ese 1,1 millones de dólares (ese es el monto de la deuda que reconoce) a quienes se lo confiaron como inversión. Pero dijo que necesitaría “entre 8 y 10 años” para poder hacerlo. Y estas declaraciones no cayeron nada bien entre los denunciantes.
“Fuimos estafados por todos los imputados, no solo por Giovanni (Caroglio). Estuvimos más de un año con mentiras todos los meses, él hacia Zoom con las víctimas, advirtiendo y amenazando que el que lo denunciara no iba a cobrar nada, y dejaba en claro que solo quien siguiera creyendo en sus mentiras iba a tener posibilidad de cobrar”, destaca a Los Andes una de las denunciantes, quien se encargó de desmentir la versión del menor de los hermanos.
Las dos empresas por las que los hermanos están denunciados son el fondo de inversión “We Are Capital” (WAC) y el desarrollo de lotes virtuales en el metaverso “CriptoCountry”.
En ese sentido, mientras que Caroglio define la pérdida de dinero como un negocio que salió mal -y argumenta que era parte del riesgo-; al momento de referirse a CriptoCountry ni siquiera reconoce que haya existido ninguna irregularidad. “Por ‘CriptoCountry’ no voy a ofrecer arreglo, porque el producto se está desarrollando. Nunca se prometió ninguna ganancia por el videojuego, y todo se cumplió a la perfección”, resumió en la entrevista.
Dentro de la causa, los denunciantes y el fiscal han aportado videos de famosos (entre quienes se destacan Sol Pérez, Flor Vigna, el “Pollo” Álvarez, Alexander Caniggia, Darío Barassi y Floppy Tesouro -entre otros-) que promocionaban en sus redes la inversión en “CriptoCountry”. Y donde prometían multiplicar el monto de la inversión inicial a través de NFT (un activo digital encriptado y que no se materializa en la vida real).
“El perjuicio de Generación Zoe que cuantificó la Justicia es de 700.000 dólares y un millón de pesos. Los Caroglio y sus socios ya van por 2 millones de dólares y 50 millones de pesos. ¿Se entiende que Cositorto es un poroto al lado de esta estafa? Las victimas queremos justicia, que el daño causado a cada uno de nosotros no quede impune. Sabemos que no tienen intención de devolver el dinero y no la tuvieron nunca, sino no estaríamos en estas instancias”, agregaron los denunciantes.
Dentro del complejo entramado de la causa hay, además, denuncias por prevaricato contra dos abogados. Según sostienen los denunciantes, son abogados que comenzaron acompañándolos a ellos como querellantes, aunque nunca dejaron de beneficiar a la parte demandada. Incluso, acusan a otro de ellos de haberse “pasado” a la representación de los Caroglio.
FALSAS PROMESAS
En su carpeta de presentación, WAC prometía “rendimiento del 24% al 54% anual”, “liquidez en dólares” y “rendimiento ligado al USD-T” (NdA: una de las cotizaciones del dólar cripto).
En la misma presentación se definía que el perfil de riesgo de inversión era “moderado”. Esta es una de las primeras afirmaciones que los denunciantes cuestionan de Caroglio, ya que en la entrevista con Los Andes el hoy imputado sostuvo en que se les advirtió a los inversores que el riesgo era alto, “inherente” al de cualquier inversión.
Los denunciantes insisten en que, por más que Caroglio se defina a sí mismo como “deudor”, los contratos que hacía firmar eran parte de una pantalla. “Insiste en que el contrato de mutuo tiene un riesgo, lo cual nosotros consideramos que es erróneo, porque el mutuo no es un contrato aleatorio”, destacó uno de los abogados querellantes Francisco Machuca.
“Él dice que se nos advertía que el riesgo era alto, pero sigue mintiendo. En el contrato se hablaba de que se podía perder el dinero invertido ‘solo si ocurría una catástrofe financiera mundial’. Imagínate que uno de sus socios integrantes de esta asociación ilícita, Hans Breuer (NdA: estuvo detenido al comienzo de la causa), les juraba a las víctimas que el dinero no corría ningún riesgo y, como garantía, ofrecía que si algo llegaba a suceder, él de su bolsillo y de su gran fortuna que se hizo en base a esta estafa, devolvería el dinero a las víctimas”, se explaya la damnificada.
Otro de los fragmentos de la entrevista en que Caroglio se defendió de las acusaciones y la imputación y que causó indignación entre los denunciantes es aquella en la que el imputado confiesa que puede proponer una devolución de los 1,1 millones de dólares “a 8 o 10 años”.
“¿¡Cómo podés pedirle a los jubilados que entregaron los ahorros de su vida y tienen más de 80 años que lo esperen 10 más!? Como les pedís a las víctimas que están atravesando problemas de salud severos, muchos desencadenados por esta estafa, que esperen 10 años más!?”, se explayó la mujer. Y aclaró que jamás fueron prestamistas y que Caroglio los trataba de inversores, incluso separándolos en distintas categorías.
Quienes invirtieron en WAC no son grandes y potentados inversores. De hecho, la mayoría de ellos son personas que confiaron en esta empresa los ahorros de toda su vida, así como también indemnizaciones u otros fondos.
LOS FAMOSOS QUE PROMOCIONABAN LAS GANANCIAS EN CRIPTOCOUNTRY Y EL VIAJE A DUBAI
Según palabras de Giovanni Caroglio, él no tiene ningún arreglo que ofrecer con el emprendimiento de CriptoCountry, ya que allí no es deudor, ni mucho menos estafador.
De acuerdo al espíritu con el que fue desarrollado -y que actualmente sigue en marcha, según insistió el menor de los Caroglio- “CriptoCountry” es un desarrollo virtual vinculado a la compra – venta de loteos virtuales y en el metaverso, un espacio que no existe en la vida real (aunque se cotiza como tal).
Más allá de lo argumentado por Caroglio, los denunciantes y el fiscal consideran que hubo también engaño en el ofrecimiento de estos lotes virtuales. De hecho, a algunos de los damnificados en WAC los hermanos les ofrecieron devolverle el dinero que se había perdido con lotes en el metaverso. Pero no todos accedieron.
Dentro del expediente de la causa, hay una serie de videos de famosos argentinos que invitaban a la gente a invertir en CriptoCountry para multiplicar sus inversiones (en pesos y en dólares).
Lo que deberá determinar la Justicia es si esto se trata de otra estafa o si, como sostiene Caroglio, no hay deuda allí ya que el desarrollo de los lotes en el metaverso sigue en proceso y oportunamente rendirá las ganancias prometidas.
“Lo único en lo que el señor Caroglio, sus hermanos y sus socios fallaron fue en creer que iban a tener impunidad toda la vida, comprando abogados, y usando el dinero de las víctimas para que nunca lleguemos a tener justicia. Él se define como un deudor, no como un estafador. Pero cuando dejó de pagarles a las víctimas, se fue a Dubái a vivir una vida de rico, subía videos a las redes andando en Lamborghini, mientras su hermano Genaro estaba recorriendo Europa con su novia. ¿Esa es la conducta de gente que debe y tiene intención de pagar? ¿O es la conducta de estafadores?”, concluye, con ironía, la denunciante.