En Neuquén están desconcertados: uno de los temas que acaparó la atención de miles de personas en la provincia patagónica es la aparición de una extraña estatua de un minotauro en el fondo de un lago y hasta el momento son más las preguntas que la respuesta de semejante avistaje.
Se trata de una figura de un metro y medio de alto de metal y cemento, con dos cuernos en la cabeza y una caja fuerte en lugar de corazón. Semejante hallazgo realizado en el lago Mari Menuco alteró a todos los neuquinos: “Transitamos varias emociones. Primero el miedo, el asombro y luego nos quedamos expectantes”, relató a la prensa local uno de los vecinos de la zona.
Dichas palabras fueron pronunciadas por Cristian, un joven de 23 años que fue uno de los que tuvo la posibilidad de dar testimonio de semejante imagen en el fondo del agua. El joven la divisó cuando recorría el espejo de agua en su kayak, a unos 6 metros de la costa.
Según lo relató a LMCipolletti, apenas divisó la escultura en la profundidad se alejó del lugar a toda velocidad. No obstante, la curiosidad fue más fuerte y pronto regresó para investigar de qué se trataba.
“Era un minotauro. Primero me agarró miedo. Viste que hay muchos mitos sobre el agua y todos nos reímos, pero creo que algo cierto hay. O por lo menos, en ese momento, todas las dudas que tenía sobre los seres sobrenaturales, se confirmaron. Era un minotauro”, afirmó enun testimonio que se viralizó.
Según lo detalló TN, tras el descubrimiento Cristian se obsesionó con el tema y se convirtió en un auténtico fanático del agua. Por este motivo fue que un tiempo después, pasado el susto, decidió volver a la zona acompañado por un grupo de amigos y se encontró con una nueva sorpresa.
En el lago había algo más que un minotauro
Cristian regresó al punto del descubrimiento 14 días después de divisar al minotauro: estaba acompañado de unos amigos y quería que ellos comprobaran con sus propios ojos lo que les había descripto con palabras.
Además, había investigado mucho sobre minotauros y necesitaba comprobar lo que había leído: se topó con el término “gen ko”, el que en la cosmovisión mapuche refiere a las energías protectoras de cada lugar.
“Cada elemento de la naturaleza tiene el suyo y es por eso que los mapuches siempre piden permiso para entrar al agua o para cortar un árbol. Ese permiso se lo piden a este gen ko”, detalló el joven.
Pero el lago tenía otra sorpresa guardada ese día que regresó acompañado: quiso llegar hasta la escultura pero no pudo. “Por ahí quien la creó, lo ideó en esto para que solo se pueda contemplar desde arriba, sin la necesidad de bajar”, afirmó Cristian.
Fue en ese momento que uno de los acompañantes alcanzó a ver en el fondo del agua –y cerca de la estatua- otra escultura. Era una especie de cara humana que mide del mentón a la frente un metro cuarenta y de ancho, un metro. Tiene la boca abierta, labios marcados y una palabra en cada uno de los pómulos: “Viaje eterno”. “Imagínate cómo estábamos. Se celebró el nuevo hallazgo”, aseguró.
Aún no tienen precisiones sobre quién las depositó en el fondo del Mari Menuco, pero aseguraron que cuando pase el frío regresarán por respuestas.