Quizá porque no hay tanto misterio en torno a la satisfacción sexual masculina, o porque tiene menos variabilidad, tendemos a creer que los hombres carecen de la posibilidad de tener distintos tipos de orgasmos. No sólo eso, también puede disfrutar el placer de sentir multiorgasmos, y todo tiene que ver con el conocimiento de las sensaciones propias, del manejo de los tiempos y los ritmos, y de permitirse prácticas dejando algunos condicionamientos de lado.
Orgasmos múltiples
Para empezar, no hay que confundir orgasmos múltiples con eyaculación múltiple. Los primeros son factibles, la segunda opción es poco probable, aun en el más entrenado, potente y dotado de los hombres.
Desde siempre se ha asociado la multiorgasmia con la mujer, o más, específicamente, con la vulva. Sin embargo insistimos con lo siguiente: la capacidad de sentir múltiples orgasmos no se refiere tanto a la cantidad como a la forma. Es decir, que alguien tenga muchos orgasmos durante una noche de sexo puede deberse a diversos factores que estén ligados más a lo externo que a lo orgánico. Beber alcohol, usar estimulantes genitales como geles o cremas, otro tipo de estimulantes, haber tenido un periodo de abstinencia sexual prolongado, el ambiente circundante o el consumo de pornografía durante el coito (entre otros) pueden generar una seguidilla de orgasmos en el mismo encuentro.
Sin embargo la multiorgasmia —y por eso se lo asocia más a la mujer— es la capacidad de sentir satisfacción sexual y llegar a la explosión cúlmine de diversas maneras y con estimulación de distintas partes del cuerpo.
En el caso de los hombres, tienen dos tipos de multiorgasmos: secuenciales y múltiples.
El primero consiste en experimentar este culmen de placer varias veces durante el mismo encuentro, pero en distintos momentos, con interludios entre uno y otro.
El segundo son varios tipos de sensaciones de una sola vez. Es decir, si durante la relación sexual puede llegar al orgasmo y continuar hasta alcanzar uno nuevo, está experimentando un orgasmo múltiple.
Cómo lograr un multiorgasmo
Una vida sexual plena depende fundamentalmente de una mente relajada y dispuesta a experimentar. El diálogo con la pareja y el conocimiento del propio cuerpo facilitan las sensaciones múltiples también en el hombre.
Otro factor que influye es el horario. Durante la mañana la testosterona está en su nivel más alto, y si el hombre descansó bien tiene más posibilidades de lograrlo. Por supuesto que en días de semana, cuando hay que cumplir horarios es más difícil que la mente se disperse lo suficiente como para tener multiorgasmos.
Pero para los hombres que desean lograrlo, hay algunas formas de entrenamiento. Según los especialistas en vida sexual, la masturbación es una buena oportunidad de conocerse a sí mismo y descifrar cuáles son los puntos en los que siente más placer. Pensar que al tener relaciones sexuales con otras personas todo irá sobre ruedas y conseguiremos todo lo que no propongamos, sin haberlo probado antes a solas, está muy alejado de la realidad.
Otra forma de experimentar multiorgasmos secuenciales es manteniendo relaciones sexuales más prolongadas, que permitan dedicar más tiempo a que el hombre se recupere del periodo refractario mediante estimulación.
El orgasmo sin eyaculación
Como mencionaba anteriormente, si se acorta el período refractario o, por algún motivo, no hubo eyaculación, es más probable que pueda volver a tener un orgasmo en poco tiempo.
Y cuando hablamos de orgasmo sin eyaculación parece un contrasentido, sin embargo, culturas milenarias lo practican como parte de un rito, como ofrenda a la mujer —ya que se la puede satisfacer durante más tiempo— y también como una forma de extender la vida.
En El tao del sexo, la salud y la larga vida, su autor Daniel Reid, explica por qué la privación de eyaculación durante el acto sexual mejora la calidad de vida y revitaliza el cuerpo favoreciendo una longevidad cualificada.
Otro método para conseguirlo es a través del sexo tántrico, aunque en ambos, se requiere disciplina, entrenamiento mental y físico, consciencia corporal y capacidad de percibir distintas sensaciones y controlarlas.
En cualquier caso, no hay que confundir la no eyaculación consciente con otro tipo de disfunciones como la aneyaculación, que es la incapacidad de eyacular, y la retrógrada, que se produce hacia adentro.
Qué es el “edging”
El edging es la práctica por la cual el hombre se acerca lo más posible al punto del orgasmo, y antes de llegar al punto culminante, se detiene lentamente, baja revoluciones, se mueve más lento.
Quienes nunca lo intentaron tal vez piensen que bajar en ese momento es como un baldazo de agua fría. Lo cierto es que muchas veces es la clave para un orgasmo mucho más potente. Y lo mejor de todo es que mientras más se practica, mayor es la satisfacción sexual que se alcanza cuando finalmente el hombre decide permitirse el orgasmo.
El edging antes del orgasmo genera deseo, tensión y sensibilidad, por lo que es muy probable que el nivel de intensidad que sienta sea indescriptible.
Los hombres tienen un punto G
Aquí llegamos a la parte que muchos hombres quieren conocer pero no se animan a experimentar. Al igual que las mujeres, tienen zonas erógenas que bien estimuladas producen orgasmos mucho más intensos.
Sin embargo, como el punto G masculino se encuentra en la zona anal, y aún —parece mentira pero sí— a algunos hombres heterosexuales les incomoda, porque lo relacionan con prácticas homosexuales, se pierden la posibilidad de conocer la sensación de tener el mejor orgasmo de sus vidas.
Así es, el punto G masculino se encuentra a una profundidad de unos 5 centímetros dentro dentro del ano. Es un pequeño bulto del tamaño de una nuez.
El orgasmo de próstata
Dicen que es el más intenso que puede sentir un hombre pero pocos quieren intentarlo, porque muchos hombres están mal asesorados o confunden la estimulación anal con lo homosexual. Según explica Charlie Glickman, terapeuta sexual y autor de La guía definitiva para el placer prostático, las prácticas sexuales no pueden cambiar la orientación.
El orgasmo proveniente del pene es rápido, las olas de placer que vienen con él son esperadas, no hay ninguna sorpresa. En cambio con la estimulación prostática el orgasmo se extiende durante todo el tiempo que el hombre desee.
Quienes han recibido este tipo de estimulación describen el orgasmo de próstata como doblemente intenso comparado con el peneano, “casi incontrolable”, aseguran.
Juguetes
Una buena forma de comenzar a experimentar sensaciones distintas es mediante el uso de juguetes sexuales. Muchos de los hombres son reacios a intentar cosas nuevas, y muy probablemente esto se deba a prejuicios profundamente arraigados, más que al hecho de que esas prácticas resulten poco estimulantes.
Todo es cuestión de comprar un masturbador masculino, juguetes anales o masajeadores de próstata, para comenzar a conocer todo un espectro nuevo de sensaciones.
Los hombres limitan su capacidad de sentir placer por preconceptos, que ya son arcaicos pero que sin embargo perduran. Hay que animarse, no pasa nada.